Eleonora Wexler es una talentosa actriz argentina, reconocida por sus papeles en telenovelas y unitarios. A lo largo de su carrera, ha sido galardonada en múltiples ocasiones, incluyendo el Martín Fierro a la mejor actriz de novela en 2009 por su interpretación en Valientes.
Sus primeros pasos en la actuación fueron a los 8 años. Inició teatro y en la adolescencia empezó a destacarse en televisión, consolidándose como una figura querida y respetada en el medio. A lo largo de su trayectoria, interpretó una amplia variedad de personajes, especialmente villanas. En Son de fierro interpretó a Rita, una villana psicópata; y en Valientes, su papel como Juana, una mujer obsesionada con Leo (Luciano Castro), le valió el reconocimiento tanto del público como de la crítica.
En los años posteriores, Eleonora continuó sumando éxitos en proyectos como Un año para recordar, Vecinos en guerra y Noche & Día. Protagonizó además tres exitosas producciones: Amar después de amar, Un gallo para Esculapio y Golpe al corazón. En 2019, fue la protagonista de Tu parte del trato y en 2020 dio un salto internacional al integral el elenco de la serie española La valla.
El año pasado participó en las películas Historias invisibles y Lo que quisimos ser; y de las series La mente del poder y El mejor infarto de mi vida, que se estrenó este año en Disney+. Actualmente, protagoniza junto a Gonzalo Heredia la obra La mentira, en el Teatro Astros, con funciones de viernes a domingos.

Pollo: — Vos actuás, cantás y bailás. ¿Cierto?
Eleonora: — Sí. Desde muy chica estudié baile, hacía gimnasia, todo lo que tenga que ver con lo corporal siempre fue un motor en mi vida y lo sigue siendo...
Pollo: — Tu faceta como bailarina, ¿dónde la desarrollás?
Eleonora: — En un momento quedé presa un poco de la comedia musical. Me pasó también con el rol de la villana, que me llamaban mucho para ese tipo de papeles y un día dije: “Tengo que hacer un cambio”. Más que nada para que la gente me conozca haciendo otra cosa y yo también tenía ganas de contar otra cosa. En un momento, hacía algunas telenovelas y televisión, pero en teatro siempre que me llamaban era para comedia musical, ahí era canto, baile, pero lo que a mí más me gustaba era actuar y bailar, más que cantar. En un momento dije: “Si no salgo de la comedia musical, voy a quedar encasillada”. Y me fui.
Pollo: — ¿Te convocaron al bailando alguna vez?
Eleonora: — Sí, un montón de veces.
Pollo: — ¿Lo hiciste?
Eleonora: — No.
Pollo: — ¿Pero cuántas veces te llamaron?
Eleonora: — ¡Un montón! Todos los años me llaman (risas).
Pollo: — ¿Más de cinco veces?
Eleonora: — Sí.
Pollo: — Todos los años te llaman por las dudas. Para ver si te arrepentiste...
Eleonora: — Sí. A veces me llaman para estar en los tríos.
Pollo: — En la salsa de a tres, por ejemplo.
Eleonora: — Claro.
Pollo: — ¿A vos te da vergüenza? ¿Por qué decís que no?
Eleonora: — A mí me encanta bailar, pero es todo un show que tenés que sostener y bancártelo. Me divierte un montón, si no fuera que está todo lo otro… ya estaría ahí. Me encantaría estar preparándome y ensayando todo el tiempo.
Pollo: — ¿Qué es “todo lo otro”?
Eleonora: — El show.
Pollo: — Las preguntas incómodas, los chispazos, las peleas…
Eleonora: — Sí, con todo eso no me siento cómoda porque siempre fui de preservar mucho mi vida. Que se me conociera por la actuación.
Pollo: — Igual tenés temple.
Eleonora: — Sí, pero no sirvo para eso.
Pollo: — En su momento estuvo Paola Krum.
Eleonora: — Sí, una genia. Griselda (Siciliani), también…
Pollo: — Cuando ves eso, ¿no te agarran ganas?
Eleonora: — No. Me encantaría participar de un concurso de baile, pero disfruto más del proceso de prepararlo que de la competencia en sí.
Pollo: — En algún momento dijiste públicamente que no te gustaba la idea de convivir. ¿Seguís firme con ese “no”?
Eleonora: — Sigo con el “no” a la convivencia.
Pollo: — Vos estuviste en pareja muchos años, tuviste una hija que ahora tiene 21 y estás de novia de nuevo, pero no te gusta la convivencia.
Eleonora: — Estuve sola mucho tiempo, más allá de salir y estar con una persona, con otra…
Pollo: — Chonguear.
Eleonora: — Sí, chonguear un montón. Lo disfruté, pero al principio cuando me separé no.
Pollo: — ¿Por qué?
Eleonora: — Porque no sabía cómo era. Estaba fuera de timing para todo.
Pollo: — ¿Te encaraban?
Eleonora: — Sí, me encaraban y probaba. Le ponía mucha onda. Mis amigas saben que siempre fui muy gaucha (risas).
Pollo: — Por ejemplo, te escribe uno y decís: “Este me gusta”. ¿Entrabas de una o jugabas al histeriqueo?
Eleonora: — No, voy. Voy de frente.
Pollo: — Sin miedo.
Eleonora: — Al principio tenía miedo. No entendía nada, no entendía cómo era, qué se hacía en una primera cita, cómo se hace, a dónde se va…
Pollo: — Aparte sos conocida, no podía ser un restaurante de moda.
Eleonora: — Siempre fui muy libre, pero también siempre cuidé a la gente querida: a mi ex en su momento, a mi hija. Eso era importante para mí y al principio me costaba definir dónde. La primera vez en las casas no conviene y decía: “¿Ir a comer? No, es demasiado. ¿A tomar algo? Y no sé”.
Pollo: — Se te complicaba.
Eleonora: — Pero más que nada era el rollo mío mental. Hasta que en un momento entendí cómo era…

Pollo: — ¿Te gustaba ir a citas o te incomodaban?
Eleonora: — Tuve muchos momentos…
Pollo: — ¿Te encontraste con un par de gomas?
Eleonora: — Sí, obvio (risas). Recontra me encontré con un par de gomas. Tengo anécdotas con amigas...
Pollo: — No te veo como una mujer que si no le gusta algo se para y se va.
Eleonora: — Sí, la banco. Soy muy gauchita y mis amigas me decían: “¡¿Cómo aguantaste?!”. Siempre por lo general contesté, siempre fui demasiado amable y eso a veces confunde.
Pollo: — ¿Te encararon hombre más grandes o de tu edad?
Eleonora: — Más jóvenes o de mi edad. De los más jóvenes me sorprendió porque no tienen ningún problema. A mi igual me gusta gente más grande o de mi edad.
Pollo: — Y ahora esa etapa ya está, ya pasó.
Eleonora: — Sí. En ese momento mis amigas me decían novia fugitiva (risas). Pero fue un periodo de autoconocimiento, de saber qué me gustaba y qué no me gustaba. Ahí apareció un amigo con algo que por ahí intentamos antes…
Pollo: — Antes no se dio y ahora sí.
Eleonora: — Sí.
Pollo: — Pero sin convivencia.
Eleonora: — No, convivencia no. Tengo mi casa que la hice propia. Vive mi hija conmigo, que también vive con su papá, tengo mis perros, amo los animales y me encanta mi espacio. Fui encontrando mis espacios en mi casa, tengo mucha libertad y me gusta tenerla. Me gusta encontrarnos cuando tenemos ganas de encontrarnos.
Pollo: — Es muy bueno eso.
Eleonora: — Sí y los dos respetamos esos espacios también.

Juego del millón
Con una valija repleta de dólares, el Pollo le ofreció a Eleonora la oportunidad de comprar lo que quiera, con una sola condición: nada se puede donar ni guardar como ahorro.
Pollo: — ¿Con qué arrancamos?
Eleonora: — Un viaje con mi familia.
Pollo: — ¿Cuántos son?
Eleonora: — Mamá, papá, mi hermana, mi cuñado, mis dos sobrinos y mi hija.
Pollo: — ¿A dónde querés ir?
Eleonora: — Los llevaría a Europa.
Pollo: — ¿Cuántos días?
Eleonora: — 20.
Pollo: — Vamos con 200 mil dólares. ¿Te parece?
Eleonora: — Y sí. Es caro.
Pollo: — ¿Van algunos en primera y otros atrás?
Eleonora: — No, vamos todos juntos atrás (risas).
Pollo: — Te quedan 800.
Eleonora: — A mi hija le compraría un haras para que tenga muchos caballitos que le encantan.
Pollo: — ¿Dónde sería?
Eleonora: — En el interior de la Argentina.
Pollo: — ¿Cuánto sale? ¿300?
Eleonora: — Y sí, fácil.
Pollo: — ¿Cuesta plata mantenerlo?
Eleonora: — Sí, muchísimo. Pero ella va a tener recursos para mantenerlo. Yo le regalo esta parte.
Pollo: — Pongamos gallinitas, algo para que den huevos (risas).
Eleonora: — 300 son para ella.
Pollo: — 500 mil dólares quedan.
Eleonora: — Compraría un teatro.

Pollo: — ¿En Buenos Aires?
Eleonora: — Sí.
Pollo: — ¿Qué tipo de sala?
Eleonora: — Algo parecido al Picadero.
Pollo: — Separo 300 mil. Buscamos una propiedad chica, que entren dos obras en principio y después vamos viendo...
Eleonora: — Dale.
Pollo: — ¿Lo manejarías vos?
Eleonora: — Sí, me gustaría. Yo creo que tiene que manejarlo uno.
Pollo: — ¿Actuarías?
Eleonora: — Sí, podría también.
Pollo: — ¿Te gustaría dirigir?
Eleonora: — No, actuar. En algún momento...
Pollo: — Hacer la curaduría de obras.
Eleonora: — Sí, eso me gusta. Está buenísmo.
Pollo: — Te quedan 200 mil dólares.
Eleonora: — Para viajar con mi pareja.
Pollo: — ¿Hace cuánto están juntos?
Eleonora: — Un año y medio, dos años.
Pollo: — ¿A dónde irían?
Eleonora: — Me encanta viajar. Iría a Italia. Italia y España son lugares que me encantan. Me gusta Vietnam, Japón…
Pollo: — Con 200 mil podés ir a dónde quieras, a todo trapo, pedir el vino que te guste…
Eleonora: — Me gusta viajar, probar cosas ricas y recorrer. Me gusta disfrutar a pleno así que lo usaría para eso.