
El día 8 de julio se celebra el Día Mundial de la Alergia que, junto a la Semana de la Alergia (del 5 al 11 de junio), es una iniciativa de la Organización Mundial de la Alergia y las sociedades y asociaciones miembro. Estas tienen como objetivo crear conciencia sobre las enfermedades alérgicas y los trastornos relacionados, como también la búsqueda de tratamientos efectivos que mejore la calidad de vida de las personas que padecen algún tipo de alergia.
Para ello, ofrecen capacitación y recursos en el diagnóstico, el manejo y la prevención de estas enfermedades.
Hoy en día, entre 400 a 600 millones de personas en todo el mundo padecen algún tipo de alergia. Se calcula que, para el año 2050, la mitad de la población mundial estará en estas condiciones, todos cuadros potenciados por el cambio climático, el aumento de la polución ambiental y los cambios en el estilo de vida.
El cambio climático hace que las alergias sean más frecuentes y más graves. No se trata solo de una especulación: las alergias están empeorando. En comparación con 1990, hoy en día la temporada de polen comienza 20 días antes y se prolonga ocho días más, según un estudio realizado en 2021.
Entre las enfermedades alérgicas más prevalentes están el asma y la rinitis alérgica (RA). Ambas, además de ser muy frecuentes, suelen coexistir. Su alta prevalencia se asocia no solo a una elevada morbilidad, sino a un alto costo económico. Las dos patologías constituyen un problema de salud importante, con altos costos directos e indirectos para el sistema sanitario.

Según la Organización Mundial de la Salud, aproximadamente 300 millones de personas tienen asma y, de ellas, el 80% tiene rinitis alérgica. Muchos estudios han señalado que esta se relaciona directamente con la gravedad del asma.
En nuestro país, en un trabajo realizado en el año 2017 por la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (AAAeIC), se obtuvo la prevalencia anual de la rinitis alérgica, datos hasta esa fecha desconocidos e importantes para conocer la enfermedad y ser tratada como un problema de salud pública:
• 20,5 % = 2 de cada 10 habitantes tiene RA.
• 5,5 millones tienen RA entre los 5 y los 44 años.
• 3800 000 tienen diagnóstico médico de RA.
• 1 700 000 personas tienen la enfermedad, pero no han sido diagnosticadas.
• 170 000 están automedicadas, con los consiguientes tratamientos erróneos o falta de control de los síntomas.
¿Qué son las alergias?

Las alergias son reacciones exageradas del sistema inmunitario que producen anticuerpos denominados inmunoglobulinas E (Ig E). Estos anticuerpos actúan contra alérgenos específicos que hacen que ciertas células liberen sustancias químicas responsables de los síntomas de la alergia.
Los alérgenos se encuentran en el ambiente, como el polvo, los ácaros y los hongos que pueden estar presentes en el interior de las casas; algunos están en el exterior, como los pólenes de los árboles, pastos y malezas (en este caso, las alergias suelen ser estacionales) y siempre, en ambos casos, la polución, el humo del tabaco y las partículas de diesel también juegan un papel importante.
Otros alérgenos se hallan en los animales, en algunos alimentos y en ciertos fármacos.
Todos estos provocar reacciones alérgicas en las personas, en especial en aquellas que tienen antecedentes genéticos directos de padres o familiares cercanos con este tipo de cuadros. Por este motivo, es necesario realizar estudios anticipados en los niños para, de esta forma, tomar las debidas precauciones y evitar tanto que se desencadene la enfermedad como las complicaciones futuras.
¿Cuáles son los síntomas de la alergia?

Ante el contacto con el alérgeno, se produce una liberación abrupta de mediadores inflamatorios que son los primeros causantes de los síntomas que experimentan los pacientes.
Los síntomas cardinales de la rinitis alérgica en respuesta al contacto con el alérgeno aparecen de manera inmediata con picor, estornudos y rinorrea (secreción viscosa por la nariz, tipo clara de huevo), pero el pico de los síntomas se produce 6 a 12 horas después, con la congestión y bloqueo nasal, obstrucción o taponamiento. Algunas personas pueden tener síntomas solo de manera estacional, mientras que otras pueden presentar síntomas todo el año y empeorar con el cambio de las estaciones.
Entre los profesionales dedicados a estas enfermedades, es muy común el concepto de “marcha alérgica”, que se describe de la siguiente manera:
• La presencia de alergia gastrointestinal (en general, alergia a las proteínas de la leche de vaca) en los primeros meses de vida.
• Luego aparece el eccema atópico, que dura hasta aproximadamente los 3 o 4 años de vida.
• Más tarde, entre los 6 y los 12 años, se presenta la rinitis alérgica.
• El asma también puede aparecer en etapas muy tempranas de la vida y mantenerse en el tiempo.
Los alérgicos son personas vulnerables por este antecedente inflamatorio, y son propensos a tener infecciones virales. En el caso de los niños en particular, con la inmadurez inmunitaria natural en los primeros años, suelen enfermarse repetidamente, y las guarderías y jardines de infantes se convierten en verdaderos caldos de cultivo para estos cuadros.
Tratamiento de las alergias

La alergia no es, en absoluto, una patología banal, pues compromete al enfermo, altera la dinámica familiar y es causa de ausentismo escolar o laboral. Por todos estos motivos, debe ser tratada.
En la primera etapa, se brindan pautas educativas al paciente o a su familia (según la edad del paciente) sobre los cuidados personales: algo tan simple como sonarse la nariz es muy importante. No solo es fundamental que la nariz esté permeable para poder respirar y tener suficiencia respiratoria, también es importante que el paciente esté abrigado, la higiene de la casa, limpiar los rincones con trapos húmedos y evitar la presencia de muñecos de peluches, ventilar el ambiente, no tener odorantes que puedan irritar la mucosa respiratoria y cumplir con el tratamiento médico.
Hoy en día, los antihistamínicos, la solución salina hipertónica y los corticoides tópicos nasales son los pilares del tratamiento estándar. En algunas ocasiones, es necesario agregar corticoides inhalados si se observa broncoconstricción (sensación de opresión) y broncodilatadores, siempre supervisados por el profesional.
Algunos pacientes necesitan cumplir con inmunoterapia (vacunas), que se indican en concentraciones crecientes y cuyo objetivo es modificar la historia natural de la enfermedad. Como decimos siempre, lo importante es realizar la consulta profesional, evitar la automedicación y cumplir con el tratamiento indicado.
Dra. Stella Maris Cuevas MN: 81701. Médica otorrinolaringóloga - Experta en olfato – Alergista. Expresidenta de la Asociación de Otorrinolaringología de la Ciudad de Buenos Aires (AOCBA
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