El Gobierno prioriza la disputa con el PRO de Macri y relega la batalla con el peronismo de Cristina Kirchner

Cronología del rechazo de Ficha Limpia y máxima tensión entre Javier Milei y el ex presidente. Contradicciones de la narrativa oficial. Las negociaciones detrás del proyecto. ¿Hay posibilidad de acuerdo después de las elecciones porteñas?

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Javier Milei y Cristina Kirchner
Javier Milei y Cristina Kirchner

Por la repercusión directa sobre una eventual postulación de Cristina Kirchner y por la cercanía con el calendario electoral de la ciudad de Buenos Aires, Ficha Limpia fue el detonante, pero la relación entre el Gobierno y la cúpula del PRO ya estaba herida de muerte desde hacía rato. La elección porteña aceleró un proceso de inevitable desgaste, y el proyecto rechazado el miércoles en el Senado agudizó una crisis cuyo desenlace, previsto para el domingo 18, cuando se cuenten los votos de la capital, entró en el terreno de lo impredecible.

Las últimas 72 horas fueron las peores en el vínculo entre La Libertad Avanza y el PRO desde que Javier Milei es presidente. Es difícil proyectar, según el diccionario presidencial, una tabula rasa a partir del lunes 19. “Después del 18 nos trataremos de sentar con ellos”, esbozó ayer Mauricio Macri en medio de una andana de críticas cada vez más feroces. El jueves por la noche, justo 24 horas después de que el proyecto de Ficha Limpia naufragara en el Senado, el jefe del PRO fue tan sincero que hasta Silvia Lospennato, sentada a su lado, se sorprendió por el comentario: “Lamenteblemente, con esta definición tiene más que ganar (Leandro) Santoro que nosotros”, admitió el ex presidente.

Macri está desorientado. No entiende la lógica que Milei le imprimió a su sistema de toma de decisiones, en el que resaltan su hermana Karina y Santiago Caputo, y es plenamente consciente de la crisis electoral que atraviesa al PRO en el distrito que cobijó hace casi dos décadas su proyecto presidencial, que se acabaron los bailes y los globos de colores. Sabe, además, que el avance de los Milei y de Caputo sobre un territorio que considera propio esconde una intención cada vez más evidente y perjudicial para sus intereses: y es que el Gobierno está mucho más enfocado en dañar y fagocitarse al PRO que en derrotar en esta instancia electoral al peronismo de Cristina Kirchner, con el que el presidente y sus colaboradores se sienten cómodos en la confrontación pública.

“En términos políticos, este gobierno me hace acordar mucho a nosotros”, opinó el jueves, a la mañana siguiente del traspié de Ficha Limpia, un histórico dirigente de La Cámpora que supo ser, en los mejores tiempos de Néstor Kirchner, uno de sus predilectos. En las elecciones de medio término del 2005, el fallecido ex presidente depositó buena parte de su energía en terminar con el predominio duhaldista en territorio bonaerense, para afianzar su proyecto en el Gran Buenos Aires -Kirchner denominaba “mini gobernadores” a los intendentes del conurbano-, proyectarlo a todo el país y posicionarse como único jefe del peronismo.

Veinte años después, Javier y Karina Milei quieren seguir los pasos de Néstor y Cristina Kirchner, pero con Macri y un triunfo sobre el PRO en la Ciudad como el golpe de efecto fundamental para el intento de consolidación del proyecto libertario, en la disputa por el liderazgo del electorado de la derecha y la centro derecha.

Mauricio Macri y Silvia Lospennato
Mauricio Macri y Silvia Lospennato en una recorrida electoral por Palermo. (Créditos: @proargentina)

El sorpresivo rechazo al proyecto de Ficha Limpia agravó esa disputa. Sorpresivo por el desenlace, no por la historia previa: entre la media sanción de Diputados y la sesión de esta semana, el Gobierno intentó dilatar el debate. Aún existen cabos sueltos en torno a qué pasó en la discusión del miércoles, pero en la noche previa, desde la Casa Rosada le ordenaron a Ezequiel Atauche, el jefe de bloque en la Cámara alta, que saliera públicamente a instalar un escenario optimista. Minutos antes de las 21 del martes, en los estudios de Infobae en Vivo, el senador aseguró: “Yo creo que hoy tenemos los votos, hemos hecho el famoso poroteo, creo que tenemos 38 votos que mañana deberían acompañar al gobierno en esta iniciativa”.

Es curioso porque el jueves por la noche, con el proyecto caído, en una charla extensísima en el streaming “La Misa” con Daniel Parisini, acompañado por Manuel Adorni, Milei confirmó: “Los votos no estaban”. Guillermo Francos, el jefe de Gabinete, dijo el viernes por la mañana: “Yo personalmente chequeé con el presidente del bloque el día anterior y el día de la elección que estuvieran confirmados los 38 votos, y ahí estaban los votos, algo por lo cual con el resultado en contra nos vimos absolutamente sorprendidos".

¿Por qué el Presidente subrayó que “los votos no estaban”?

¿Qué le convenía al Gobierno? ¿Reconocer que tuvo mala praxis parlamentaria o la complicidad con un caudillo provincial, como Carlos Rovira, en beneficio de Cristina Kirchner?

La narrativa oficial naufragó entonces en un mar de contradicciones, contrariada por una frase que en Misiones se le atribuyó al legislador y ex gobernador Rovira, el jefe más poderoso de esa provincia, en la que habría admitido que los dos senadores que cambiaron su voto, y que fueron claves para el rechazo del proyecto de Ficha Limpia, lo hicieron por orden suya y por un llamado de la Casa Rosada adjudicado al propio Milei.

¿Por qué Rovira, un dirigente tan poderoso como hermético, que nunca se ocupó en dar explicaciones, decidió ventilar ese supuesto llamado? ¿Qué lo motivó, a él o a su entorno, a exponerse y a salpicar al gobierno de esa manera? Es aún más sorprendente que, hasta este sábado por la noche, ni Milei ni ninguna autoridad del Gobierno saliera a confrontar ni al jefe misionero ni a los dos senadores que, días antes, habían confirmado que acompañarían el proyecto. Por el contrario, solo se responsabilizó al PRO, y a Lospennato en particular, por incitar supuestamente a una sesión que no contaba con las mayorías necesarias para aprobar el proyecto.

Así lo instaló el propio Milei, con críticas tan duras hacia la diputada como la responsabilidad que ella misma le endilgó al jefe de Estado. ¿Por qué Atauche se paseó entonces la noche anterior al debate con un discurso tan optimista?

Ezequiel Atauche (Gustavo Gavotti)
Ezequiel Atauche (Gustavo Gavotti)

En las horas previas a la votación, los estrategas del Gobierno se preguntaron cómo hacer para evitar que Lospennato, abanderada de la iniciativa, capitalizara un supuesto triunfo legislativo. ¿Qué cambió en las últimas horas? ¿Pudo el Gobierno preparar quirúrgicamente un escenario triunfal, embanderarse con el proyecto, llevar al PRO y a los aliados hasta último momento con la posibilidad real de sancionar el texto y develar el truco recién al final, de manera tan obscena? ¿Puede ser que la sesión se le haya ido de las manos al Ejecutivo?

“Por eso propusimos que firmaran todos los que apoyaban la iniciativa. No era tan mala la idea... los muertos se cuentan fríos”, se regodeó el miércoles por la noche, bien tarde, una voz oficial.

Es que, más allá de la errática comunicación oficial de las horas posteriores, el Gobierno había intentado en los últimos meses evitar que el proyecto llegara al recinto: los estrategas de Milei nunca estuvieron del todo de acuerdo con una iniciativa con la que, puertas adentro, siempre plantearon serias disidencias de fondo. No querían darle a la Justicia más poder que a la política. En términos pragmáticos, y electorales, por una sencilla razón: la discusión pública con Cristina Kirchner, la principal perjudicada si Ficha Limpia era sancionada este año, le sienta bien al presidente. “Libertad o kirchnerismo” es la propuesta principal de Adorni, el candidato de Milei, en las elecciones de la capital del próximo domingo. Difícil de sostener si a la ex presidenta se le impedía volver a presentarse de por vida para un cargo público a nivel nacional.

En Diputados existe desde hace meses un secreto a voces: que hubo un encuentro en el despacho de Martín Menem, el presidente de la Cámara baja, en el que se negoció con enviados de la ex presidenta que no se apoye el proyecto de Ficha Limpia a cambio de no citar a Karina Milei y a Adorni a la comisión investigadora por el caso $Libra. Fue tal el empeño de los negociadores en esas dos figuras que incluso se olvidaron de pedir por el ministro Luis Caputo. La Casa Rosada aprovechó las tratativas para abordar la discusión por los pliegos de los jueces de la Corte Suprema, e incluir una supuesta ampliación del tribunal. Cuando las negociaciones llegaron a un punto muerto, desde la oficina de Santiago Caputo se intentó pedirle a Bartolomé Abdala -con Milei en Estados Unidos, Victoria Villarruel se encontraba a cargo del Ejecutivo- que abortara la sesión, pero el senador rechazó las presiones: aseguró que no tenía margen. Abdala, al que apodan puertas adentro “Pantano”, sufrió el castigo de la Casa Rosada: según trascendió, en un numero importante de delegaciones provinciales en San Luis vinculadas con empresas y organismos del Estado.

Desde el miércoles, La Libertad Avanza y el PRO quedaron cubiertos por una avalancha de acusaciones cruzadas que nunca habían tenido tanto nivel de exposición pública. Hace tiempo que en el sistema político local las disputas se libran a la luz del día. Pasa lo mismo en el peronismo. Ayer, como en los juegos de naipes por apuestas, el Gobierno volvió a jugar “a todo o nada” en el distrito insignia del PRO: sacó a las calles de la ciudad a buena parte del Gabinete para apuntalar la candidatura de Adorni en la recta final de la campaña, para culminar con un almuerzo en un restorán de Palermo. En ninguna otra elección provincial el Ejecutivo había desplegado hasta ahora semejante operativo.

En usinas porteñas se insistió en estas semanas, de manera recurrente, con que el Gobierno se encargó incluso, directa e indirectamente, en promocionar otras candidaturas por fuera de la de Adorni, para contrarrestar a la lista oficial del PRO y la que encabeza Santoro. Es vox populi en la casa matriz de quién o de quiénes se trata. Por izquierda y por derecha.

La caída de Ficha Limpia agitó, para el PRO, los peores fantasmas: la revalidación de contactos subterráneos entre el gobierno y el kirchnerismo, y la decisión de los hermanos Milei y del consultor Caputo de acelerar en un avance estratégicamente premeditado contra Macri y sus intereses.

Javier Milei y Manuel Adorni
Javier Milei y Manuel Adorni en el canal Carajo

“Solo resta ver si Mauricio pierde por puntos o por Knock out, sentenció en estas horas un dirigente del PRO que lo frecuenta. Urgido, el ex presidente se vio obligado a recorrer a diario la capital en las últimas semanas, y a tratar de apuntalar a la lista auspiciada y financiada por el jefe de Gobierno porteño, sacar el mejor resultado posible e intentar sentarse, a partir del lunes 19, a una mesa de negociaciones en torno a un hipotético acuerdo electoral en la provincia de Buenos Aires que, por ahora, es una quimera.

No porque desde la dirigencia de La Libertad Avanza o la del PRO no estén de acuerdo: hay una lista de legisladores e intendentes que esperan por el 18 de mayo para negociar sin ataduras. El Gobierno quiere un acuerdo. Lo que no quiere es sellarlo con la jefatura. Es decir, con Macri.