Fabián Medina Flores es un reconocido asesor de moda y estilista con una trayectoria de más de 25 años. Trabajó como productor de moda para los diseñadores y marcas más importantes, tanto a nivel nacional como internacional, y ha colaborado con destacadas figuras, como Valeria Mazza, Araceli González, Catherine Fulop, Karina Mazzocco, Inés Estévez, Laura Novoa y Paula Colombini, entre muchas otras.
Su experiencia lo llevó a colaborar con prestigiosas revistas como Para Ti, Caras, Cosmopolitan, Shop, El Planeta Urbano, Gente, Look y a escribir columnas en el suplemento Mujer del diario Clarín y en Infobae. Además, impartió el curso Mujeres del siglo en el Museo Nacional de Bellas Artes.
En televisión, fue pionero en la realización de cambios de look en el programa Versus y dirigió Fashion Trends en Cosmopolitan TV para toda Latinoamérica. También se destacó en la cobertura de alfombras rojas y fue el organizador de la primera gala lírica de la moda en el Teatro Avenida.
A lo largo de su carrera, ha sido reconocido con el premio Estilo Emprendedor 2018 de la Universidad de Palermo. Es panelista de La Jaula de la Moda, exitoso programa ganador de dos premios Martín Fierro, y autor de los libros Manual de Estilo y Salir de la Jaula.

Pollo: — ¿Hace cuánto estás con tu pareja JM (Juan Manuel)?
Fabián: — Cinco años.
Pollo: — En algún momento contaste que antes eras como más, no desprolijo, pero que tenías relaciones con gente casada y que con tu pareja encontraste una persona diferente.
Fabián: — Sí, fue un proceso para llegar a esa decisión. No fue una casualidad. Para que yo encontrara una personas así, fueron tres años de terapia porque yo trabajé para que no sucediera más lo que sucedía. Yo con ese tipo de elecciones, me garantizaba de que no iba a prosperar la relación…
Pollo: — ¿Pero elegías a gente con pareja o ellos te elegían a vos?
Fabián: — No, no es que elegía. Claramente no es una casualidad que esa persona te elija. Cuando pasa eso, los dos andan con cositas a resolver. Uno sabe que va y que la pasa bien. Sí es verdad que siempre he dado más o menos con un mismo perfil. En eso siempre soy coherente por lo menos...
Pollo: — ¿Perfil estético?
Fabián: — Estético…
Pollo: — JM es muy fachero.
Fabián: — Sí, la gente se distrae a veces pensando que solo es muy guapo. Siempre cuando lo ven es: “¡Ay! Pero qué lindo”. Pero la verdad es que a veces parece que él fuera más grande y yo más chico. Obviamente, yo soy mucho más grande que él.
Pollo: — ¿Cuánta diferencia de edad se llevan?
Fabián: — Mucha. No sé. A veces él es más serio. Una vez me pasó que estábamos en el Teatro Colón y vi cómo él le ponía el abrigo a su madre y dije: “Sí, yo quiero alguien así”.
Pollo: — ¿Te querés casar?
Fabián: — No. Tal vez lo dije en su momento, pero no. Ojalá sigamos juntos, pero así hubiera terminado ayer, yo estoy muy feliz con la persona que di porque construí esa relación. La decisión de cambiar fue mía. Viste que hay gente que se queja y dice: “Yo siempre encuentro chicas o chicos así” y vos decís: “¿No se te ocurre pensar que no es fortuito?”. Para mí fue una decisión, todo.
Un perro con estilo
Pollo: — Hannibal es tu perro.
Fabián: — Sí. Hannibal es mi perro, mi hijo. Yo soy un padre teórico, nunca tuve perro y todas las noches leo cosas de los animales sobre cómo mueven los músculos, qué hay que hacer, qué me quiere decir, qué le pasa. Antes de salir chequeo la temperatura del pollo que va a comer...
Pollo: — Lo tratas como un hijo de verdad.
Fabián: — Es mi hijo, real.
Pollo: — ¿Qué cosas tiene Hannibal?
Fabián: — Tiene cosas que a veces yo ya no me permito, pero a él sí. Tiene su correa de Gucci, su cinturón...
Pollo: — ¿Tiene una correa marca Gucci?
Fabián: — Sí, correa, collar, un impermeable de Burberry y tiene cosas que no se deja poner. Pero sí, tiene cositas de lujo. Es como yo: tiene pocas cosas, pero las cuatro que tienen son muy buenas.
Pollo: — ¿O sea que tu perro viste ropa de marca como vos?
Fabián: — Sí, las pocas que usa. Yo le armo un lujo que está bien. Porque, por ejemplo, su correa es linda porque es de su color. Él tiene un color etoupe, que es el color de Hermès y de Gucci. También es un perro que es muy aristocrático, un lebrel italiano, que era el perro preferido de la Corte en el 1400 porque son de compañía, pero también de caza y además elegantes y estéticos, que en ese momento era la prioridad.
Pollo: — ¿Qué otras cosas tiene de humano Hannibal?
Fabián: — Somos capaces de sugerirle a la señora que nos ayuda en casa que no haga el cuarto porque él todavía está descansando.
Pollo: — ¡¿Cómo?!
Fabián: — (Risas).

Pollo: — Ustedes se levantan, se van a trabajar los dos y, como si fuera un nene, ¿le dicen a la señora: “No despiertes a Hannibal, que todavía está durmiendo”?
Fabián: — Sí.
Pollo: — Hasta cuando él decida levantarse…
Fabián: — Sí, (risas).
Pollo: — ¿Qué otras cosas hacen como si fuera humano?
Fabián: — Mi pareja toca el piano y a él, bueno, no le queda opción pobre...
Pollo: — ¿Cómo sabés que le gusta el piano?
Fabián: — Porque es la única música que escucha. Quiere estar tan cerca de mi pareja que está tocando, que se apoya y ahí queda.
Pollo: — ¿Se relaja?
Fabián: — Sí, la pasa bien. Escucha Chopin.
Pollo: — ¿Va a eventos sociales?
Fabián: — Tuvo su intención. En su momento lo llevaba, después empecé a ver que en algunas situaciones se estresaba. Antes me acompañaba más al canal, pero capaz que comía cualquier cosa...
Pollo: — ¿Qué come Hannibal?
Fabián: — Come alimento balanceado, pero se lo mezclamos con pollo hervido, verduras hervidas. Ahora desde que estamos en el modo huevo, también le damos un huevito a él.
Pollo: — No lo puedo creer.
Juego del millón
Con un valija llena de dólares, el Pollo invitó a Fabián a comprar todo lo que desee. El único requisito es que no se puede donar ni guardar como ahorro.
Pollo: — ¿Qué te gustaría?
Fabián: — Primero lo divido en tres.
Pollo: — Dale.
Fabián: — 100 mil para Hannibal. No puedo salvarlos a todos, pero cuando veo noticias, sobre todo con la crueldad animal, no lo puedo creer. Habla de esa persona porque de verdad tienen muy poca vida, una corta vida. Imaginate que alguien por, un máximo 15 años, te va a amar incondicionalmente. Un humano no te lo puede prometer, un hijo no te lo puede prometer, una novia, tu mujer no te lo puede prometer...
Pollo: — Estamos de acuerdo.
Fabián: — Y existe un ser vivo que sea por máximo 15 años, con toda la furia 17 años, sos todo para él. Porque es así.
Pollo: — Bien. 100 mil para mimarlo a Hannibal. ¿Qué más?
Fabián: — Yo creo en el arte y el amor. Se puede ayudar a que tengamos salud mental, que está muy perjudicada después de la pandemia. Hay mucha gente suelta que quedó muy mal, la gente está muy irascible y solo el amor y el arte te pueden curar. A una persona la abrazan y va a mejorar notablemente su día. Es científico.

Pollo: — ¿Y qué comprarías con 100 mil?
Fabián: — Compraría arte porque eso va a quedar. Ya no se hace nada para la posterioridad, no se hacen edificios ni palacios. El Museo Nacional de Arte Decorativo se tardó mucho tiempo en construir, el Teatro Colón, también, pero hoy ya no pasa eso.
Pollo: — ¿Y los otros 100?
Fabián: — Necesito darme gustos. Mencioné el Colón y soy el único estilista y productor de moda que hizo una gala lírica. El único que hizo una producción de moda con 25 modelos adentro del Teatro Colón. Yo lo único que quiero es que esté vacío y que solo para mí esté tocando la orquesta.
Pollo: — 100 mil dólares para ver una función privada en el Colón.
Fabián: — Quiero ser el único que esté en el palco.
Pollo: — Te quedan 600 mil.
Fabián: — 300 para ayuda financiera porque soy un desastre y no fui educado en eso. Necesito ayuda financiera para saber invertirlos.
Pollo: — ¿Y las otras 300?
Fabián: — Estoy en una etapa de mi vida en la que me merezco todo y viajar es la mejor inversión para mí. Viajar es como leer.
Pollo: — Así que 300 mil son para viajar…
Fabián: — ¡Todo!





