
Dejar una botella de agua en el auto durante un día caluroso puede parecer una costumbre inofensiva, pero esta práctica implica riesgos para la salud y la seguridad que muchas personas desconocen.
Beber agua de una botella de plástico que ha permanecido en el interior de un vehículo expuesto al sol puede exponer a las personas a sustancias químicas nocivas, bacterias peligrosas e incluso al peligro de incendio.
El principal motivo de preocupación es la migración de compuestos químicos del plástico al agua. Las botellas de agua suelen fabricarse con tereftalato de polietileno (PET), un material que, bajo altas temperaturas como las que se alcanzan dentro de un automóvil estacionado al sol, puede liberar sustancias como el antimonio.
Aunque el bisfenol A (BPA) es menos común en los envases actuales, el PET sigue representando un riesgo, ya que estudios han detectado concentraciones elevadas de antimonio en el agua contenida en botellas expuestas al calor durante periodos prolongados. El antimonio, un metal pesado, puede provocar síntomas como náuseas, vómitos o diarrea en bajas concentraciones, y efectos tóxicos más graves si la exposición es crónica y en niveles altos.

El calor no solo acelera la liberación de estos compuestos, sino que también convierte la botella en un entorno propicio para el desarrollo de bacterias. Si la botella ha sido abierta previamente, los restos de saliva y las partículas ambientales presentes en el interior favorecen la proliferación de microorganismos como Escherichia coli y Pseudomonas. Estas bacterias pueden causar infecciones gastrointestinales o urinarias, especialmente si el agua se consume después de que la botella ha permanecido horas o días en el auto. Durante el verano, la temperatura dentro de un vehículo cerrado puede alcanzar hasta 50 grados. Lo que intensifica tanto la migración de microcompuestos plásticos como el crecimiento bacteriano.
A estos riesgos para la salud se suma un peligro menos conocido: el potencial de incendio. Una botella de plástico medio llena de agua puede actuar como una lupa.
Al refractar la luz solar, la botella concentra los rayos en un punto específico del interior del vehículo, como el asiento, y puede generar suficiente calor para iniciar una chispa y provocar un fuego. Este fenómeno, similar al que ocurre cuando una lupa quema un papel bajo el sol, representa una amenaza real para la seguridad del automóvil y sus ocupantes.
Para evitar estos riesgos, lo más seguro es no dejar botellas de plástico con agua dentro del auto. Si es necesario transportar agua, se recomienda optar por un envase reutilizable que pueda lavarse con frecuencia, lo que ayuda a proteger tanto la salud como la seguridad de quienes viajan en el vehículo.
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