
El INTA Reconquista (Santa Fe) desarrolló un prototipo de mini desmotadora de algodón que es trasladable, adaptada a las necesidades de la producción a pequeña escala, y mejora la eficiencia de trabajo. Este logro, además, reduce el tiempo y esfuerzo requeridos para la transformación artesanal de la fibra bruta en hilo de algodón de alta calidad; y es de impacto positivo directo sobre el crecimiento de los actores de la cadena artesanal y la trazabilidad de los productos.
El algodón representa uno de los principales cultivos para las economías regionales de Santa Fe, Santiago del Estero y Chaco. Sin embargo, en sistemas minifundistas la oferta de equipamientos adecuados es muy limitada, por lo que un equipo de especialistas del INTA Reconquista, desarrolló un modelo prototipo de desmotadora mecánica de pequeña escala, en articulación con La Red Argentina de Mujeres Algodoneras (RAMA).
“Su diseño fue pensado para que se pueda trasladar a los diferentes puntos de mayor producción de fibra y generar la posibilidad de que se realice el desmote en el lugar, agilizando el trabajo”, explicó Doriana Feuillade, especialista del INTA Reconquista. Y agregó que “esta desmotadora aumenta la eficiencia del proceso y mejora condiciones de trabajo y agregado de valor en escala minifundista y en la cadena completa”.

La experta explicó que “de manera manual, el desmote insume 1 hora por cada 100 gramos de fibra y se realiza en momentos de descanso de las tareas domésticas. Con el proceso de mecanización mejoramos 10 veces el proceso en su eficiencia de tiempo y le damos continuidad a la producción”.
Según los especialistas, el prototipo fue sometido a cantidades superiores de fibra -desmotando 54 kilos en 66 minutos- y trabajó de manera continua, sin necesidad de realizar paradas para limpieza o mantenimiento. “El proyecto consideró el relevamiento, diseño, construcción y puesta en marcha de la mini desmotadora, con el objetivo de mejorar la calidad de vida de las familias agricultoras y artesanas de la Red, a través de una tecnología que permita mecanizar la tarea de desmote, que se presentaba como una limitación del proceso productivo”, aseguró Federico Pognante.
El punto de partida
Al comenzar con el proyecto, los objetivos planteados eran “lograr una máquina con condiciones de seguridad para trabajar en un entorno no industrial, que sea compacta y posible de trasladar”, explicó Alejandro Fabbro, integrante del equipo de mecanización agropecuaria del INTA Reconquista que estuvo a cargo del diseño. Y añadió que, como punto de partida, se tomó el concepto de una mini desmotadora de sierras antigua, existente en la industria, que cuenta con tecnología de desmote convencional.

Una de las claves fue utilizar elementos compatibles con otras desmotadoras vigentes en la región que permitieran el acceso a repuestos de elementos de recambio, así como modernizar el diseño para permitir la construcción con tecnologías de fabricación actuales, para mejorar además la funcionalidad y la estética, optimizar el uso de materiales, cantidad de piezas y transmisiones; mejorar el acceso para tareas de limpieza y regulación.
Fabbro indicó que también se propusieron “poder trabajar con diferentes lotes de algodón de manera independiente, aportar a construir un futuro sistema de trazabilidad de la fibra, mejorar la visualización del proceso interno de desmote, y optimizar la potencia eléctrica instalada de la máquina y modernizar el sistema eléctrico”.
Utilizaron herramientas de diseño mecánico asistido por computadora (CAD), se construyeron modelos tridimensionales y se generaron prototipos virtuales de los diferentes sistemas de la máquina. “Tomando como base el prototipo virtual construido (modelo 3D), se generó la planimetría completa y el cómputo de materiales, realizando un proceso de ingeniería y diseño asistido por computadora previo a la fabricación de piezas y montaje”, explicó Fabbro.

Puesta en marcha
En cuanto a la construcción y puesta en marcha, el experto explicó que se realizó en el taller del INTA Reconquista y el proceso de montaje fue en dos etapas: primero, se hizo el armado y puesta en funcionamiento para, luego, realizar las evaluaciones iniciales y el montaje definitivo”. “Además, se ajustaron y finalizaron todos los elementos referidos al sistema de protección y seguridad”, agregó.
El dispositivo fue evaluado no solo por su capacidad de desmote y sino también para corroborar que los parámetros de calidad de fibra no sean afectados posterior al proceso. Sobre dos lotes de fibra bruta de algodón, producidos de manera agroecológica y cosechados manualmente, se determinó que la máquina posee una capacidad de desmote de 1 kilo de algodón bruto por minuto, trabajando de manera continua y sin inconvenientes.
Fuente: INTA
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