Tecnología ARNi: el arma secreta del algodón frente al picudo

El INTA avanza en la creación de algodón resistente al picudo gracias a tecnología ARNi. Este desarrollo busca mejorar la producción y reducir el impacto ambiental del control de plagas

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El INTA avanza en la creación de algodón resistente al picudo gracias a tecnología ARNi. Este desarrollo busca mejorar la producción algodonera y reducir el impacto ambiental del control de plagas (inta)

La plaga más temida por los algodoneros, el picudo del algodonero (Anthonomus grandis), podría tener sus días contados. El INTA trabaja en el desarrollo de variedades de algodón transgénico capaces de resistir a este insecto, considerado el más destructivo del cultivo. El proyecto emplea tecnología basada en ARN de interferencia (ARNi), un enfoque que promete revolucionar el manejo agrícola al ser más preciso y ambientalmente amigable.

El algodón es un pilar económico para las provincias de Chaco, Formosa, Santa Fe y Santiago del Estero. Sin embargo, el picudo representa un obstáculo significativo, capaz de reducir la producción hasta un 80 % en temporadas desfavorables.

Frente a esta amenaza, investigadores del INTA implementan estrategias de vanguardia para diseñar una planta de algodón que bloquee el desarrollo del insecto mediante la interferencia de una enzima crucial en su metabolismo.

El ARN de interferencia no
El ARN de interferencia no es una tecnología exclusiva del algodón. Este enfoque, que aprovecha un mecanismo natural de las células para silenciar genes específicos, ha mostrado resultados exitosos en otros cultivos (Inta)

Ciencia y colaboración en acción

El camino hacia estas variedades resistentes comenzó en 2019, cuando el Instituto de Genética del INTA generó las primeras plantas transgénicas de algodón en Argentina. Este desarrollo, único en el país, incorpora un sistema molecular que produce ARNi directamente en las células de la planta. Según la investigadora Laura Maskin, los ensayos iniciales confirmaron que estas plantas no solo son fértiles y se desarrollan con normalidad, sino que también generan las moléculas necesarias para interferir en el metabolismo del picudo.

“Estos resultados nos permiten avanzar hacia pruebas más específicas, como evaluar cómo afectan a los insectos que las consumen en términos de crecimiento, reproducción y viabilidad”, explicó Maskin. Las pruebas se realizan en condiciones controladas en un invernáculo de bioseguridad del Instituto de Genética, donde se expone a los insectos directamente a las plantas transgénicas.

Además de las pruebas en laboratorio, equipos del INTA Sáenz Peña (Chaco) trabajan en la multiplicación de estas plantas en campo e invernáculos, asegurando que las características genéticas y la capacidad de producir ARNi se mantengan a lo largo de las generaciones.

Innovación en el manejo agrícola

El ARN de interferencia no es una tecnología exclusiva del algodón. Este enfoque, que aprovecha un mecanismo natural de las células para silenciar genes específicos, ha mostrado avances exitosos en otros cultivos, como maíz y papa.

El desarrollo del algodón resistente al picudo se inscribe en esta tendencia global hacia prácticas agrícolas más amigables con el medio ambiente. Al reducir la dependencia de insecticidas químicos, esta tecnología no solo protege los cultivos, sino que también minimiza el impacto ambiental, una prioridad creciente en el sector agropecuario.

Un futuro prometedor

La tecnología ARNi no solo representa una solución al picudo del algodonero, sino que también demuestra que es posible combinar avances científicos con beneficios concretos para los productores agropecuarios y el ambiente.

Fuente: Inta