Federico Bongiorno, conocido popularmente como Fefe, es un joven comunicador argentino que se destaca como uno de los analistas más reconocidos del reality show Gran Hermano. Con tan solo 22 años, comenzó a ganar notoriedad en redes sociales al compartir resúmenes diarios del programa en Twitter (ahora conocida como X), lo que le permitió aumentar significativamente su número de seguidores.
Su pasión por el formato lo llevó a convertirse en una voz autorizada en medios de comunicación y fue convocado por distintos programas para analizar el desarrollo del reality. Además de su actividad digital, trabaja en televisión como parte del equipo de LAM, y participa en los programas de streaming Patria y Familia, en LUZU TV, y El Ejército en Bondi.
Su formación académica incluye estudios en Relaciones Internacionales y Marketing, lo que complementa su perfil como comunicador versátil y comprometido con la cultura pop y el análisis televisivo. Actualmente, en la red social X cuenta con más de 400 mil seguidores.

Mai: — Empecemos desde el minuto cero. Vos te armás una cuenta de Twitter. ¿En ese momento ya eras FF?
Fefe: — A mí me empiezan a decir FF curiosamente por un participante del Soñando por Bailar. Mi vida está totalmente marcada por los realities. Cuando era chiquito, tenía 12 años más o menos y me empiezan a decir así. Yo uso Twitter desde que tengo 9, algo que no le recomendaría absolutamente a nadie. Está mal. Yo ahora tengo 24. Arranqué en 2009 o 2010 más o menos. Me acuerdo que me hice Twitter y desde ahí siempre fue mi red social favorita.
Mai: — Es fuerte que un nene de nueve años use Twitter.
Fefe: — Es fuerte aunque siento que no me traumó tanto. También Twitter fue cambiando mucho con el paso de los años, pero a mí siempre me gustó mucho la escritura. Yo siempre me llevé mejor con la escritura que con el habla y me gustaba el formato de esto, de que la gente pudiera opinar de todo, todo el tiempo. Era un lugar para informarse. Yo en ese momento era muy fan de Lady Gaga, lo sigue siendo, y era un lugar donde yo podía informarme y hablar con fans. También era el momento donde los famosos más lo estaban usando. Entonces era una oportunidad de conectar con la persona que veías en la televisión y así lo usé toda mi vida…
Mai: — ¿Tus papás sabían que usabas Twitter a los 9 años?
Fefe: — Sí. De todos modos, te reconozco que siempre tuve un acceso a internet bastante irrestricto dentro de todo. Sí me decían: “Cuidate de tal cosa”. Pero nunca me criaron con miedo, ¿entendés? Como que siempre me recomendaron las cosas desde un lugar de confianza. He sabido con qué cosas sí y con qué cosas no.
Mai: — Yo creo que haber usado Twitter de tan chico te hizo desarrollar este intelecto que tenés porque ahora tenés 24 años, pero pareces mucho más grande en la forma de expresarte y de analizar.
Fefe: — Yo le debo mucho a las redes sociales más allá de mi trabajo de ahora. Todos mis intereses fueron nutridos a partir de las redes sociales. Yo soy bilingüe en inglés y la realidad es que aprendí el idioma solo a partir de programas, de música y demás. Y eso le doy las gracias a internet. Yo sé que a veces se habla mucho, especialmente de Twitter, pero de todas las redes sociales se dice que son como una cloaca y creo que obviamente tienen su lado negativo, pero también tiene que ver con qué es lo que hacen los humanos con eso. A mí me ha moldeado de una manera en la que yo no sé qué tipo de personalidad tendría hoy si hubiera nacido en los ‘80.
Mai: — ¿Vos sabías que querías ser periodista? Porque estudiaste otra cosa...
Fefe: — Soy licenciado en Relaciones Internacionales. Siempre me gustó mucho la comunicación. De hecho, yo desde los 16 hasta los 21 o 22, trabajé en una revista de Estados Unidos que era más que nada sobre cultura pop y demás. También tenía una cuota social muy importante. Pero siempre me gustó eso y bueno, fue como llevarlo por un lado desde el interés genuino. Después se convirtió en una carrera.
Mai: — Vos empezas a hacerte popular con el Gran Hermano 2022. ¿Qué pasó ahí?
Fefe: — Claro, yo me hago muy fan de Gran Hermano de chiquito. Miraba el de acá, pero era muy chico para el último Gran Hermano de Telefe. Yo tenía diez años y comentaba en Facebook. Pero era otro tipo de consumo. Cuando tengo unos 13 o 14 años, que ya Gran Hermano acá no se hacía o se hacía de otra manera en otro canal, me empiezo a interesar mucho en los de afuera. Empecé a mirar el de Estados Unidos, Canadá, Reino Unido y Nueva Zelanda. Una locura. Lo consumía mucho al reality y en un momento yo tuiteaba en la cuenta que tengo hoy de esos Gran Hermano, pero a nadie le importaba. Me seguían mis amigos. Hablaba de un programa que acá no se transmitía, entonces ahí es donde decido hacerme una cuenta en inglés y me hago muchos amigos de un montón de países en base a hablar de Gran Hermano. A mí me divertía mucho tener gente con la cual compartir una charla sobre mi programa favorito. Cuando empieza el de acá de nuevo, a mí me entusiasmó compartir con gente de mi país algo que a mí me divertía. Y así empecé. Yo en ese momento estudiaba, todavía estaba haciendo la carrera y aparte trabajaba remoto para una empresa de una firma de abogados de Estados Unidos. Nada que ver. Justo el día que arranca tenía poco laburo y no cursaba y lo tuve de fondo todo el día.
Mai: — El vivo de GH...
Fefe: — Claro, en la casa. A la noche, dije: “Voy a contar un poquito lo que pasó en el día”. No lo pensé como algo redituable ni nada, era como simplemente la gente que me seguía, que estuviera enterada. Quería generar conversación porque era lo que a mí me gustaba. Y ese tweet que son cinco renglones, explotó y la gente me lo empezó a pedir todos los días y se convirtió en un trabajo.
Mai: — Se convirtió en el clásico resumen de FF.
Fefe: — Total. Era una locura. El primer día de ese Gran Hermano, que fue 17 de octubre de 2022, yo tenía 3000 seguidores y a las tres semanas ya eran 100 mil.

Mai: — ¿Sos adicto al teléfono?
Fefe: — Sí, muy. Y ahora también es parte de mi trabajo. Entonces tengo esa excusa. Debo tener 12, 13 horas con el celular. Es mucho. Pero más allá de que ahora digo esto de bueno, es mi laburo, la realidad es que también era así antes. Pero debería cambiarlo.
Mai: — ¿Tu primera participación en televisión fue en GH?
Fefe: — La primera participación en cámara fue Juariu, que estaba haciendo el streaming de GH. Yo llevaba una semana y me dijo: “Vení”. Yo no entendía cómo pueden arriesgarse. Puedo ser un loco, pero por lo menos no saber cómo hablar en cámara y demás. Y fui porque me divertía. Yo al principio lo tomé como una anécdota. Decía: “En 20 años le voy a contar a mis hijos que tuve un momento en el que fui a la televisión y me invitaron a tal lugar”. Yo aparte estaba estudiando otra cosa. Nunca, si bien siempre lo tuve como un hobby, nunca me sentí como que iba a terminar laburando de comunicador.
Mai: — ¿Nunca lo imaginaste en tu vida? Te digo porque acá vienen muchos y te dicen: “Yo empecé a crear contenido en redes porque quería ser famoso”
Fefe: — Jamás, jamás se me pasó por la cabeza. Dije esto termina de Gran Hermano. Yo sigo con mi vida y queda en la anécdota. Me gustaba el mundo de los famosos y todo eso, pero como algo desde afuera. De hecho, al estar tan metido, también sabía de todos los peligros que eso conllevaba, el tema de la exposición, y nunca lo pensé.
Mai: — ¿Qué cosas de la televisión de los medios tradicionales te sorprendieron para bien y para mal también?
Fefe: — Para bien, el trato. Hay como esta idea de que la gente en televisión es muy fría y es muy mala y te va a cortar la cabeza y seguro hay de eso. Pero yo arranqué laburando en un lugar muy fuerte que es la LAM. A mí la gente el primer día que fui me dijeron: “Tené cuidado porque ahí te matan”. Yo consumía el programa, pero eso me hizo entrar con mucho miedo. Y la realidad es que, curiosamente encontré mucho mejor trato en la televisión que con los influencers.
Mai: — ¿En qué situaciones te pasó?
Fefe: — Siento que con la gente de mi edad, no digo toda porque la verdad tengo los amigos que me he hecho en las redes, lo valoro muchísimo, pero hay como esta cosa de “pego un viral, pegó dos virales y ya soy Dios”. Me invitan al VIP de la Bresh y ya soy muy superior a vos. Creo que se confunden muy rápido, no digo todos y tampoco me gusta caer en estas cosas de decir: “Los pendejos, nada que ver”. Pero está esta imagen del lado de las redes, que la tele es el infierno y que todos somos buena onda en las redes y yo no siento eso para nada. De hecho, el LAM es el mejor ejemplo de un lugar donde hay gente muy grosa de verdad, no sólo la gente que está en cámara, detrás también. Y todo el mundo me trató excelente y me trata excelente hasta el día de hoy y nunca me quisieron rebajar ni por ser más chico, ni por no venir de ningún lado, ni por ser nuevo en el medio. Nadie me hizo pasar un mal trago jamás.
Mai: — Empezando por Ángel, que uno lo ve de afuera y todos le tienen miedo y es el tipo más generoso…
Fefe: — Más bueno y más generoso. Yo también valoro mucho que me den libertad creativa. De hecho, yo había ido varias veces a LAM de invitado para hablar de Gran Hermano, y él un día me dijo: “¿Estás trabajando?”. Yo tenía esto de la firma de abogados. Le digo: “Sí, pero no acá”. Me dice: “¿Te gustaría trabajar en la tele?”. Le dije: “Mirá, me puede parecer divertido, pero yo no estudié esto. No tengo idea”. “Yo te veo pasta de productor”, me dijo y confió ciegamente. Quizás con un poco de información de lo que había visto en televisión, pero tenés que tener un ojo muy afilado para notar eso de alguien que ni siquiera te lo está pidiendo. Y la verdad es que él lo vio y hoy digo: “Tiene razón. Algo había”.
Mai: — ¿Y también trabajás de productor en LAM?
Fefe: — Es un rol mixto. Yo arranqué como productor creativo y demás. La idea era esto de que si había un tema que me interpelara, como puede ser Gran Hermano o ciertos realities, me sentaba a hablar un ratito. Un día nos sentamos con Pepe, la dupla funcionó y medio que quedamos. Pero a mí me gusta eso de los laburos. Me gusta poder servir para todo porque si no me aburro.
Mai: — Yo veo que todo se te da muy fluido y eso es hermoso. Desde afuera no se nota que sufras el proceso.
Fefe: — Es que eso es algo que tengo muy en claro y lo he tenido en claro toda mi vida. Yo no creo en esta cosa de la cultura del sufrimiento. Siempre tuve muy en claro que si algo en mi vida, ya sea el estudio, el trabajo, las relaciones, no lo disfruto, entonces algo, algo mal estoy haciendo. Obviamente hay momentos de más presión y hay que saber estar a la altura de eso, pero si yo no disfrutara algo de este trabajo no lo haría más. Soy optimista en general, siempre trato de ver el vaso medio lleno e incluso en los momentos donde puedo estar más bajoneado. Tengo que ser muy consciente de lo que tengo porque más allá de lo laboral, siento que la vida me ha dado muchas oportunidades muy buenas. Yo no vengo de una familia de dinero ni nada. A mí me gusta recalcar que yo no soy hijo de nadie, que tampoco no creo que esté mal porque hay gente que es hija de o ex de o amigo de que igual es muy útil para este trabajo. Tampoco creo que tenés que ser licenciado en todo para hablar frente a una cámara. Creo que tenés que tener responsabilidad, que es lo mínimo, pero siento que a veces los medios de comunicación son tan difíciles que parece esto como si no tenés un contacto, si no tenés una cosa, es imposible…
Mai: — Esto se está abriendo. Por eso es la razón también de este ciclo, traer gente como vos…
Fefe: — Que es gracias a las redes. La realidad es que te abren puertas a que la gente te conozca y sepa de tu laburo. Y lo mío fue eso también. Creo que en todo hay una cuota de suerte, pero no me gusta menospreciar mi laburo. Yo laburé muchísimo y laburo. Hoy yo hago cuatro programas diarios.
Mai: — Hay un tema también con quienes trabajan en televisión que ganan mucho menos que influencers que sólo suben un par de historias desde la zona VIP de un boliche. ¿Qué opinas de esto?
Fefe: — Y ese es el dilema, ¿no? Hay mucha manera de hacer plata fácil en las redes y es imposible si por lo menos venís de un contexto como el mío, que no es terrible, pero no es el mejor. A veces resistirte a eso porque decís: “Che, mirá, es una historia promocionando esto y me dan tanta guita”. Y yo sé que un mes laburando, incluso en los medios, no tengo ni un cuarto de eso. Pero a mí lo que me pasa es que a mí me gustan las redes, me gusta comunicar, me gusta informar, me gusta nutrirme de este ida y vuelta. A mí me gusta el laburo fijo, me gusta tener un jefe, una estructura, hacer un programa y las acciones publicitarias en redes las hago porque, no te voy a negar, me dan plata, me dan una estabilidad, me dan esto que yo busco. Pero a mí el laburo de todos los días es el que me hace rico. Y si yo dejara de hacer eso y solo me dedicara a hacer acciones publicitarias en redes, me parece que terminaría teniendo un contenido muy vacío y tendría un alma muy vacía. A mí me nutre el trabajo, me gusta trabajar y tengo la suerte de laburar en todos lugares donde se me trata bien y se me valora desde todos los aspectos.

Mai: — ¿Qué cosas te dan ansiedad?
Fefe: — Algo que me da mucha ansiedad del futuro es la cuestión de ser propietario. Es algo que me encantaría para mi futuro. Sé que es muy difícil para los jóvenes, entonces es como que gran parte de todo mi esfuerzo es con esa meta.
Mai: — ¿Vivís solo hoy? ¿Alquilas?
Fefe: — Vivo con mi mamá.
Mai: — ¿Podrías vivir solo y elegís vivir con tu mamá o...?
Fefe: — Si, es un poco de ambas. Económicamente sí podría vivir solo. Es a lo que aspiro, pero siendo propietario. No sé si voy a poder, porque la realidad es esta. O sea, vivir en este país y ser propietario es muy difícil.
Mai: — ¿Y por qué tenés esa obsesión? Porque en tu generación ya no pesa tanto ese mandato...
Fefe: — Y porque soy una persona que más allá de todo busca la estabilidad. Yo en todo lo relacionado a mi vida soy muy racional y busco siempre la estabilidad. También sé lo que le costó a mis viejos un montón de situaciones. Y digo: “Siento que ese es el día que yo sea propietario, si es que ese día llega”. Siento que es el día donde voy a estar relajado, no del todo, pero me voy a sentir más tranquilo. Y yo quiero formar una familia también, entonces, es una ansiedad.
Mai: — ¿Te gustaría ser papá?
Fefe: — Me encantaría ser papá. Yo apunto siempre a la estabilidad en todas las áreas de mi vida.
Mai: — ¿Con cuántos hijos te imaginas?
Fefe: — No lo he pensado. Creo que dos. Pero también, ¿sabes lo que me pasa? En general, estas metas me gusta tenerlas como algo lejano. No soy una persona que esté pensando tan en el objetivo puntual. Obviamente, ser propietario es algo grande, tener una familia, pero nunca he sido de ponerme esos sueños como: “Quiero conducir Gran Hermano” porque siento que eso te termina nublando la vista de lo que puede ser tu vida.
Mai: — Última pregunta que le hago a todos los invitados al ciclo y es: ¿qué se necesita para ser un nacido en redes y prosperar?
Fefe: — Yo creo que la gente percibe mucho cuando algo es genuino y si lo tuyo es genuino, le pones voluntad, trabajo y una cuota de tu personalidad que, al fin y al cabo, todos somos especiales, únicos y tenemos algo para aportar a la vida en general, aunque suene cliché. La gente lo va a percibir como lo que es y crecerás más, crecerás menos. Pero hoy es importantísimo construir un nicho, una comunidad, sea más grande o más pequeña. Y quizás suene utópico, pero que todos tenemos un lugar en los medios de comunicación y en las redes sociales. Simplemente es encontrar tu voz. Y esto me costó muchísimo, pero lo aprendí: si el primer intento de algo que hiciste en las redes sociales es perfecto, es porque lo estás haciendo muy tarde. La vida es mandarse y probar hasta que algo te salga, te convenza y le guste a alguien.