Mateo Sujatovich, el músico que heredó el talento familiar: la abuela que le enseñó a Charly García y sus dos nominaciones al Grammy

En Casino Resort, el líder de Conociendo Rusia reflexionó sobre su recorrido artístico y la madurez de un proyecto que lo llevó a recorrer el país y el mundo 

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Mateo Sujatovich, conocido artísticamente como el cantante de Conociendo Rusia, es un músico argentino, hijo del reconocido tecladista Leo Sujatovich, de la banda Spinetta Jade, y miembro de una familia profundamente vinculada a la música.

Creció en un entorno artístico que marcó su destino. Su abuela, apodada Pichona, fue profesora de piano de Charly García y otros grandes del rock argentino, lo que cimentó su conexión con la tradición musical. A los 13 años, se trasladó con su familia a Madrid, donde comenzó a tocar la guitarra y a forjar su identidad artística.

Su proyecto Conociendo Rusia, nombre derivado de su apodo Ruso, debutó en 2018 con un álbum homónimo y, desde entonces, ha lanzado con gran éxito otros tres discos Cabildo y Juramento (2019), La Dirección (2021) y Jet Love (2024), consolidándose como una de las figuras más destacadas del rock argentino contemporáneo.

Este último álbum, inspirado en experiencias personales, cuenta con colaboraciones de artistas como Natalia Lafourcade y Tiago Iorc. El disco recibió elogios de la crítica y obtuvo el premio a Mejor Canción Pop/Rock en los Latin Grammy 2024 por el tema Cinco horas. Además, fue nominado a Mejor Álbum Pop/Rock en los mismos premios.

En 2025, Mateo presentó Perfecto Final, una balada en colaboración con Nathy Peluso que explora con sensibilidad el final de una relación amorosa. Ese mismo año, alcanzó un nuevo hito con Desastres Fabulosos, tema realizado junto a Jorge Drexler, que fue nominado a los Latin Grammy en dos categorías destacadas: Mejor Canción Pop/Rock y Grabación del Año.

El próximo 25 de octubre realizará un espectáculo único en el Movistar Arena de Buenos Aires, donde recorrerá toda su discografía. La gira continúa el 28 en Jujuy y finalizará el 21 de noviembre en La Plata, recorriendo distintas ciudades de Argentina.

Mateo Sujatovich: “Las pocas veces
Mateo Sujatovich: “Las pocas veces que me lo crucé a Charly, yo lo único que le quería decir es: ‘Soy el nieto de Pichona’”. (Cristian Gastón Taylor)

Pollo: — ¿Qué te dicen Mateo o Ruso?

Mateo: — Las dos. Ruso era el apodo de los cercanos. Cuando era más pendejo, todo el mundo que me quería, sabía que me decían Ruso. Y Mateo, mi familia o el que no me conocía. Ahora se invirtió, porque todo el mundo me dice Ruso y los cercanos me dicen Mateo.

Pollo: — Visto desde afuera todo el tiempo se estás con cosas buenas, musicalmente hablando. Con nuevos proyectos...

Mateo: —Conociendo Rusia es un proyecto que ya deja de ser nuevo porque tiene como siete u ocho años, pero no es una banda es un proyecto solista, en verdad. El nombre pareciera como si fuese un grupo, pero es como mi alter ego, digamos.

Pollo: — Si vos ves los comentarios, la gran mayoría son: “Los amo” y eso habla muy bien de vos, porque sos solista. Pero te ven como un equipo, como una banda. ¿Entendés el punto?

Mateo: — Obvio, sí. De hecho, cuando empecé, me di cuenta de que la gente pensaba que era una banda y dije: “Bueno, el que quiere pensar que es una banda, que lo disfrute y el que sabe que soy yo solo, también” (risas). Pero sí son buenos momentos...

Pollo: — Se viene el Movistar Arena.

Mateo: — Sí, el 25 de octubre.

Pollo: — ¿Te da nervios eso?

Mateo: — No me da nervios, me da ilusión. Tengo muchas ganas. Estoy muy manija y está prácticamente vendido, lo cual también es una tranquilidad. Después, a los tres días nos vamos de gira, como 15 días seguidos. Empezamos por el norte argentino y vamos bajando por un montón de ciudades. La sensación de estar en un micro de gira con toda tu banda, con tu equipo, viajando porque hiciste canciones que les fue bien, es súper romántico. Es muy romántico salir de gira. Sos un músico con tu guitarra viajando por el país, por el mundo...

Pollo: — Me da peli de Disney.

Mateo: — ¡Es una peli de lo que quieras! (risas).

Pollo: — Después alguien chapa...

Mateo: — Alguien puede chapar, sí.

Pollo: — Como que termina lindo y él protagonista termina triunfando en la provincia que más le guste.

Mateo: — Sí, exacto. Estás conociendo el país, comiendo las comidas típicas de cada lugar, durmiendo en los hoteles de cada lugar. Es increíble.

Premios, reconocimientos y el valor del Grammy

Pollo: — Ya ganaste un Grammy y ahora tenés dos nominaciones. ¿Qué onda eso? ¿Se puede llegar a naturalizar una cosa así o no?

Mateo: — Se naturaliza un poco porque es la cuarta vez que estoy nominado. Cuarta edición de Grammys nominado. Estuve nominado con Cabildo y Juramento, con La dirección, con Yet Love. Y esta vez es con una canción suelta que tengo con Jorge Drexler. Y en esta cuarta digo: “Buenísimo, genial, buenísima noticia”, pero es un poco más naturalizada que la primera.

Pollo: — El año que viene, si no te nominan, vas a decir: “¡¿Qué pasó?! Se olvidaron”

Mateo: — Y el año que viene no sé qué porque entran los discos y la música, creo que se editan hasta abril...

Pollo: — Es como la AFIP y el año fiscal (risas).

Mateo: — Exacto. No he pagado ganancias o el monotributo (risas). Por eso hay muchos grupos que decís:” ¿Por qué toda esta gente sacó música el 28 de marzo?” Porque es la fecha límite… Yo ya sé que hasta abril del año que viene no voy a sacar un disco nuevo, porque estoy componiendo. Pero no tengo para grabar un disco en diciembre. Entonces, es muy probable que el año que viene no entre nada. Cuando quedás, es hermoso. Cuando no quedás, decís: “Qué lástima. Me la pierdo de estar ahí con los amigos” porque siempre hay amigos y colegas que te dan ganas de ver.

Pollo: — También ganaste un Gardel, que es nuestro. Me pregunto: ¿cambia algo en el día a día del artista o es más un mimo al alma?

Mateo: — Yo creo que es más un mimo al alma. Nadie vendió más entradas por ganar su premio.

Pollo: — Pero si no te conozco y le tengo que decir, por ejemplo, a mi esposa: “Hoy lo entrevisté a Mateo. Y el chavón ganó un Grammy...” Lo uso como un valor agregado.

Mateo: — Obvio, sí. No deja de ser un valor agregado que viene bien para el runrún, para alguien que no te conocía. De pronto apareciste en la tele porque un argentino más que se gana un Grammy, quizás. O dentro de la industria musical hay un montón de gente que le importa mucho. Yo no valoro más a alguien que se haya ganado o no se haya ganado un Grammy. Para mí no es tan importante eso porque la calidad artística de un músico no está relacionado con eso. Es lo mismo que si un actor ganó o no un Oscar. Si te lo ganaste, es muy bueno. Pero sino, está bien también.

"La sensación de estar en
"La sensación de estar en un micro de gira con todo tu equipo, viajando porque hiciste canciones a las que les fue bien, es súper romántico", expresó Mateo en diálogo con el Pollo. (Cristian Gastón Taylor)

Deportes y Madrid

Pollo: —¿Te gusta el deporte?

Mateo: — Me encanta.

Pollo: —¿Cuáles practicás?

Mateo: — Fútbol, tenis, padel, golf. Hasta ahí llego...

Pollo: — ¿Es verdad que te probaste en el Madrid?

Mateo: — Sí, me probé en el Madrid cuando era chico porque con mi familia nos fuimos a vivir a España, vivimos tres años ahí. Yo tenía 13 años.

Pollo: —¿Y cómo fue? ¿Dijiste: “Yo me voy a probar”?

Mateo: — Yo me quería probar acá a cuatro cuadras (risas). “Dame lo que sea”, decía. Yo quería pasar esa experiencia. Jugaba bien, pero seguro que millones de quesos se han ido a probar a cualquier lado y ahí se enteraron de que eran unos pataduras. Yo quizás me enteraba antes…

Pollo: — ¡Ojo! No sé si cualquiera se puede probar en el Madrid.

Mateo: — No, en el Madrid seguro que no. En el Madrid, no. Todos jugaban increíble. Mis viejos ahí medio que dicen: “Che, pobre el pibe, lo llevamos de viaje, no se quería ir de Argentina, y se quería probar en algún lado. Hagamos algo”. Ahí investigaron y me pudieron hacer entrar a probarme en el Madrid.

Pollo: — ¿Cómo fue eso? Te dan la ropita…

Mateo: — Me dan la ropita y juego varios partidos, son partidos como de prueba. Era como una especie de liguilla, donde todos los fines de semana había partidos. Y fui creo que a tres o cuatro y me bajé. Me bajé solo. Dije: “No, esto es mucho. Estoy para jugar en Macabi” (risas). Y ahí era Gardel. Ahí tiraba caños, todo...

Pollo: — Pero ¿hay algún jugador groso que hayas visto en esa época y que recuerdes?

Mateo: — No, se llamaban todos Pedro, José, Inaki, eran todos grandotes. No sé...

Pollo: — Igual esa historia siempre hay que mentir un poquito. Se creó un Solari por ahí.

Mateo: — Solari ya jugaba ahí. Jugaba en primera cuando yo me estaba probando.

Pollo: — ¿Y qué hiciste cuando te bajaste del fútbol?

Mateo: — Nada, estudié. Iba al colegio, aprendí a tocar la guitarra y nos volvimos a Argentina.

Influencia familiar y el peso de los grandes músicos

Pollo: — Tu familia viene del palo de la música. ¿Nunca te rebelaste? Viste que eso también sucede...

Mateo: — En un punto sí me rebelé porque mi hermana tocaba el piano desde los 5 años en casa. Todos me miraban como el que no hace nada con la música. "Luna toca el piano, Mateo está con el fútbol, juega cosas", decían. “Mateo juega a cosas y come mucho”, era la frase (risas). Y Luna, era Chopin. Yo la miraba de reojo y decía: “Esta hija de… No la agarro más”. Si quiero agarrar el piano, no llego ya. Está allá lejos. Y lo de la guitarra fue una historia rara, porque yo no lo tenía muy calculado qué quería hacer. Había hecho unas clases de batería, pero todo medio random. Y un día me pintó. Le pregunté a mi viejo: “Che, ¿en casa hay alguna guitarra o un bajo?”. “Hay guitarras”, me dijo y agarré.

Pollo: — ¿Solo?

Mateo: — Solo. Agarré una viola y empecé a hacerla sonar. Después le pedí a mi papá: “Che, ¿esto cómo es?” “Esto son seis cuerdas, estos son acordes. Esta guitarra se llama Stratocaster”, me explicó. Y ahí yo creo que estuve un mes jugando un poco con la guitarra en mi cuarto, intentando que suene. Hasta que un día fui con un profe, con Claudio Gabis, el guitarrista de Manal, o sea el que hizo el riff de Jugo de tomate frío. Un ícono total de la guitarra que vivía y vive en Madrid hace más de 50 años. Ahí me volví loco.

Pollo: — ¿Es verdad que tu abuela le enseñó a tocar el piano a Charly?

Mateo: — Entre varios más, pero sí…

Pollo: — ¿Y no te parece muy flashero eso? Porque tu viejo tocó con Spinetta…

Mateo: — Sí.

Pollo: — Tu abuela le enseño a Charly y Coti me dijo que a Andrés Calamaro, también.

Mateo: — Sí, me parece que sí.

Pollo: —¿Ustedes lo naturalizaban o les sorprendía?

Mateo: — Bueno, sí. Cuando yo era chico, mi abuela ya no le daba más clases a Charly. Pero cada tanto salía el tema, ¿viste? O Charly la llamaba a mi abuela para consultar algo o en alguna muestra de piano de mi abuela quizás caía el chavón.

Pollo: — ¡Muy groso!

Mateo: — Sí. Fue a una presentación del libro de mi abuela a tocar. Fue una locura. Pero bueno, era como una cosa medio cholula que tenía yo. A veces le preguntaba cosas a mi abuela: “Y Charly, ¿qué onda?...”.

Pollo: — Es que uno dice: “Charly” y aunque no te guste esa música, el respeto es total. Es como Messi aunque no te guste el fútbol. No tiene discusión.

Mateo: —Las pocas veces que me lo crucé a Charly, yo lo único que le quería decir es: “Soy el nieto de Pichona”.

Pollo: — Claro (risas).

Mateo: — “Una gran profesora”, me dijo. (Imita la voz de Charly). Esa fue nuestra conversación, en un camarín, en la trastienda de un show de Juanse. Estaba Charly ahí y me acerqué un segundito y le dije: “Charly, felicidades, qué lindo que estés acá. Yo soy el nieto de Pichonna”. “Una gran profesora”, respondió. Listo.

Pollo: — Buena onda, pero punto.

Mateo: — Fue como “seguí, flaco” (risas). Andá pa’ ya…

Pollo: — Bobo (risas).

El músico detalló en qué
El músico detalló en qué invertiría un millón de dólares, priorizando una casa, viajes y la creación de una escuela de música junto a su hermana. (Cristian Gastón Taylor)

Millón

Con una valija llena de dólares, el Pollo invitó a Mateo a comprar todo lo que desee. El único requisito es que el dinero no se puede donar ni guardar como ahorro.

Pollo: — ¿Qué harías con un millón de dólares?

Mateo: — Yo creo que la mitad... Se me va en una muy buena casa que tenga un poco de todo. Como te dije, me gustan los deportes, así que me gustaría tener una canchita de tenis para mí, ponele, y un estudio…

Pollo: — ¿Te alcanzará?

Mateo: — Un estudio es un par guitarras, los monitores...

Pollo: — Va a tener que ser muy lejos, porque estoy pensando en que…

Mateo: — En Belgrano R no se puede (risas).

Pollo: — La cancha de tenis nos complicó por el tamaño del terreno.

Mateo: — Yo igual estoy para moverme un poco, ¿eh? ¿Cuánto le pondrías vos?

Pollo: — Lo vamos a encontrar al terreno, pero hay que irse lejos. Esto no va a poder ser en Pilar, por decirte un lugar que está de moda, tiene que ser en las afueras...

Mateo: — Y obviamente esa casa tiene pileta. Porque si tenés cancha de tenis, tiene pileta, te metés a la pile, te vas a la cancha de tenis…

Pollo: — No sé si no tiene un casero, mirá lo que te digo.

Mateo: — Pongo seis gambas. Pensémoslo. Yo creo que lo tenemos.

Pollo: — Te quedan 400 mil.

Mateo: — Con 100 mil, me voy al Mundial.

Pollo: — ¡Uh! Qué planazo.

Mateo: — Me llevo a los pibes al Mundial entre las entradas, los pasajes, el hospedaje... Somos siete.

Pollo: — ¡Nooo! Estás hasta las manos. En el Mundial todo es más caro y se juega en Estados Unidos, México y Canadá.

Mateo: — Pero alguna marca ahí ligamos. Se entera que estoy con mis amigos. Qué sé yo, me tiran un céntimo. Y a la noche metemos arrocito...

Pollo: — Nada de un Cipriani ni nada de eso. Comer en el depa...

Mateo: — Para mi estoy justo. Se almuerza en casa y se cena en algún lado.

Pollo: — Te quedan 300 mil.

Mateo: — A mí me gusta mucho cocinar, me haría como una especie de… Grandes cuchillos, cuchillos japoneses, las mejores cacerolas… Pero creo eso ya lo tengo con la casa, ¿no?…

Pollo: — Lo contemplo en los 600 mil iniciales. Pero me gusta que te guste eso. De última te podés pegar un viaje conociendo los mejores restaurantes del mundo.

Mateo: — ¡Esa es buena! Uno de 20 estrellas Michelin (risas). Las tiramos acá con viajes y comer rico. 100 destino para eso: morfar.

Pollo: — Te quedan 200 lucas.

Mateo: — Tengo un sueño, que es en algún momento es un plan que le propuse a mi hermana y creo que le gustó. Me gustaría tener una escuela de música. Yo pongo la face, mi hermana arma más el plan, digamos. Armamos la escuela, dos profes… Hay que poner mosca. Es una inversión. Con 100 pongo la infraestructura.

Pollo: — 100 lucas, lo último que queda.

Mateo: — Puede ser una girita de ir a ver shows. Para pensar ideas o... ¡Pará! Ya sé lo que quiero. Otro viaje de deportes. Me voy a ver los Grand Slam de todo un año, por ejemplo. Me veo los cuatro Grand Slam. me puedo llevar a Margarita, mi mánager, que es súper fan conmigo. Mi amigo Panchito lo puedo llevar a alguno también, que le gusta el tenis. Me gusta el plan: casa, viajes, deportes y comida.

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