Por qué la serie “La sombra de la tierra” se convierte en un retrato fiel de las consecuencias del odio extremo en la España del siglo XIX

La rivalidad entre dos familias, marcada por el resentimiento y la violencia, ha dejado una huella imborrable en la vida de sus hijos, quienes se ven atrapados en una lucha de poder que los obliga a soportar abusos y a tomar partido en un pueblo dividido. La sombra de la tierra es la nueva serie original de atresplayer que retrata el enfrentamiento entre Garibalda y Atilana en la España rural de 1896. La ficción podrá verse en Atreseries a partir de este domingo a las 23.30.

La producción, se ambienta en Villaveza del Agua, un pequeño pueblo de la provincia de Zamora donde el hambre y la miseria definen la existencia de sus habitantes. La serie se inspira en la novela homónima de Elvira Mínguez, quien debuta como directora y guionista en este proyecto.

La ficción, compuesta por cuatro episodios de 50 minutos, es una colaboración entre Atresmedia TV y Fonte Films, y cuenta con la participación de Montse García, Pablo Isla y Carla Pérez de Albéniz como productores ejecutivos, mientras que Lucía Alonso-Allende asume la coproducción ejecutiva.

En el centro de la trama se encuentran Garibalda (interpretada por Adelfa Calvo) y Atilana (a cargo de María Morales), dos mujeres que encarnan el odio y la ambición en un entorno hostil. Garibalda, viuda y enferma, ejerce un dominio absoluto sobre el pueblo, imponiendo impuestos desmedidos y explotando a los vecinos. Atilana, también viuda, lucha por mantener una finca que alguna vez fue próspera y aspira a arrebatarle el poder a su enemiga.

El reparto de la serie incluye a Carmelo Gómez como Fernando Vacas, Marcos Ruiz en el papel de Baldo, Ginés García Millán como Ladislao, George Steane como Demetrio, Quique Niza como Juliano, Amaia Sagasti como Bela, María García-Concha como Amparo, Aina Picarolo como Tina, Camila Viyuela como Tránsito, Richard Holmes como Braulio, Tusti de las Heras como Chiri e Izan Corchero como Teodoro, entre otros. La serie se caracteriza por la construcción de personajes complejos y atormentados, cuyas acciones y motivaciones se revelan a lo largo de los episodios.

La historia se desarrolla en un contexto de pobreza extrema, donde la supervivencia depende de la lealtad a uno u otro bando. “La sed de venganza mantiene en vilo a una pequeña población que no sabe a qué bando debe unirse para tratar de mejorar sus posibilidades de supervivencia”, reportó El País. Los hijos de Garibalda y Atilana sufren las consecuencias directas de la enemistad de sus madres, enfrentando abusos físicos y psicológicos, así como la presión de continuar una disputa que parece no tener fin.

El clan de Atilana está formado por sus hijos Baldo, Bela, Tina y Amparo. Baldo, el único varón, se convierte en el centro de las expectativas de su madre, quien deposita en él la esperanza de protección y continuidad. Bela, la hija mayor, arrastra un trauma desde la infancia, mientras que Tina, la menor, sueña con una vida diferente. Amparo, aunque ignorada por la familia, observa y conoce los secretos de todos, y su papel resulta clave en el desarrollo de la trama.

Por su parte, Garibalda gobierna con mano de hierro y utiliza a sus hijos como instrumentos de su poder. Tránsito, su única hija, vive bajo el control absoluto de su madre y actúa como su portavoz. Braulio, el hijo mayor, comienza a cuestionar la tiranía materna, mientras que Demetrio, el menor, se refugia en el alcohol para escapar del maltrato.

La serie también introduce a los habitantes de Monte Coto, un campamento liderado por Ladislao (Ginés García Millán), donde personajes como Chiri, Juliano, Teodoro y Tuerto aportan nuevas perspectivas a la lucha por la supervivencia. Chiri, por ejemplo, se convierte en aliada de Atilana, mientras que Juliano inicia un romance con Tina, desafiando las normas impuestas por las familias rivales.

La ambientación de la serie destaca por su fidelidad a la época, mostrando la dureza de la vida rural en la España de finales del siglo XIX. Elvira Mínguez, en su doble rol de autora y directora, logra plasmar en pantalla la atmósfera opresiva y el clima de tensión permanente que envuelve a los personajes. La serie “aborda con autenticidad la construcción de personajes atormentados y violentos, dibujando un impactante retrato de las consecuencias del odio extremo”.

La serie La sombra de la tierra estará disponible también a través de atresplayer Internacional, permitiendo que espectadores de otros países accedan a esta producción.

El evento, realizado en colaboración con atresplayer, permitió a los asistentes conocer de cerca el proceso creativo y las motivaciones detrás de la adaptación de la novela a la pantalla.

La serie, con su enfoque en el drama rural y la exploración de las pasiones humanas más oscuras, se suma a la tradición de relatos históricos y familiares que han marcado la literatura y la televisión españolas.