
A Argentina le sobran huevos: no caben dudas. Con un consumo promedio de 360 huevos per cápita al año, nuestro país ocupa el segundo lugar a nivel mundial, solo detrás de México. Este dato, lejos de ser anecdótico, muestra cómo este alimento no solo llena platos, sino que también sostiene una industria que ha sabido responder a las exigencias de los consumidores.
Javier Prida, presidente de la Cámara Argentina de Productores Avícolas (CAPIA), afirma una realidad que se hace presente en la mayoría de los hogares: “El huevo no es elegido como un ingrediente, sino como un alimento principal”. Y tiene razón: para los argentinos, el huevo no es solo práctico y accesible, sino también nutritivo, versátil y un gran “salvador” de almuerzos o cenas rápidas. Desde tortillas esponjosas hasta huevos rellenos que adornan las mesas familiares, el huevo se ha ganado un lugar privilegiado en la dieta diaria. ¿Cuál es su historia o por qué gusta tanto?
Huevo de cien años u omelette: siempre amado
Las crónicas del huevo son tan ricas como el propio alimento. Desde las primeras civilizaciones, ha sido símbolo de vida y un recurso indispensable. En la antigua Roma, se cocinaban en cenizas y eran servidos como aperitivos; los chinos, con su milenaria tradición culinaria, lo llevaron a otro nivel con su famoso huevo de cien años. En Francia, el huevo se convirtió en un emblema culinario con la creación del omelette, mientras que en América Latina se adaptó a nuestras costumbres, siendo el ingrediente estrella de preparaciones simples y deliciosas.
Hoy, en Argentina, el huevo mantiene ese carácter universal. Es el recurso infalible para resolver un desayuno con unos huevos revueltos rápidos o para brillar en cenas sofisticadas con variantes gourmet. Su adaptabilidad es, sin dudas, una de sus mayores fortalezas.

Resiliencia frente a desafíos
El 2023 fue un año desafiante para el sector avícola argentino. La Influenza Aviar, una enfermedad que afecta a las aves y puede causar grandes pérdidas en la producción, puso en jaque a la industria. Sin embargo, Argentina sorteó este obstáculo gracias a un trabajo conjunto entre el sector público y privado, implementando medidas sanitarias efectivas y garantizando el suministro a los consumidores.
El 2024 fue distinto: “excelente”, según Prida. “Fue un año donde todos creían que iba a ser difícil, pero logramos resultados muy buenos gracias al profesionalismo del sector y un alto consumo interno, con 1,2 gallinas por habitante”. A esto se sumó un alivio en los costos de insumos clave, como el maíz y la soja, que representan el 55% del costo de producción. Esta combinación permitió que el huevo siguiera siendo rentable para los productores, mientras mantenía un precio accesible para los consumidores. “Este crecimiento nos demanda asumir un compromiso aún mayor, actuando con más responsabilidad, profesionalismo y seriedad para estar a la altura de las expectativas de nuestros consumidores”.
Dentro del sector alimenticio, el huevo también se consolidó como una opción competitiva frente a otros alimentos básicos. Mientras un kilo de carne ronda los $7.500, un maple de huevos —que equivale a dos kilos— cuesta cerca de $5.000, lo que refuerza su lugar en las góndolas y en los hogares argentinos.
La producción avícola en Argentina tiene una presencia significativa en todo el país, desarrollándose en 18 provincias y sustentando más de 32.000 puestos de trabajo, tanto de manera directa como indirecta. Las provincias de Buenos Aires, Entre Ríos, Córdoba y Mendoza destacan como los principales centros de actividad de este sector, reflejando su relevancia económica y social.
¿Por qué el huevo es un súper alimento?
Más allá de su precio y versatilidad, el huevo tiene un valor nutricional difícil de igualar. Es una de las mejores fuentes de proteínas de alta calidad, con 6,5 gramos por unidad, esenciales para la reparación muscular. Su yema aporta luteína y zeaxantina, antioxidantes que protegen la salud ocular, y contiene vitaminas como la B12, clave para el sistema nervioso, además de minerales como el hierro y el selenio, que fortalecen el sistema inmunológico.
Por estas razones, el 84% de los argentinos eligen el huevo por sus atributos nutricionales y culinarios, dejando de lado el aspecto económico. Como alimento, el huevo no solo alimenta; también nutre y protege, haciendo que cada bocado sea un aporte para la salud.
Un futuro prometedor para el huevo argentino
El amor de los argentinos por el huevo no parece tener límites, y el sector avícola está a la altura de las expectativas. Con exportaciones en crecimiento y un mercado interno sólido, el futuro del huevo en Argentina promete seguir siendo tan versátil y nutritivo como siempre.
Y mientras disfrutamos de un omelette recién hecho o preparamos unos huevos rellenos, no podemos evitar sentir orgullo: en el corazón del país, el huevo no es solo un alimento, es parte de nuestra identidad: somos un país que le pone huevo a todo.
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