“Efecto Eternauta”: en Abuelas de Plaza de Mayo se sextuplicaron las consultas de los argentinos que dudan sobre su identidad

En los días posteriores al estreno de la serie crecieron también las denuncias sobre posibles apropiaciones de bebés durante la última dictadura

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Héctor Germán Oesterheld, creador junto
Héctor Germán Oesterheld, creador junto a Francisco Solano López del cómic "El Eternauta", fue secuestrado por la dictadura. También sus cuatro hijas. Dos de sus nietos debieron nacer en cautiverio

“¿Estás mirando la serie El Eternauta? Si es así y naciste en noviembre de 1976 o entre noviembre de 1977 y enero de 1978 y tenés dudas sobre tu identidad o la de alguien que nació en esas fechas, contactate con Abuelas de Plaza de Mayo”. La publicación en redes fue compartida por esa organización y también por H.I.J.O.S. Capital. La imagen que eligieron es contundente.

Al afiche callejero de la serie producida por Netflix y protagonizada por Ricardo Darín se le superponen, en blanco y negro, las fotos de Héctor Germán Oesterheld, el hombre al que se le ocurrió la historia de El Eternauta en los años cincuenta, y de sus cuatro hijas: los cinco fueron desaparecidos por la última dictadura. Nunca más se supo de ellos.

Las Abuelas siguen buscando a las nietas o nietos de Oesterheld y Elsa Sánchez, su compañera de vida. Son dos de los alrededor de trescientos nietos a los que aún buscan para que conozcan su verdadera identidad e historia. Y el estreno de El Eternauta, que se convirtió en la serie de habla no inglesa de mayor audiencia unos días después de ser lanzada, no sólo reavivó la atención sobre esas dos búsquedas sino sobre todas las que hace la organización de derechos humanos.

Las consultas a Abuelas por parte de personas que dudan sobre su identidad y que nacieron entre 1975 y 1983, que es el período en el que concentra su búsqueda la organización, se sextuplicaron después de que la serie, una adaptación de Bruno Stagnaro a la historieta guionada por Oesterheld y dibujada por Francisco Solano López, llegara a la plataforma de streaming.

Según pudo averiguar Infobae, en 2024, entre el 1º y el 7 de mayo, Abuelas recibió 18 de esas consultas. Pero este año, en ese mismo período de tiempo y con la serie estrenada el 30 de abril, las consultas fueron 106 en menos de una semana. Para dimensionar el fenómeno alcanza con pensar que en lo que va de este año se acercaron a Abuelas 902 personas para consultar sobre su identidad y, de ese total, una de cada diez ocurrió en la semana posterior al lanzamiento de la serie.

Nos da esperanza y alegría ver que a partir de la serie se reactivan los mecanismos creados por las Abuelas, que son que las personas que dudan sobre su verdadera identidad o que tienen información sobre posibles casos de apropiación se acerquen y cuenten sus historias”, le dice Manuel Gonçalves Granada a Infobae. Nieto de Matilde Pérez de Gonçalves, restituido en 1997, es secretario de Abuelas de Plaza de Mayo. “La multiplicación de consultas abre la enorme expectativa de encontrar al próximo nieto o nieta, que es por lo que trabajamos y las Abuelas luchan día a día”, destaca.

La organización no sólo recibe consultas sobre identidad, sino también denuncias de quienes sospechan de alguna presunta historia de apropiación de bebés ocurrida durante la dictadura. Esas denuncias también se dispararon en medio del “efecto Eternauta”. Entre el 7 y el 14 de abril hubo 21, mientras que del 30 de abril al 9 de mayo, ya con la serie estrenada, fueron 62: prácticamente se triplicaron esos acercamientos.

En los seis capítulos de esta primera temporada de la serie, que transcurre en nuestra actualidad y no en la del cómic, se empieza sabiendo de a poco, con sutileza, que Juan Salvo es ex combatiente de la Guerra de Malvinas. Y que esa, claro, experiencia lo dejó herido: sabe cómo moverse en medio del apocalipsis porque estuvo en uno, y el estrés postraumático le pasa factura décadas después. Esa capa de la serie, constitutiva de su personaje principal es una forma de hablar de la dictadura. Una forma de decir qué les pasó a los soldados que fueron enviados a las islas por la Junta encabezada por Leopoldo Fortunato Galtieri.

Dos nietos buscados, una familia destrozada

Apenas se estrenó la serie, las redes sociales se inundaron de la foto de Juan Salvo bajo la nieve mortal intervenida por las fotos de los cinco Oesterheld desaparecidos. Héctor Germán y también Marina, Diana Irene, Beatriz Marta y Estela Inés, a quienes Elsa Sánchez buscó hasta 2015, cuando murió sin saber nada sobre todos esos amores que le había arrebatado el terrorismo de Estado.

Héctor Germán Oesterheld y Elsa
Héctor Germán Oesterheld y Elsa Sánchez tuvieron cuatro hijas: las cuatro jóvenes y él fueron secuestrados y desaparecidos por la dictadura. Elsa sólo pudo dar con el cadáver de Beatriz, la menor.

La de los Oesterheld tal vez sea la historia más desgarradora de las familias rotas por el plan sistemático de secuestro, tortura y desaparición de la última dictadura: un padre, sus cinco hijas y tres parejas de ellas, víctimas directas de esos crímenes. Una esposa y madre arrasada por esos secuestros.

Un hijito de un año, Fernando Araldi Oesterheld, que fue abandonado como NN en la Casa Cuna de Tucumán para luego ser recuperado por sus abuelos paternos: él, hijo de Diana Irene y de Raúl Ernesto Araldi, busca hoy a su hermano y a su primo, ambos presuntamente nacidos en cautiverio.

La tragedia de los Oesterheld fue exhaustivamente investigada y contada por las periodistas Fernanda Nicolini y Alicia Beltrami en el libro que se llama como la familia, Los Oesterheld, publicado en 2016. Elsa Sánchez de Oesterheld habló de esa tragedia antes de que terminara la dictadura. Fue en 1982, en Bélgica, invitada por Amnesty International. Su historia hizo que las Abuelas se acercaran a Elsa, que fue parte de su lucha desde entonces.

Hasta su muerte en 2015 buscó a los nietos que todavía buscan Fernando y la organización de derechos humanos. Una búsqueda que se hizo más visible desde el estreno de El Eternauta, junto a la de todos los nietos y nietas que aún no conocen su identidad verdadera.

Francisco Solano López dibujó la
Francisco Solano López dibujó la creación imaginada por Oesterheld. Fue en los años cincuenta.

No se sabe si Marina Oesterheld, hija de Héctor y Elsa, y Alberto Oscar Seindlis tuvieron un hijo o una hija. Ese bebé debía nacer entre diciembre de 1977 y enero de 1978: Marina fue secuestrada cuando estaba embarazada de ocho meses, luego de que Alberto atravesara ese mismo destino. Los dos eran militantes de Montoneros. Ellos y su bebé siguen desaparecidos hasta hoy.

Antes, hacia noviembre de 1976, debió nacer el hijo o hija de Diana Irene Oesterheld y Raúl Ernesto Araldi. Ella fue secuestrada en agosto de ese año en San Miguel de Tucumán, cuando atravesaba un embarazo de seis meses. Un año después fue secuestrado su pareja, también en la capital tucumana. Como Marina y Alberto, también eran parte de Montoneros. Habían tenido a Fernando, su primer hijo, en 1975. Los restos de Raúl fueron identificados por el Equipo Argentino de Antropología Forense en 2010, pero Diana y el bebé siguen desaparecidos.

También continúan desaparecidos Héctor Germán Oesterheld, secuestrado en 1977, y Estela Inés, que tenía 25 años cuando fue secuestrada por un grupo de tareas en Longchamps.

Elsa Sánchez de Oesterheld sólo pudo dar con el cuerpo de Beatriz, su hija menor: la citaron en una comisaría de Virreyes y le comunicaron que su hija había muerto sin brindar más explicaciones. Fue la primera secuestrada de la familia y estuvo unos veinte días desaparecida: su madre acudió a la Policía, a sacerdotes, a jueces y a militares. Presentó un hábeas corpus, como haría con los demás integrantes de su familia. Sólo en el caso de Beatriz lograría recuperar aunque sea un cadáver. En medio de ese dolor y de la falta de respuestas, Elsa nunca renunciaría a la búsqueda de sus nietos.

Tampoco renunciaron las abuelas que aún integran la organización, ni las que murieron buscando: todas impulsaron la búsqueda de los 139 nietos y nietas que recuperaron su identidad, y la de los que quedan por encontrar. Saben que alguna de todas esas consultas que reciben, en estos días de forma mucho más masiva, puede ser la historia de una restitución.