Hubo un tiempo de oro de la televisión abierta, un tiempo en el que Osvaldo Laport fue un actor imprescindible de la tele. Los personajes que encarnó eran tan pero tan populares que se convirtieron en icónicos. Catriel de “Más allá del horizonte”, Guevara de “Campeones de la vida”, El Tano de “Cosecharas tu siembra”, el Gitano de “Soy gitano, Aguirre de “Amor en Custodia” son algunos de esos personajes inolvidables. El símbolo sexual indiscutido de varias generaciones, a poco de cumplir 70 años, se prepara ahora para interpretar al rey Tritón, un personaje de la comedia musical “La Sirenita”. Es, además, embajador de ACNUR desde hace 20 años, el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, donde representa a los marginados, a los perseguidos, a los descartados del mundo.
– Los que son forzados a huir para salvar sus vidas. Sí, soy uno de los embajadores más antiguos o viejitos. Tiene que ver con un destino que tenemos marcado. Cuando yo era muy chico, a los 7 u 8 años, le decía a mi vieja que quería una goma de borrar gigante para borrar los límites geográficos de los países del globo terráqueo.
– Es muy difícil lo que se vive en esos lugares, recuerdo que viajaste al Congo.
– Sí, muy difícil. Quiero volver para saber cómo están o qué se hizo, si se logró algo. Porque hay miradas, hay situaciones y sensaciones que se van conmigo.
– Es la mirada más desolada, recuerdos que pegan muy adentro.
– Sí, son muchos. En la frontera de Siria con Líbano había un matrimonio muy jovencito con un bebito de la mano y ella embarazada. Él con lágrimas en los ojos, me decía que estaba feliz porque tenía la oportunidad de que su hijo pudiese olvidarse de la guerra y que el que estaba en la panza no conociese la guerra. Fue reasentado en otro país de acogida.
– Se van con lo puesto.
– Sí, porque lo pierden todo María Laura.
– No hay grandes voces públicas que hablen de la situación en que están tantos millones de personas. Y el Papa no va a estar más para recordarlo.
– No. Y hay una situación muy frágil en este momento a nivel mundial por la falta de acompañamiento y de colaboración. Son más de 120 millones de personas en el mundo que huyen para salvar sus vidas víctimas de la persecución, de la discriminación racial, religiosa, política, por pensar diferente, por sentir diferente, por la guerra.
– Hiciste muchos viajes. ¿Te gusta hacerlos?
– Sí, es mi compromiso de vida, es mi patrimonio de vida. Mi familia, Viviana y Jazmín, son conscientes de que también ellas están para acompañar.

– Simultáneamente todos estos años encarnaste personajes que son muy recordados.
– Yo creo que tiene que ver con una actitud, una transgresión y un privilegio de los productores en esa época maravillosa de la televisión y había un loco que se tiraba a transgredir. Como dijo en oportunidad Omar Romay y Berlusconi de Italia, “este tipo se tira a la pileta con agua o sin agua y quiere nadar”.
– ¿Los memes que circulan te molestan?
– Todo lo contrario, sería muy poco inteligente de mi parte no aceptar las nuevas modalidades de las nuevas generaciones. Al principio sí, pero desde el desconocimiento. Pero de pronto mi hija, mis sobrinos, los hijos de mis amigos y los pibes en general me dieron el lugar de entender.
– ¿Te piden que actúes ese momento famoso del diálogo con Solita Silveyra en “Amor en custodia”?
– Todo el tiempo. “Necesito hacerte el amor”, jajajaja. Los chicos y los grandes, todo el tiempo. Es más, he tenido entrevistas en otros países porque no solamente acá se ha viralizado ese meme. Vos decís, ¿se vio la novela allá? Si no se vio lo vieron por YouTube o en otras plataformas.
– Este año estuvo tu amigo Roly Serrano acá sentado.
– Mi hermano de la vida.
“EN MI CASA TRABAJO EL PARQUE CON BOTAS DE GOMA EN BOLAINAS. DEBERÍAMOS ANDAR TODOS ASÍ”
– Son muy cercanos. Contó anécdotas tuyas, dijo que te gusta andar “en bolas”, así, textual.
– ¡Ja, ja, ja, a él también! ¡Pero claro!
– Dice que vos das vueltas por la casa desnudo cuando comparten vacaciones o alquilan una casa por trabajo. Que como tenés todo el cuerpo trabajado, ésa es una manera de lucirlo.
– ¡No, no, no! Imaginate en mi casa, con una carretilla, botas de goma, y en bolainas trabajando el parque.
– Siempre en bolas.
– Esteeeeeee…. sí, tiene que ver con la libertad y con la necesidad, con todo esto que estamos hablando e inclusive con este compromiso con la humanidad.
– ¿La desnudez?
– Sí, totalmente. Deberíamos andar todos así. Yo recibo a través de las redes mucha represión, mucha gente de otros países, con otras culturas, que incluso me dicen: me gusta cómo te vestís, acá no podemos vestirnos así.
– ¿Y en relación a andar por la vida desnudo, qué te dicen?
– También, me hablan de la posibilidad de vivir la libertad. No sé qué decirte porque para mí no es…
– No es tema. Pero tu cuerpo desnudo es un tema para el público que lo quiere ver. En las obras de teatro que protagonizás ¿se te pide que estés con poca ropa, o no?
– Claro, te digo más, en la primera prueba de vestuario de mi personaje Tritón en La Sirenita, aparecen con el pez, todas las escamas, el tridente y la corona. Y el director, Ariel del Mastro, me mira y dice. “¿Y por qué lo tapan? ¿Por qué lo tapan con el cuerpo que tiene? ¿Con la edad que tiene? ¡Sáquenle! ¡Sáquenle!” A mí me encantaría relajarme y comerme, qué sé yo, tres empanadas, jajajaja.
– ¿Pero hasta dónde mostrás?
– Hasta acá (n de la r : señala la cintura). Para arriba.
– Es una comedia musical para chicos…
– Es un espectáculo para la familia.
“YO DE ACÁ ME VOY AL NUTRICIONISTA, ME CUIDO SIEMPRE. TIENE QUE VER CON MI RESPONSABILIDAD Y CON UN SENTIDO DE LA ESTÉTICA”
– Todos los productores quieren que muestres. Cuando hiciste la obra de teatro con Solita, ¿no estabas vestido apenas con un toallón?
– Claro, el año pasado. Es más, yo de acá me voy al nutricionista. Me cuido siempre, tiene que ver con mi responsabilidad y con un sentido de la estética. Por ejemplo, Tritón, ¿quieren esa imagen? ¿Yo también acepto? ¿Es un sacrificio? No importa. Me han privilegiado nuevamente para un personaje atípico. En esta etapa de mi vida, bordeando los 70 que me hayan convocado para ser Tritón de La Sirenita es como una coronación a tantos personajes atípicos con transgresión.
– Te tomás muy en serio trabajar el cuerpo que necesita el personaje. A eso me refiero cuando digo que sos el constructor de los personajes. Roly me contó…
– ¿Qué te dijo?
“A VECES BORDEO LO OBSESIVO. CADA VEZ QUE ARRANCO UN PROYECTO NUEVO ALERTO Y DIGO: NO SE ASUSTEN”.
– Que todos los días estás entrenando desde muy temprano, que casi al alba arrancás.
– Por ejemplo, si voy a hacer temporada teatral a donde sea, antes de meter las maletas en la camioneta meto pesas, meto mancuernas, meto proteínas, meto polvitos, cosas. Por suerte tengo una compañera de la vida, Viviana, y somos compinches también en eso.

– ¿Tenés una disciplina poco común?
– Sí, a veces bordeo lo obsesivo. De todos modos, cada vez que arranco un proyecto nuevo, alerto y digo: no se asusten, denme tiempo, soy de tránsito lento, jajaja. Porque llevo mi proceso de búsqueda.
– Dijiste que estás bordeando los 70, es increíble que el año que viene vayas a cumplir 70. ¿Dónde están esos años? No están, no se ven.
– Gracias. Tú también, tú te encuentras hermosa como siempre.
– No te dan ni 50 años, no se te ve la edad. No sé cómo la llevás.
– Muy bien, muy feliz. Tenemos una filosofía de vida con Vivi y con Jazmín, que ya no está más en casa, que tiene que ver con la calma, con la búsqueda del equilibrio, con el respeto a uno mismo, con el respeto a los compromiso laborales.
– ¿Qué trajeron de bueno y qué trajeron de malo los años?
– Estoy bien, de verdad. A Viviana le encanta cocinar y vamos viendo los descubrimientos de la comida natural. Por ejemplo, las propiedades que tiene la nuez de la palta, todo natural. Claro está que me encanta un buen vino, claro está que me encanta comer, pero es un recreo, un permitido.
– Esta disciplina con la comida logró que hoy no también tengas ningún achaque.
– No, tengo mucha actividad física.
– ¿Cómo te imaginás los próximos años? Teniendo en cuenta que no te avisa el cuerpo que va pasando la vida.
– Igual, igual. Como actor me han preguntado, ¿qué personaje tenés como asignatura pendiente? Yo siempre dije: que la vida me sorprenda. Y la vida me sorprendió todo el tiempo y me sigue sorprendiendo.
– Están los que somos así, soy como vos, los que vamos viendo lo que hay. Y están los que tienen una idea a futuro, una carrera, un objetivo.
– No, no podría, no. Sí hay un objetivo y es ser actor. Yo arranqué vistiéndome de Papá Noel también a los ocho años, con un traje que me hizo mi vieja de papel crepé porque se me antojó. Y es el día de hoy que mis sobrinos de 30 pirulos me piden que me vista de Papá Noel.

– Pensaba que hablando de tus construcciones, la relación con tu mujer Viviana es una gran construcción de 46 años.
– Sí, muy bien, el 16 de mayo cumplimos 46.
“YO LAVO, YO PLANCHO. CON VIVIANA LAS COSAS DE LA CASA SON UN LABURO EN COMUNIÓN”
– Me dijeron 46 y tuve que chequearlo varias veces. Porque no puedo creer la cantidad de tiempo que llevan juntos. Es milagroso. ¿Lo tenés claro?
– Sí, claro. Y nos suceden cosas muy bellas que están relacionadas con la intimidad. Con la temperatura, con la piel, con los mimos, con el mate en la cama. “Uy, tengo frío los pies”, entonces me levanto, traigo las medias y se las pongo. Desde hace un tiempo que no tenemos alguien que nos acompañe a las actividades de casa. Entonces yo lavo, yo plancho, Viviana hace las cosas de la casa y es un laburo en comunión. Y cuando Jazmín dice “voy para allá, qué hay de rico”, es una fiesta. Y trabajamos juntos en el arte, estamos preparando un espectáculo de burlesque.
“EL SILENCIO TAMBIÉN ES PARTE DEL DIÁLOGO. EL SILENCIO ES RESPETARME YO Y RESPETAR AL OTRO”
– Son 46 años, además, muy unidos, muy juntos. ¿Viste que hay gente que se cansa de estar al lado del otro?
– Bueno, es posible que hayamos tenido etapas de transición.

– De crisis.
– Y de crisis como todo el mundo. Pero yo he vivido situaciones dentro de esas crisis de hace muchos años, donde descubrí el sufrimiento de un hijo y dije: sí, estamos cerrados, estamos equivocados, los hijos no tienen la culpa de esas crisis. Yo hablo mucho, y Jazmín creció con eso, de que hay que entender y que encontrar el equilibrio. Entender que el silencio también es parte del diálogo. El silencio es respetarme yo y respetar al otro. Y tal vez esa necesidad de dialogar… no es el momento, es después.
– Esto que estás diciendo es súper sabio porque está sobrevalorado estar todo el tiempo hablando de lo que nos pasa. ¿Por qué?
– Con todo el respeto del mundo, también está sobrevalorado todo lo que está relacionado con las decisiones de una relación de dormir en camas separadas, habitaciones separadas o juntos: cuanto más juntos estamos en esa cama es más hermoso, porque tenés más posibilidades. Así te acuestes enfadado, el solo hecho de saber que hay una temperatura, te permite reflexionar. “Me equivoqué”, “no me equivoqué”. “¿Y si la abrazo?” “¿Y si me manda al carajo?” De pronto te acercás, te abrazás y te das cuenta de que estaba esperando ese abrazo.
– Es una pareja old fashion la que está describiendo, una pareja tradicional que duerme en la misma cama y que respeta el silencio del otro, el espacio del otro. Los últimos años se escucha lo contrario: que hay que hablar todo y que mejor cada uno en cama separada, cuarto separado.
– De oportunidad, de reencuentro y de reconciliación. Se pierde mucho tiempo en la discusión, en el distanciamiento, en la distancia. Y de pronto ese mate te permite reflexionar. ¿Te enojaste, querés un mate? No, ok, respetás. Ya te lo va a venir a pedir.
– Hacerse el distraído con algunas cosas es muy útil. Algunas cosas hay que dejarlas pasar.
– Sí, totalmente. Los otros días amigos de la vida que estaban distanciados se iban a encontrar, iban a viajar juntos. Él me dice: me voy, amigo, y le voy a decir… Le digo: “¡no! ¿Qué le vas a decir? ¡Disfrutá el día! ¿Para qué? ¿Para que la embarres y se vuelvan? Vas a tener tiempo de preguntarle a la vuelta después de tres días por qué te invitó”. Y es así.
– ¡No hablemos todo!
– No hablemos todo.

– Debe haber alguna explicación mágica para que ustedes funcionen tan bien durante tantos años, con crisis y todo. Es un montón como se quieren y cómo se entienden. Hay algo que los dos hacen, como un baile.
– Somos muy diferentes. Los dos somos el yin y el yang. Para Jazmín es una fiesta, una comedia, opinamos uno blanco y el otro negro.
–¿Eso es lo más divertido, no? Tienen algo pegote, como de adolescentes.
– Pero sí. Estamos armando este espectáculo de burlesque y anoche con Viviana buscamos vestidos para sus números. Yo le busco los vestidos.
– Quiero saber sobre otro vínculo que vos tenés, con Solita. Cuando le pregunto a Solita sobre vos habla maravillas. Pero tuvieron idas y vueltas.
– Es natural y está bueno también que eso suceda. Tiene que ver también con la evolución, con el crecimiento y el respeto al otro. Además de compañeros de laburo, somos dos personalidades totalmente diferentes. Hemos tenido entredichos, hemos tenido momentos y etapas de silencio.
– ¿Cómo salían de esa etapa?
– Reencuentros. Solita es un ser… Y con su familia, inclusive los hijos… Para Jazmín es la mamá de la ficción.
– Es un vínculo que te acompañó toda tu carrera, como Roly.
“NO PUDE DESPEDIR A MIS DOS HERMANOS, HAY UN DUELO QUE NO ESTÁ CERRADO”
– Es como un Roly Serrano. Roly es el hermano de la vida, es el tipo que temí perder. Curiosamente yo perdí dos hermanos muy seguidos.
– Sé que no pudiste despedirlos.
– A ninguno de los dos, ahora estoy un poco mejor. Hay un duelo que no está cerrado porque estábamos en un campo, estaba filmando. Lo curioso es que filmamos una película se llama “Hombre muerto”, y otra que se llama “Partida”. Todos tenemos un destino marcado.
– Rolly es hermano, Solita hermana. Con ella se pelean, se amigan, se pelean, han tenido mucha cosa en común.
– Sí. Por ejemplo, cuando se habla de esa escena icónica en la que teníamos sexo arriba de un caballo, tenía que ver con la confianza de ella en mi locura, así como tengo esa locura de buscar personajes raros. Más allá del acierto o el desacierto de hacerlos, transitaron siempre la verdad cada uno de ellos. Es como el meme, que está extirpado de una situación que verdaderamente era frágil para el tipo. Él venía de velar, de enterrar a su esposa y dentro del dolor él le decía a esta mujer que tenía ganas de hacerle el amor, pero también le decía “no debo”, “no puedo”. Son situaciones entre cuatro paredes.
– Yo me quedo con la construcción de tus relaciones, muy largas, muy sólidas. No solo con tu mujer Viviana, la relación con Roly, la relación con Solita, con tantos amigos.
– Sí, tengo mucha gente que amo, amigos. Yo era canillita a los ocho años y uno de mis clientes era el médico del pueblo. Le fui a llevar el diario y me encontré con dos pibitos de mi edad, Adolfo y Amparo y me olvidé de repartir el diario porque me quedé a jugar con ellos. En un momento salió una señora a la puerta, que hoy tiene 104 años. Es como mi segunda vieja Anita, y siempre me dijo: ‘no vas a parar Osvaldin, no vas a parar hasta que no seas un Lawrence Olivier’. Una mina muy culta, con una cabeza impresionante y con una historia muy fuerte.

“ES MARAVILLOSO QUE YO ESTÉ NERVIOSO, QUE YO ESTÉ DICIENDO, DÓNDE CARAJO ESTOY PARADO?”
– Se está por estrenar La Sirenita en Argentina, con un elencazo, un suceso. Los que somos padres conocemos todas las canciones de esta comedia.
– Para mí como trabajador del arte es un privilegio, más allá del personaje de Tritón, estar dentro de un marco donde, joder, ¡es Disney! Donde todo está supervisado por Disney y además están los productores argentinos. Estamos ensayando y me quedo admirado del talento, del profesionalismo y de la calidez de las nuevas generaciones de trabajadores del arte, bailarines, cantantes. No es mi intención vender nada, lo digo desde lo que me pasa en esta etapa de mi vida, me siento privilegiado de estar aprendiendo de esto. Va a ser un espectáculo donde está toda la carne al asador. Es maravilloso que yo esté nervioso. Es maravilloso que yo esté diciendo, ¿dónde carajo estoy parado? Debutamos el 5 de junio.
– ¿Vos crees que llegás a los 100 o los pasás? ¿O sos inmortal? Tenés una energía que no tiene que ver con 70 años. Tu querida Anita tiene 104, ¿verdad?
– Sí, Anita cumple 105 ahora en agosto.