Emmanuel Horvilleur es cantante, compositor e instrumentista argentino con una extensa trayectoria. Alcanzó la fama como parte de Illya Kuryaki and the Valderramas, el dúo que formó junto a Dante Spinetta y con el que lanzó siete álbumes entre 1991 y 2001, destacándose por una propuesta que fusionaba funk, rap, rock y referencias al cine oriental.
En 2001, Horvilleur emprendió una prolífica carrera solista. Lanzó su primer disco Música y delirio en 2003, continuó con Rocanrolero en 2005 y Mordisco, en 2007, con el que ganó un Premio Gardel al Mejor Álbum Pop. Años más tarde estrenó Amor en polvo, Xavier, Pitada y Aqua Di Emma.
Colaboró con figuras como Gustavo Cerati, Ana Cañas y Adrián Dárgelos, demostrando versatilidad en los géneros musicales. Su carrera incluye reconocimientos internacionales, como tres Latin Grammy y una nominación al Grammy por su trabajo con IKV.
Horvilleur combina su música con proyectos audiovisuales, actuaciones en cine y televisión, y se mantiene activo en redes y plataformas digitales, con cientos de miles de seguidores que siguen su constante evolución artística. El próximo 18 de octubre se presentará en el Teatro Gran Rex de Buenos Aires, a las 20:30 horas. Las entradas ya están a la venta.
Pollo: — Yo te veo como un pibe que, desde siempre, estuvo muy comprometido con la buena música, enfocado en crear y sin desviarse de ese camino. ¿Me equivoco?
Emmanuel: — Yo siento que me gusta la música buena porque es la música que me hace gozar a mí, que me eleva y me mantiene en esto de la búsqueda constante. Es re debatible el hecho de pensar qué es la música buena. Me acuerdo una vez mi hijo me dijo: “¿Qué te pensás, que en una fiesta van a poner Stevie Wonder?” Yo disfruto con Stevie Wonder y seguro que la gente es más de una cumbia y ponerse a bailar toda la noche. Pero a mí me pones un Stevie Wonder y te lo bailo, ¿entendés?
Pollo: — Pero a lo que voy es que te gusta hacer música y se nota el respeto que tenés por la industria. Laburás para eso.
Emmanuel: — Yo respeto todo y a la vez irrespeto porque de eso se trata, también. De no ser solemne. También me gusta la cumbia, no toda. Pero, por ejemplo, hace poco hice una canción ahí con Mex de Amores como nuestro. Es un tema que lo tenía en la cabeza, me gustó y de pronto fui y lo canté. Me gustan los violeros de cumbia o la cumbia peruana, medio amazónica, también cosas de la cumbia santafesina. La música es como todo, hay cosas increíbles y hay cosas que no te gustan. Pasan todos los aspectos.
Pollo: — ¿Vas a hacer dos Rex?
Emmanuel: — En principio, uno. Venimos tocando más en lugares del rock, pero teníamos ganas de tocar en un teatro hace bastante. Así que sí, el 18 de octubre hacemos el Rex.
Pollo: — ¿Ya tenés en mente de qué se va a tratar o lo irán definiendo sobre la marcha?
Emmanuel: — Siempre es un proceso todo eso. El otro día vinieron unos pibes de la banda a casa y empezamos a jugar un poco con ideas. Yo tengo muchos discos a esta altura, entonces me digo: “Agarrá una canción que nunca la tocaste o que hace muchos años que no tocás”. También la gente te escribe y te pide. Pero me gusta todo el proceso y que sea que vaya depurando. A mí me gusta esa cosa de disfrutar también en lo que la gente pide, como Radios...
Pollo: — No creo que haya ninguna persona de más de 20 años que le pongan ese tema y no lo sepa. Y eso es increíble.
Emmanuel: — Sí, hay canciones que tienen una magia especial sobre las demás.
Los Grammy, el robot y la repercusión mediática
Pollo: — Hay una historia que me encanta sobre un robot y los Grammy. ¿Es verdad que compraste un robot?
Emmanuel: — No, no es que me lo compré en los Grammys. En realidad, en una época ibas a un salón con sponsors antes de la premiación. Era como un salón donde te daban de todo: desde pasta de dientes, hasta un paraguas, unas botas. Y había un robot…
Pollo: — Ustedes habían ido a la premiación con Dante.
Emmanuel: —Sí, estábamos nominados. Y el robot estaba increíble, pero no te lo podías llevar. Esto fue en el año 2013 o 2014.
Pollo: — ¿Y qué hacía el robot?
Emmanuel: — Tenía alguna interacción con vos. No me acuerdo si le ponías el celular, pero alguna cosita hacía. Yo quería el robot, estaba buenísimo. Pero no te lo daban ahí, tenías que dejar tu dirección de Argentina y te lo mandaban por correo desde Estados Unidos. Yo dejé todos mis datos, obviamente. Después fuimos, ganamos el premio por suerte, nuestro primer Grammy por la canción Ula Ula. Fue increíble. Aparte le ganamos a I Want You to Know…
Pollo: — ¡A Pitbull!
Emmanuel: — Y el Grammy tampoco te lo dan en el momento, te lo mandan. Entonces, al mes y pico me llega un mensaje de la aduana diciéndome que tenían un paquete, tenía que ir a buscarlo y pagar una cuestión aduanera. Yo dije: “Qué raro, loco. Ganar un premio y tener que pagar un canon por eso”. Me pareció una bolud**, entonces lo tuiteé (risas). Escribí: “Qué cagad* esto, tener que pagar. Cualquiera lo de la aduana que me cobren por ir a recibir un premio”.
Pollo: — ¡Ojo! Hasta ahí, tenías razón.
Emmanuel: — Tenía razón. Aparte de una época de quilombo con la aduana, entonces todos los medios empiezan a levantar eso y los titulares eran: “Le retuvieron el premio”.
Pollo: — Parecía que te estabas inclinando políticamente…
Emmanuel: — En ese momento nuestro manager, me llama y me dice: “Se armó un quilombo tremendo, me están llamando de todos los medios”. Eso fue al mediodía, ponele. A las cinco de la tarde me llamó un tipo de la aduana y me dice: “Emmanuel, acá se armó un quilombo tremendo porque vos pusiste un tuit. Yo te quiero decir que acá abrimos la caja y no hay ningún Grammy, hay un robot” (risas). Y yo dije: “¡No! El robot...”
Pollo: — ¿Te habías olvidado?
Emmanuel: — Por completo. Ahí dije: “No puedo ser tan bolud*” (risas). Porque aparte al otro día Capitanich terminando la conferencia, dice: “Quiero aclarar algo. Ayer dijeron que habíamos retenido el premio a Illya Kuryaki y la verdad es que no les retuvimos nada. Acá hay una foto…” y mostró el robot, ¿entendés? (risas). Fue el momento que más bolud* me sentí en la vida…
Pollo: — Encima me imagino que te salieron a matar.
Emmanuel: — ¡Sí! Me salieron a matar todos de todos lados.
Pollo: — Te digo que si no lo decía en la conferencia de prensa, pasaba. Pero la foto del robot era mucho...
Emmanuel: — Y lo que pasa es que se armó quilombo en la aduana.
Pollo: — ¿Vos tenés el robot actualmente?
Emmanuel: — El robot nunca llegó. Nunca lo fui a buscar. Me dio una vergüenza. Ya está.
Pollo: — ¿Y el premio?
Emmanuel: — Sí, el premio sí llegó y lo tengo.
Pollo: — Y no pagaron impuesto por eso.
Emmanuel: — No, no pagamos nada.
Pollo: — ¿Ustedes volverían un día? ¿Harían un remix con Dante?
Emmanuel: — Estamos haciendo cosas con Dante. Hicimos un festival buenísimo, hace unos meses, que se llamó Buena Vibra. Ahora tenemos un show en Colombia también de Illya Kuryaki and the Valderramas.
La comparación
Pollo: — Hoy la están rompiendo Paco y Ca7riel y, lejos de desmerecer, hay una leve comparación con ustedes. Muchos dicen: “Estos dos pibes me hacen acordar mucho a ellos”. ¿Te vale esa comparación? ¿La ves?
Emmanuel: — Entiendo por dónde va y si lo dice tanta gente, algo hay. Me encantan Ca7riel y Paco. Es lo que más me gusta de lo que nos representa en el mundo. Esa es la realidad. Los veo con su banda y van para adelante, se ríen y tienen un humor buenísimo en lo musical… Así que me encanta que nos asocien a ellos. Creo que hay algo…
Pollo: — Sí, algo hay...
Emmanuel: — Ca7riel es un súper guitarrista como lo es Dante. Paco es más un loquito como yo, ¿entendés? Y tienen un poco esa dinámica entre los dos, parecida a la que tenemos con Dante. Están también peleando un nuevo universo de ellos que está buenísimo y a mí me encantan.
Millón
Con una valija llena de dólares, el Pollo invitó a Emmanuel a comprar todo lo que desee. El único requisito es que el dinero no se puede donar ni guardar como ahorro. ¿Qué eligió?
Pollo: — ¿Alguna vez viste un millón de dólares?
Emmanuel: — No, nunca vi un millón de dólares así.
Pollo: — ¿En qué la quemamos?
Emmanuel: — Voy a arrancar por 300 mil. Se lo mando a una agencia de viajes o a una administración y le digo que me organicen las vacaciones de acá a 20 años.
Pollo: — No sé si te quedas cortina…
Emmanuel: — Bueno, pongámosle 400 mil.
Pollo: — ¿A dónde te gustaría ir?
Emmanuel: — Me falta recorrer bastante de Europa. La cuidamos la guita, igual. Pero tiene que servir también para meterme en un estudio y grabar con músicos de cada lugar…
Pollo: — Te quedan 600 mil...
Emmanuel: — Con 300 hago un upgrade en mi casa.
Pollo: — ¿Se puede decir en qué barrio vivís?
Emmanuel: — En Colegiales. Es el PH que me compré con la firma de mi primer contrato.
Pollo: — ¿Hace cuántos años?
Emmanuel: — El año que viene se cumplen 30 años… Vendería esa casa y me compraría otra en el mismo barrio. Me gusta.
Pollo: — Te quedan 300 lucas.
Emmanuel: — ¿Viste que ahora hay pocos subsidios del INCAA y todo eso? Haría una película.
Pollo: — ¿Actuarías? ¿La producirías?
Emmanuel: — No sé qué de todo eso. Sería como un correlato visual de algún disco. Pero que esté re buena.
Pollo: — ¿Aunque no tenga vuelta?
Emmanuel: — Tiene vuelta. Pero es más lento, como todo lo que invierte uno en la música. Invertiría en lo mío, sin dudas.