Tras siete años de preparación y cinco días de viaje desde Mendoza, la elefanta Kenya llegó al Santuario de Brasil

El animal recorrió alrededor de 3.600 kilómetros en camión desde el Ecoparque mendocino hasta el estado de Mato Grosso. Vivirá en un espacio natural de 1.500 hectáreas junto a otros ejemplares de su especie

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La elefanta Kenya ya llegó al Santuario de Brasil

Fue un arduo trabajo, no solo de los organizadores, sino de la propia elefanta Kenya, que luego de siete años de preparación completó el viaje desde el Ecoparque de Mendoza hasta el Santuario de Elefantes de Brasil (SEB), su nuevo hogar, en el que gozará de una libertad que nunca tuvo. Era el último ejemplar de su especie en el país.

El recorrido fue de 3.600 kilómetros y llevó cinco días. Kenya, en todo momento, fue asistida por su cuidador y dos veterinarios del Santuario que la recibió.

“Kenya va a poder estar con otros de su especie, oler pasto húmedo y fresco, rascarse contra un árbol y moverse con libertad”, celebró en declaraciones recogidas por El Sol el director de Biodiversidad y Ecoparque, Ignacio Haudet, quien acompañó al animal durante todo el trayecto.

Leandro Fruitos, consejero de la Dirección Biodiversidad y Ecoparque de la Fundación Franz Weber, destacó que se cerró “un ciclo histórico de 136 años de cautividad de elefantes en la Argentina”.

La salida del país de Kenya fue a través de la frontera entre Misiones y Brasil. Dos horas en el puesto de Aduana de Puerto Iguazú bastaron para comprobar que todos los papeles estaban en orden y que la elefanta podría continuar su periplo.

La elefanta Kenya ya llegó al Santuario de Brasil

A pesar de que hace unos meses el viaje se frustró porque “el animal no quiso hacerlo”, en esta ocasión la elefanta viajó “tranquila”, según afirmaron quienes la acompañaron. Destacaron que durmió adecuadamente, comió frutas y fue recibida en su nuevo hogar con jugo de coco.

Kenya tiene 44 años y llegó a Mendoza en 1985 mediante un convenio con el zoológico alemán Tierpark Hagenbeck. Tenía apenas cuatro años cuando arribó al entonces zoológico local y a partir de hoy, por primera vez, vivirá fuera de una jaula.

Viajó en un contenedor especialmente diseñado para elefantes, cumpliendo con las normas CITES para el transporte de fauna. Solo tres personas tuvieron contacto directo con ella durante el trayecto: Scott Blais, fundador del santuario; la veterinaria especializada Trish London; y su entrenador, Marcos Flores.

El momento en el que
El momento en el que sacaron de su jaula de traslado a Kenya, en Brasil

El equipo también contó con el asesoramiento de Kat Blais, cofundadora de Global Sanctuary for Elephants y directora de Cuidado y Bienestar Animal de la institución.

Para llegar a este momento, fue necesario realizar análisis sanitarios y obtener permisos tanto nacionales como internacionales. El entrenamiento se basó en el método de condicionamiento con refuerzo positivo, garantizando que el proceso “respete la voluntad del animal”.

Este 9 de julio, Día de la Independencia en Argentina, también se convirtió en el de la libertad de Kenya.

Kenya tiene 44 años y
Kenya tiene 44 años y vivió toda su vida en cautiverio

Cómo es el santuario brasileño

El Santuario de Elefantes de Brasil (SEB) está ubicado cerca de la ciudad de Cuiabá, capital del estado de Mato Grosso. Creado en 2012, posee recintos naturales, matorrales y áreas abiertas cubiertas de vegetación.

Cada recinto del santuario cuenta con dimensiones que van de las 40 a las 400 hectáreas. Los animales reciben dietas especiales y atención veterinaria de alta calidad durante toda su vida.

Desde Mendoza, antes del traslado, resaltaron que Kenya a partir de ahora “podrá socializar con otros elefantes y vivir en condiciones mucho más cercanas a su naturaleza”.

Con la partida de Kenya,
Con la partida de Kenya, ya no quedan elefantes en Argentina

“Su traslado representa un gran avance en la protección y el compromiso con los derechos de los animales”, agregaron.

En mayo de 2022, las elefantas Pocha y Guillermina ya habían sido trasladadas desde el Ecoparque de Mendoza al santuario de Mato Grosso. La primera de ellas murió meses más tarde por tuberculosis. En la provincia fue un acontecimiento el día de su partida, cuando recorrieron las calles cada una en su jaula, tomadas de las trompas para darse ánimos.