
Su nombre quizás no estuvo entre los nazis más tristemente conocidos por sus crímenes contra judíos en la Segunda Guerra. Pero Josef Schwammberger, comandante de un campo de concentración en Polonia entre 1942 y 1944, llegó a ser uno de los 10 criminales de la Segunda Guerra más buscados del mundo. Logró vivir en Argentina, desde 1949, de manera clandestina durante casi cuatro décadas, sin siquiera cambiarse el nombre. Recién fue detenido en Huerta Grande, en la provincia de Córdoba, el 13 de noviembre de 1987, casi 15 años después de que Alemania pidiera su extradición por los crímenes de guerra que había cometido como integrante de las temibles SS.
Había sido comandante del gueto de Przemyśl, en Polonia, y del campo de trabajos forzados de Mielec, ubicado también en territorio polaco.
Cientos de testimonios que logró recoger el cazador de nazis Simón Wiesenthal coincidieron en la perversidad de Schwammberger y en su sadismo. Incluso, algunos sostuvieron que asesinó a víctimas para combatir el aburrimiento.
Al llegar a Argentina, ingresó sin usar un pasaporte de la Cruz Roja y nunca ocultó su verdadero nombre. Dijo ser mecánico, como muchos de los nazis que se refugiaron en el país.

En los documentos sobre los nazis que se ocultaron en el país y que el Gobierno nacional puso on line para la consulta pública, sin necesidad de ir hasta el Archivo General de la Nación (AGN), figura el expediente mecanografiado de su detención en la provincia de Córdoba, con todos sus antecedentes, su pasaporte, el pedido de extradición desde Alemania, hasta el parte policial que informaba de su traslado desde el hospital donde había sido internado tras un presunto intento de suicidio - o inducción a quitarse la vida- de regreso a la cárcel.
El material digitalizado disponible ahora en la web del AGN había sido desclasificado en 1992 por disposición del gobierno de Carlos Menem, pero no estaban accesibles para el público general en internet. Si bien muchos son recortes periodísticos o incluyen hechos ya revelados con anterioridad, es posible acceder a la imagen de documentos de la época.
Los archivos abarcan decretos presidenciales secretos y reservados, ahora disponibles al público en general. El acceso a los documentos en formato digital obedeció a un pedido del Centro Simón Wiesenthal, que viene realizando una investigación sobre cómo se financió la llamada “ruta de las ratas” a través del banco Credit Suisse, en referencia a la huida de los nazis de Alemania que luego buscaron refugio en distintos países, entre ellos, Argentina.

Tras el final de la guerra con la derrota de Alemania, intentó escapar pero fue detenido en Innsbruck, Austria. Fue trasladado a un campo de prisioneros en Francia, pero logró escaparse a Italia en 1947, con la ayuda de la organización secreta nazi Odessa. Ese mismo año, Wiesenthal creaba el Centro de Documentación judía para la persecución de los nazis. Con la ayuda de Odessa, Schwammberger logró embarcarse desde Génova hacia Argentina. Llegó al país el 19 de marzo de 1949, con pasaporte italiano falsificado, y se registró con su verdadero nombre. Tenía 37 años. Como lugar de nacimiento figuraba la ciudad de Bressanone, en Bolzano, Italia, aunque había nacido en Alemania.
En Argentina ingresó sin utilizar un pasaporte de la Cruz Roja, como fue usual entre muchos nazis que buscaron refugio en el país.
Se instaló en La Plata hasta que, en 1971, una sobreviviente de un campo de concentración de Polonia lo reconoció y se comunicó con la Asociación de Sobrevivientes de Campos de Concentración, con sede en la Ciudad de Buenos Aires. La Asociación siguió la pista y con la ayuda de un investigador privado pudo reconstruir a qué se dedicaba Schwammberger. Vivía en la capital bonaerense, en el barrio La Cumbre, con su esposa y sus dos hijos. Desde noviembre de 1968, trabajaba como “traductor administrativo” en la empresa Petroquímica Sudamericana. Pero abandonó su puesto sorpresivamente en octubre del año siguiente.
En 1965, se nacionalizó como argentino, y pasó a tener la libreta de enrolamiento con el N° 7.603.354, por intermedio del juez Ramón Pastor. Si bien figuraba su nombre real, hasta ese momento, nadie lo había descubierto en Argentina. El recorrido de Schwammberger en Argentina fue reconstruido por Jorge Camarasa en el libro “Odessa al Sur”.
Wiesenthal lo denunció ante los tribunales alemanes y, en 1973, el Ministerio Público de la Audiencia de Stuttgart de ese país pidió su extradición. Se le abrió un expediente en Interpol con su pedido de captura internacional que siguió vigente 15 años más. Pero la Policía local le avisó y Schwammberger huyó antes de ser detenido en su casa en La Plata. Pudo escapar en un barco que salió de la ciudad bonaerense de Beriso con destino a Canadá, donde residía uno de sus hijos.

Pero con el retorno del peronismo al poder en la Argentina ese año, el ex oficial nazi volvió a Argentina, que siguió siendo lugar de refugio de criminales nazis. Schwammberger se radicó en Temperley y, durante otros 14 años, siguió viviendo con su verdadero nombre en el país.
Hasta que, en 1985, ya con el regreso de la democracia, la Justicia argentina volvió a poner la lupa sobre él. Fue clave la incansable tarea de Wiesenthal y el matrimonio del historiador Sergio Klarsfeld y su mujer Beate. El juez de La Plata Vicente Bretal ordenó su captura.
Tras haber sido visto en Huerta Grande, el magistrado cordobés Julio Rodríguez Villafañe fue hasta una pensión donde estaba alojado para detenerlo el 13 de noviembre de 1987. Schwammberger tenía 75 años, había llegado 10 días antes sin equipaje; tenía sólo un pequeño bolso.
Una sucesión de apelaciones y recursos que alegaban su avanzada edad y su estado de salud, demoraron su extradición hasta marzo de 1990, ya con Menem en el poder. Tres meses antes, a principios de diciembre de 1989, había sido internado en el Hospital Interzonal de Agudos José de San Martín, al ingresar en estado de coma por una sobredosis mientras estaba detenido en la Cárcel Nro 9 de la Plata. Sufrió un colapso que lo dejó al borde la muerte y e abrió una investigación judicial a cargo del juez Humberto Blanco para determinar si había sido un intento de sucidio o si había sido inducido a matarse. El 6 de diciembre fue trasladado en un helicóptero de la Policía Federal Argentina a la Cárcel de Caseros.

Casi medio siglo después de sus crímenes, el 18 de mayo de 1992, a sus 80 años, fue juzgado por un Tribunal de Stuttgart, Alemania y condenado a prisión perpetua.Fue encontrado culpable de siete cargos de asesinato y 32 cargos de colaboración en asesinato. Los jueces determinaron, apartir de innumerables testimonios, que asesinó a judíos por placer y odio racial. Murió a los 92 años, el 3 diciembre de 2004, en el hospital penitenciario de Hohenasperg, a pocos kilómetros al norte de Stuttgart.
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