“Toda la gente que está acá, está teniendo citas”, afirmó Hillary Roman, la organizadora detrás de las populares noches de citas rápidas que conquistan a cientos de jóvenes y adultos en la ciudad de Buenos Aires. “Son noches para conocer gente nueva. Tienen conversaciones durante alrededor de siete minutos para que la dinámica no se vuelva agotadora, porque suelen ser 11 hombres y 11 mujeres”, explicó.
El formato es dinámico y descontracturado. “Vienen con la idea de ‘matchear’, aunque también se arman muchos grupos de amigos, pero la idea principal es formar un vínculo romántico. Queremos que realmente se genere una conexión”, remarcó Hillary.
El evento está cuidadosamente planificado. En cada una de las mesas hay una cajita con preguntas que los ayudan a romper el hielo durante esos siete minutos. Y aunque el tiempo es poco tiempo para conocer a alguien, el ambiente está diseñado para que el proceso resulte fluido, amigable y divertido.

Cómo funcionan las noches de citas rápidas
La dinámica de las Tinder Nights está pensada hasta en el último detalle para que quienes asisten vivan una experiencia única, lejos de la monotonía de las pantallas y con la adrenalina de conocer a varias personas cara a cara en una sola velada.
El cronómetro marca el ritmo y obliga a los participantes a concentrarse en el aquí y ahora, permitiendo que cada charla sea lo suficientemente breve como para mantener el interés y que surja la chispa de la curiosidad. La mecánica estimula tanto la conversación como la interacción grupal.
“Luego de los siete minutos, cambias de mesa. Inicias una conversación con otra persona y al final de todas las rondas, hacemos algo en grupo para que todos puedan interactuar y se genere también alguna amistad”, explicó la organizadora. De esta manera, cada participante tendrá su oportunidad de conocer a las demás personas presentes.
“Durante el evento también tenes una bebida incluida en tu entrada. Siempre lo hacemos en distintos bares, que tienen propuestas gastronómicas diferentes”, resaltó.

El proceso del match y qué ocurre después del evento
Al finalizar las rondas, los participantes no saben de inmediato si han causado una buena impresión. Todo queda registrado en un discreto formulario. “Le damos a cada participante una hoja donde colocan el nombre de cada persona que van conociendo y si quieren que les pasemos su teléfono”, detalló la organizadora.
Este método asegura privacidad y evita momentos incómodos. “Nosotros revisamos todas esas hojas al día siguiente y cuando hay un match los ponemos en contacto para que arreglen una segunda cita”, indicó. Así, el proceso de matcheo no pasa por una aplicación digital, sino por la intervención personal de Hillary y su equipo.

Diversidad de edades y perfil de los asistentes
Lejos de limitar su propuesta a la juventud, las noches de citas rápidas se han abierto a diferentes generaciones, respondiendo a una necesidad creciente de socializar fuera de las plataformas digitales. “Hacemos estos eventos para todas las edades, para personas de 20 a 30, de 30 a 40, de 40 a 50 y hemos hecho de 55 a 70 porque lo pedían un montón”, remarcó.
Pero este fenómeno no solo se limita a aquellas personas que buscan el amor dentro de un rango etario determinado. El evento también permite “que entre todos puedan interactuar y se genere un grupo de amistad”, enriqueciendo la experiencia más allá de las expectativas románticas.

El precio y los beneficios de asistir
Además del aspecto social y emocional, Hillary destaca una ventaja que llama la atención entre quienes buscan alternativas para conocer nuevas personas: el costo y los beneficios incluidos. “Es más barato venir acá que tener una cita con una salida convencional. Comprás una entrada por 20 mil o 25 mil pesos, tenés tu trago incluido y vas teniendo 11 citas”, detalló.
Cada una de estas pequeñas citas está acompañada de opciones gastronómicas diversas, para que todos puedan disfrutar, independientemente de preferencias alimenticias o restricciones dietéticas. Y aunque nada impide que alguien decida invitar a otra persona durante la noche, la premisa es que el evento sea inclusivo y económico. “En la entrada está incluido un trago. Si alguien quiere también puede invitarle un trago a otra persona”, señaló la organizadora.

Por qué elegir citas rápidas en vez de apps o tecnología
En un contexto donde la virtualidad domina los vínculos románticos y las relaciones humanas, las citas rápidas ofrecen una alternativa auténtica y humana. “La virtualidad ha cambiado toda la forma en la que nos relacionamos. Yo hice esto porque a mí la pantalla me tenía agotada. Estaba todo el tiempo en mi casa y no conocía a nadie”, contó Hillary. Su experiencia fue una motivación para organizar las noches de citas rápidas y resume el sentir de muchos de los asistentes.
La saturación con las aplicaciones de citas es una realidad cada vez más extendida, especialmente entre quienes buscan una conexión genuina. “Las noches de citas rápidas se están llenando, porque la gente la única opción que ve es usar una aplicación. Hay un agotamiento en general de la virtualidad”, advirtió.
Es que si bien las apps han abierto posibilidades, para muchos se han vuelto un espacio sin magia ni verdadero contacto. La experiencia presencial rescata la espontaneidad, la energía de la conversación cara a cara y el lenguaje corporal como aliados fundamentales del cortejo.
Los siete minutos por turno son suficientes, a su entender, para “darse una idea de cómo es la otra persona". “Es una charla algo superficial, pero podés ver si hay intereses en común”, indicó Hillary.

¿Realmente se forman parejas?
La pregunta es inevitable: ¿estas citas rápidas realmente funcionan para crear vínculos duraderos? “Sí, se han formado parejas”, respondió Hillary, recordando casos que le compartieron los propios participantes.
La organizadora aclara que, si bien puede que no todos los encuentros deriven en una relación formal, los efectos positivos son evidentes. “Se han formado varias parejas y hay gente que continúa saliendo desde hace meses”, expresó.
Ya sea a través de una relación amorosa o de nuevos vínculos de amistad, las noches de citas rápidas demuestran, en cada edición, que las conexiones auténticas son posibles, combinando el azar, la apertura y la calidez en un ambiente creado especialmente para ello.