En un nuevo episodio de Espacio Único, el ciclo de entrevistas de Infobae y Banco Comafi que destaca a mujeres de trayectoria en negocios, industrias y tecnología, Patricia Jebsen, miembro de siete directorios de compañías, asesora y oradora, compartió su historia de vida y su trayectoria de más de 30 años en el mundo corporativo. Explicó los desafíos que superó en el comercio electrónico y cómo logró incursionar exitosamente en las redes sociales, alcanzando un alto impacto y una numerosa comunidad de seguidores.
Patricia es licenciada en Relaciones Públicas por la UADE y cuenta con una sólida formación académica que incluye posgrados en Negociación e Investigación de Mercado en la UBA, una maestría en Marketing y Administración de Empresas en la European Business School (Alemania) y una especialización en Comunicación Corporativa y Prensa en UCES. También completó el EICOM Digital Transformation and Innovation Executive Program en la University of Cambridge, entre otras formaciones.
Ha desempeñado roles clave como gerente regional de Omnicanalidad en Cencosud, gerente de Comercio Electrónico en Falabella y CMD (Grupo Clarín), y Supply Manager en Mercado Libre. Además, lideró las operaciones de Beat en Argentina y Chile, así como de Rappi en Argentina y Uruguay.
Es una referente en la industria del eCommerce en Argentina. Se desempeñó como Presidenta de la Cámara Argentina de Comercio Electrónico (CACE), donde impulsó hitos como el primer Cyber Monday y Hot Sale del país, además de promover los primeros estudios de la industria. Actualmente, integra directorios de empresas de tecnología y retail. Además, es consultora, docente, oradora y mentora en prestigiosas instituciones y programas.
— ¿Qué te motivó a dejar tu carrera en el mundo corporativo y cómo te preparaste para dar ese paso hacia los directorios?
— Trabajé 30 años en el mundo corporativo, llegué a ser gerente general y un día me desperté y decidí que no quería seguir en el mundo corporativo, pero sí tenía claro que quería seguir aportando a las empresas desde otro lugar porque tenía 52 años. Me había preparado para ese momento. Yo creo que uno tiene que pensar mucho en su retiro. A a veces te fuerzan las empresas y a veces es una decisión propia. Yo en ese momento había hecho un posgrado para ser miembro de directorio, que es lo que hoy estoy haciendo profesionalmente.
— Antes de ese cambio importante en el ámbito laboral, sufriste un fuerte golpe en lo personal. Recibiste un llamado de tu marido con un diagnóstico de meningitis tuberculosa y tuviste que cambiar todos los planes. ¿Cómo fue tu vida después de eso?
— Sí. Yo en ese momento estaba en Perú por trabajo. La complejidad de ese momento era que yo tenía 17 países a cargo, o sea, viajaba mucho. Tenía a Camila, de 2 años, y a Agustina, de 4. Estaba haciendo un posgrado, que cursaba tres veces por semana, así que los sábados hacíamos los trabajos prácticos en mi casa con mis compañeros porque les decía: “No puedo desaparecer más de casa porque me van a matar” y se enfermó mi marido. En ese contexto yo volví a Argentina porque él me lo pidió y ahí nos dimos cuenta que estaba enfermo. Estuvo casi tres semanas internado y bastantes meses en casa. A veces los golpes son para darte cuenta de las cosas, pero hay que entender las señales. A mí ese momento me llevó a decir: “Yo no puedo seguir viajando”. Yo sabía que quería seguir trabajando porque amo trabajar, me gusta y no me cuesta. Me importaba mi carrera, pero sabía que no podía seguir. Hablé con una headhunter y me dice: “Hay una startup que están buscando alguien de relaciones públicas, con experiencia en prensa y comunicación. Necesitan arman ese sector”. Era Mercado Libre en 2004. Habían empezado hace un par de años, pero eran 200 personas en ese momento y no era lo que es hoy. Fue la mejor decisión de mi carrera porque a partir de ahí trabajé en eCommerce, creando el eCommerce de Argentina, porque trabajé después con otras empresas y marcas que fueron pioneras en el comercio electrónico. Entré a ayudar en la CACE, que es la Cámara Argentina de Comercio Electrónico, y me tocó crear el primer Cyber Monday cuando fui presidenta. Son hitos del comercio electrónico en Argentina. Cuando doy charlas les digo: “Cuando tengan que organizar el próximo y quieran odiar a alguien, me pueden odiar a mí”. Eso se arma en equipo no lo hacés solo, pero realmente siento que mi historia cambió con esa decisión. Hoy no sería lo que soy si no hubiese pasado por ese cambio.
— Estás en el directorio de siete empresas. ¿Cómo manejas el tiempo para que no se escape la vida en el medio?
— Agenda, agenda y agenda. Mi agenda es todo: desde ir a caminar a las 6 de la mañana hasta subir un tiktok. Lo anoto así tal cual. No es solo laboral, tengo todo ahí. Seguramente alguna cosa me perdí en el camino. Me hubiera gustado hacer más deporte, en muchos años laborales no le dediqué tanto tiempo como debería. Pero siempre hay algo que uno deja de lado. Hay una frase que dice siempre mi marido y me gusta mucho: “Elegir es eliminar”. Cuando nosotros elegimos dedicarnos a nuestra carrera, tener hijos o no tenerlos o lo que sea, estamos eliminando otras cosas.
— ¿Qué estás eligiendo ahora?
— Hoy estoy eligiendo el equilibrio, hacer lo que me gusta, trabajar con empresas que me gustan. Elijo con quién y para quién trabajar. Eso es algo que me da mucho placer.
— ¿Te costó? Porque venimos de una generación que estamos chipeados a lo corporativo, a lo rígido, a hacer carrera de muchos años en una misma empresa…
— Los chicos hoy son mucho mejores en eso. Yo siempre que cambié fue por otro trabajo. Conozco mi curva interna, que en general en el mundo corporativo es de tres años. Entre el segundo y tercer año yo ya me pongo incómoda, es como que me aburro. El primer año aprendo, el segundo ya estoy más estabilizada y el tercero ya me estoy aburriendo…
— El desafío es tu alimento.
— Exacto. Me gusta el momento de la adrenalina. Me pasó que en las empresas en las que se daban cuenta, ponían desafíos intermedios. El jefe que lo notaba me daba otro país, otro proyecto o algo nuevo. En los trabajos que duré más tiempo es porque me reinventaba internamente, pero no estuve más de cinco años en ningún lado.
— ¿Pudiste equilibrar lo profesional y lo personal?
— Sí, pude. Yo creo mucho en el tiempo de calidad, que eso es importante. No soy una madre culposa, pero sí tuve momentos de culpa. Siento que ser feliz con lo que vos hacés y hacer tu carrera, de alguna manera, le llega también a tu familia.
— ¿Esa es la clave?
— Para mí sí.
— ¿Cómo empezás en TikTok? ¿Cuál fue tu primer acercamiento a la plataforma?
— Un día estaba en la cocina de mi casa y Agustina, que hace bastante contenido en TikTok, mostró mi agenda de viajes, que estaba cargada después de haber trabajado tantos años y con pocas vacaciones. La gente empezó a preguntar: “¿A qué se dedica la señora?”. Esto fue hace 5 o 6 meses. Contesté con lo que hice toda mi vida, conté un poco mi carrera, que soy disléxica y empecé un poco con eso.
— ¿Te pesó ser disléxica?
— Sí, me pesó toda la vida, pero me hizo super resiliente. Yo creo que me animo a todo por eso porque cuando estás en cuarto grado y te parás delante de todos tus compañeros, te hacen leer en voz alta, lo hacés muy mal y te cargan desde el primero al último, después de eso podés hacer cualquier cosa.
— ¿Te considerás resiliente?
— Sí, super.
— ¿Eso te hace única?
— Creo que eso me hace única, pero más que resiliente me considero una persona muy empática y que sabe escuchar. Eso creo que me hace única.
— Hablas muchos idiomas.
— Sí, es una de las cosas que les agradezco a mis padres. Hablo cinco idiomas: alemán, inglés, trabajando aprendí portugués, también hice italiano porque mi suegro era nacido en Roma y para él era importante y español, obviamente. Una de las cosas que les digo siempre a la gente que me sigue es que hablar idiomas es muy importante en el mundo corporativo.
— ¿Cómo generas contenido y qué cosas de tu historia sentís que pueden inspirar a otros?
— En TikTok lo que hago es contestar preguntas. Eso me ayuda a generar contenido porque no tengo que pensarlo tanto. Lo que creo que logré en TikTok es que la gente vea que hay una persona que trabajó 30 años en el mundo corporativo, que rompió el tan famoso techo de cristal. Lo rompí, llegué a la posición que quería, soy mamá, además tengo mi marido, mi familia y creo que eso es como un aspiracional para muchas personas.
— ¿Cuál es el consejo que tenés para aquellos que quieren iniciar ese camino?
— Hagan un contenido que sea real, cuenten la verdad, las personas no quiere ver lo mismo que ve en la tele, quiere ver gente normal. Si vos mirás los comentarios, les divierte cuando está el tender atrás en mi casa. Ponen: “¡Tiene un tender!” y sí, obvio que lo tengo. Les divierte cuando hago pausas cuando estoy pensando la respuesta. Yo no hago guiones en TikTok, digo lo que me sale en el momento, hasta a veces tengo errores y eso creo que genera mucha cercanía con las personas que ven mi contenido y lo hace interesante.
— Te voy a hacer la pregunta Comafi. ¿Considerás esencial la educación financiera para el empoderamiento y el avance de las mujeres?
— Sí, muy. Yo aprendí a invertir hace pocos años y te diría que no soy la mejor en eso. De hecho, siempre fui muy conservadora, pero gracias a mi hija, que es economista y siempre nos dice: “Mamá y papá están invirtiendo mal”, empezamos a invertir hace algunos años y estamos muy contentos porque este último año en Argentina fue increíble. Los que no invirtieron, empiecen a invertir porque realmente es otra manera. Obviamente uno tiene que aprender, que estar muy bien asesorados, tener un muy buen broker, pero sobre todo tenemos que perderle un poquito el miedo. Somos una generación golpeada, nos tocó el 2001, momentos muy difíciles como sociedad y como consumidores, entonces siento que hay un cambio generacional. Los chicos hoy invierten de otra forma. Antes se pensaba en comprar el primer departamento, ahora ellos piensan en acciones, bonos y otras cosas porque la forma de encarar la vida es diferente.
