Cómo era el avión que se accidentó en San Fernando

El avión que se estrelló este miércoles en el aeropuerto de San Fernando, dejando como saldo dos víctimas fatales, era uno de los jets privados más fiables del mercado. Se trata de un Bombardier Challenger 300 LV-GOK, perteneciente a la familia de Jorge Brito -dueño del Banco Macro y presidente de River Plate- el cual se prendió fuego al aterrizar cuando volvía de un viaje desde Punta del Este, Uruguay.

El tipo de aeronave que impactó en la zona de viviendas del municipio cuenta con una autonomía de hasta 5700 kilómetros y está preparado para realizar vuelos de un continente a otro sin escalas, tal como el que había realizado el vehículo afectado este mediodía.

Entre sus principales características, se destaca que es un avión de tamaño medio que se utiliza tipo jet privado: cuenta con una cabina amplia y alta (de 1.85 de alto x 2,18 metros de ancho), permite hasta 9 pasajeros, tiene asientos ajustables y mesas plegables.

Además, tiene compartimientos especiales para guardar equipaje. Su capacidad es de ocho valijas y seis equipajes de mano.

Fabricado por Bombardier Aerospace, el Bombardier Challenger 300 está hecho con motores gemelos Honeywell Engines HTF 7000, con los que el avión puede alcanzar una velocidad de 870 kilómetros por hora. Estos, además, garantizan una velocidad de crucero suave y una capacidad de largo alcance de hasta 3200 millas náuticas.

Su exterior es sencillo a simple vista: es de color blanco y cuenta con algunas líneas trazadas a lo largo del vehículo. No obstante, su diseño fue premiado en varias oportunidades dentro del sector aeronáutico.

De acuerdo a registros aeronáuticos, el Challenger que se estrelló este miércoles había realizado dos viajes: partió rumbo a Punta del Este a las 11:12 y aterrizó en Uruguay a las 11:44. Una hora después partió desde el país vecino rumbo a San Fernando, donde tocó tierra a las 13:18.

“El avión entró pasado a la pista y por alguna circunstancia no pudo frenar, terminó despistándose e impactando con viviendas que están al lado del aeropuerto”, detallaron fuentes aeronáuticas a este medio.

En el momento del accidente estaban el piloto y el copiloto a bordo, quienes murieron como consecuencia del despiste. Según informaron fuentes oficiales, las víctimas fatales son Martin Fernández Loza, de 44 años y Agustín Orforte, de 35.

El avión cayó en la intersección de José Terry y Charlín, una calle lindera al aeropuerto de San Fernando. El sitio está poblado de casas bajas, por lo que se estima que había vecinos circulando en el lugar.

Un comerciante de la zona, que se encontraba a metros del lugar del siniestro, contó que el avión derrapó y sobrevino sobre las casas, aunque no llegó a incrustarse en ellas. “Entiendo que golpeó las casas pero no se incrustó. Tal vez el piloto de buena fe apuntó a la calle”, dijo el testigo, de nombre Tomás, en declaraciones a TN.

La cámara de seguridad de su comercio logró captar el momento del accidente. Así lo describió el testigo: “El avión sigue derecho, choca y explota. Justo en la parte de la grabación, la cámara enfoca donde termina la pista. Después hay 300 metros de parque, el avión sigue derecho y se estrella”.