
“Siento alivio pero no puedo estar contento porque nadie me va a devolver la vida de Manuel y Ángeles”, señaló el dirigente radical Federico Storani luego de que la justicia condenara a 9 años de prisión a Pablo Torres Lacal por la muerte de su hijo Manuel como consecuencia de un accidente de lanchas en Tigre, ocurrido hace 7 años. En ese siniestro, también fallecieron Ángeles Bruzzone, madre del menor, y Francisco Gotti, amigo del acusado.
La sentencia fue dictada por el Tribunal Oral en lo Criminal 1 de San Isidro. El acusado quedará preso una vez que el fallo quede firme. No obstante se ordenó que no podrá abandonar el país no ausentarse de su domicilio por más de 24 horas.
“Fue una pena ejemplificadora”, afirmó Storani, quien admitió que “no fue fácil conseguir una calificación de dolo eventual”, que es cuando un persona sabe que con su accionar puede poner en riesgo la vida de otras personas y pero continúa igual con esa actitud en desprecio de la vida del otro.
“Torres Dacal conducía a máxima velocidad en zig zag en un lugar donde no había luz, y ya había sido advertido por un playero, donde paró a cargar nafta. Cuando chocó, partió a la mitad la lancha donde iban Manu y Ángeles”, recordó el dirigente radical.
Sobre Torres Dacal, dijo “que no era un chico que le robó el auto al padre y cometió una imprudencia” y se lamentó de la poca empatía que mostró no solo hacia su familia sino también a la de la otra víctima, que era un empleado suyo. “Es moralmente imputable y políticamente dañoso porque mato a dos jóvenes que podrían haber sido muy útiles a la sociedad”, remarcó.
Por otro lado, hizo hincapié en que “la defensa intentó chicanear todo el tiempo y se la pasó presentando recursos para dilatar el proceso”. De hecho, puso como ejemplo que la defensa “llegó dos veces a la Corte Suprema, una provincial y otra nacional”.
Entre las novedades que introdujo el fallo a nivel jurisprudencia es que es que “los jueces desestimaron cualquier otra posibilidad de recurso en la Corte” por lo que “si Casación así lo considera, inmediatamente va preso”.
Etapa de alegatos
El 9 de octubre pasado se realizaron los alegatos de cierre del debate oral, donde el fiscal Diego Callegari había 12 años de cárcel para el acusado tras considerar que “la conducción homicida de Torres Lacal demuestra que no le interesó la vida de nadie”.
En esa línea, tanto la acusación como la querella, a cargo de Carlos Acosta y en representación de Fredy Storani, remarcaron el “desprecio al valor de la vida” del empresario, reflejado en el zigzagueo y la velocidad a la que sometió a su lancha esa madrugada.
Torres Lacal llegó a juicio después de siete años y medio de aquella fatídica noche. No estuvo ni un día preso.
Sus abogados Maximiliano Rusconi y Gabriel Palmeiro insistieron con la hipótesis de un accidente y, bajo esos términos, requirieron la absolución de su defendido para que siga en libertad. “La conducción de Lucas Sorrentini no llevó a cabo una conducción segura y vulneró normas de seguridad náuticas”, dijeron con respecto al timonel de la embarcación embestida. “La lancha Mad II iba navegando por mala vía -contramano-”, añadieron.

Así fue el accidente que le costó la vida
Según consta en el expediente, entre las 23 horas del 31 de marzo y las 00.15 horas del 1º de abril, mientras Manuel navegaba por el Canal Vinculación, apareció de repente la lancha Shark II, timoneada por Torres Dacal, quien iba acompañado por dos amigos. Se dirigían a un bar en el Delta y según varios testigos estaban exaltados.
La lancha en la que viajaba Manuel volvía de festejar un cumpleaños en un restaurante del polo gastronómico del arroyo Pajarito. El adolescente falleció en el acto como consecuencia del choque, pero su cuerpo apareció tres días después en el río Luján, a 400 metros del suceso, luego de una búsqueda incesante con lanchas y helicópteros.
De acuerdo con los testimonios de los sobrevivientes la lancha de Torres Dacal venía rápido y en zigzag por el medio del cauce. Impactó contra Mad II casi sin que los tripulantes de esta embarcación la vieran venir. Los análisis de los peritos incorporados a la causa estudiaron el instrumental de la Shark II y demostraron que venía a la velocidad máxima.
La lancha de Torres Lacal dio en el medio de Mad II, pero del lado donde iban Manuel. “Los partió por la mitad y siguió y terminó 50 metros después arriba de la tierra, para que te des una idea”, contó Federico Storani a este medio.

Los análisis toxicológicos de Torres Lacal dieron en cero, aunque David Hernán Di Rico, el tercer tripulante de su lancha, admitió que habían tomado dos cervezas.
El dirigente radical reconoció que Torres Lacal nunca mostró una actitud de arrepentimiento. Ni siquiera se acercó a la familia, más que a través de sus abogados, en un intento en vano de abreviar el juicio. “Si Lacal hubiese tenido otra actitud, de no esquivar la justicia, de aproximarse diferente, pero ahora espero que cumpla la condena que le corresponda. Nunca me llamó, nunca se contactó. Y es un tipo grande. No es un pibe que cometió una imprudencia”.
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