En una década, el maní argentino duplicó su valor

En 2024, las exportaciones de maní argentino alcanzaron USD 1.186 millones, consolidando al país como el segundo exportador mundial detrás de Estados Unidos, con Córdoba como principal productora

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En 2024, las exportaciones de
En 2024, las exportaciones de maní argentino alcanzaron USD 1.186 millones, consolidando al país como el segundo exportador mundial detrás de Estados Unidos, con Córdoba como principal productora

¿Cómo un cultivo tan pequeño logra generar un impacto tan grande? El maní argentino, conocido por su calidad excepcional, duplicó en apenas una década el valor de sus exportaciones, alcanzando un récord de USD 1.186 millones en 2024. Este hito lo posiciona como el segundo exportador mundial, desplazando a competidores como China y enfrentándose al liderazgo de Estados Unidos.

El éxito del sector no es casual. Argentina domina mercados exigentes como el europeo, donde concentra el 30% de las importaciones de maní confitería, y ha comenzado a expandirse hacia destinos como Asia y África, con un consumo creciente.

Córdoba: el motor del maní argentino

En el corazón productivo de Argentina, Córdoba lidera la producción nacional, con un promedio del 77% del total. Para la campaña 2024/25, la provincia proyecta una cosecha de 713 mil toneladas de maní en grano limpio y seco, con rindes promedio de 25 quintales por hectárea. Este liderazgo no solo responde a condiciones naturales favorables, sino también a un modelo productivo integrado, donde las empresas controlan todas las etapas, desde la siembra hasta la exportación.

Sin embargo, el complejo manisero no se limita a la exportación de grano. También incluye maní confitería, aceite de maní y subproductos como harinas, lo que diversifica la oferta y aumenta el valor agregado. En 2024, el maní argentino se exportó a más de 100 países, convirtiéndose en un emblema del agro nacional.

Argentina domina mercados exigentes como
Argentina domina mercados exigentes como el europeo, donde concentra el 30% de las importaciones de maní confitería, y ha comenzado a expandirse hacia destinos como Asia y África (Foto: Shutterstock)

Más allá de Córdoba

Aunque Córdoba es el epicentro, otras provincias como La Pampa y Buenos Aires han incrementado su participación. Estas regiones se han integrado a la cadena de valor, beneficiándose del crecimiento global del maní. Este avance no solo diversifica la producción, sino que también fomenta el desarrollo rural y genera empleo en zonas menos competitivas.

No caben dudas: a nivel nacional, la producción de maní viene marcando una clara tendencia ascendente. La campaña 2023/24 fue la más alta de la historia, con 1,48 millones de toneladas, un 28% por encima del promedio de los últimos años. En la última década, el crecimiento fue del 50%, impulsado sobre todo por mejores rendimientos, con unas 400 mil hectáreas sembradas por campaña. Para 2024/25, el área sembrada se incrementó un 8%, lo que anticipa otra producción elevada, en línea con el ciclo anterior.

Innovación y maní 360

¿Qué significa “maní 360″? Este concepto ilustra el enfoque integral del sector, que no solo se centra en la producción, sino también en el uso eficiente de subproductos y la sostenibilidad. Desde la cáscara, que se emplea en biocombustibles y generación de energía, hasta el aceite, utilizado en la industria alimenticia y farmacéutica, el maní argentino se aprovecha al máximo.

La innovación también juega un rol crucial. El desarrollo de variedades más resistentes, sumado a la implementación de tecnologías de precisión, permite optimizar los rindes y reducir el impacto ambiental. Así, el sector avanza hacia un modelo más sostenible y competitivo.

Desafíos y el futuro del sector

Con un mercado global que sigue demandando calidad, el futuro del maní argentino parece prometedor. Pero, ¿cómo enfrentará el sector los retos que se avecinan? La competencia internacional, la exigencia de prácticas sostenibles y la fluctuación de los precios son desafíos importantes.

El sector cuenta con una base sólida: innovación, integración vertical y un producto de alta calidad. Si logra mantener estas fortalezas, el maní argentino seguirá demostrando que, aunque pequeño, tiene un impacto gigante.

Fuente: Bolsa de Cereales de Córdoba