Ignacio Buse celebró el nombramiento de Robert Prevost como nuevo papa: León XIV es aficionado al tenis

Robert Prevost es el nuevo líder de la Iglesia católica. El estadounidense de 69 años se convirtió en el primer santo padre de su país. Sin embargo, la elección del ‘Vicario de Cristo’ no solo se celebra en la nación norteamericana, puesto que Prevost vivió más de 20 años en el Perú: fue Obispo de Chiclayo y adquirió la nacionalidad peruana en 2015.

El vínculo entre el 267° Sucesor de San Pedro —la fumata blanca salió de la capilla Sixtina a las 18:07 horas de Roma— y el deporte lo reveló el propio Prevost en una entrevista en 2023. El ahora Obispo de la capital italiana reveló que era aficionado al tenis y lamentó no tener tiempo para practicarlo.

“Me considero un gran aficionado al tenis”, contó en una entrevista el arzobispo emérito de Chiclayo. “Desde que dejé Perú tuve pocas ocasiones de practicar, así que estoy deseando volver a las canchas”. agregó.

A raíz del nombramiento del sumo pontífice y su relación con el tenis y nuestro país, la primera raqueta nacional se pronunció sobre la noticia que impactó al planeta. Ignacio Buse congratuló la elección de León XIV. “Tenista y peruano”, publicó ‘El Colorado’ junto a los emojis de un corazón, la bandera peruana y una cara con risas en su cuenta de Instagram.

Prevost fue catalogado, antes del inicio del cónclave, como el “papa menos norteamericano” por la línea progresista que sigue y por estar en la antípoda de sus compatriotas purpurados. Además, debido a su cercanía a su predecesor, Francisco, se especula con que podría continuar con las reformas del expapa argentino. León XIV llamó a la Iglesia sinodal: hacer a la institución más horizontal y universal.

Ignacio Buse vivió una semana inolvidable en el Challenger 175 de Aix-en-Provence, en Francia. El tenista peruano superó la clasificación del torneo y dejó en el camino a tenistas de fuste como Luciano Darderi y Reilly Opelka. Cayó en semifinales frente al croata Borna Coric.

Su destacada actuación en el torneo ‘galo’ le permitió acceder al Top 200 del ATP. Actualmente es #171 y llegará con ritmo a la ‘qualy’ de Roland Garros, donde competirá por primera vez en el único Grand Slam de tierra batida, su superficie preferida, de la temporada.

Tras su participación en Aix-en-Provence, Buse disputó el Challenger de Francavilla, en Italia. El limeño de 21 años fue eliminado en primera ronda por el moldavo Radu Albot. El deportista nacional decidió no jugar en el Challenger 75 de Túnez. Por lo tanto, su siguiente parada será el ‘majors’ parisino.

El inicio del segundo Grand Slam del año está pactado para el lunes 19 de mayo con los encuentros clasificatorios. Los compromisos por el cuadro principal empezarán el 25 de mayo. Las máximas figuras del tenis mundial se darán cita en París para alcanzar la gloria en la Philippe Chatrier.

El líder de la Iglesia llegó al Perú en 1985 para cumplir con su misión agustina —la orden católica a la que pertenece— en Chulucanas, en la región norteña de Piura. En 1988 fue enviado a una misión en Trujillo para fungir como director del proyecto de formación conjunta para aspirantes agustinos en los Vicariatos de Chulucanas, Iquitos y Apurímac.

En 2015 fue designado obispo de la Diócesis de Chiclayo, cargo que desempeñó hasta el año 2023. Durante su permanencia en el país, adquirió la nacionalidad peruana y actualmente posee un documento nacional de identidad (DNI) válido. En 2023, el papa Francisco lo nombró prefecto del Dicasterio para los Obispos, una de las oficinas más relevantes dentro de la Curia Romana, y en 2024 fue elevado al cardenalato.

Luego que Dominique Mamberti, protodiánico del Colegio Cardenalicio, anuncie el célebre “Habemus Papam” en el balcón de la Santa Sede, Prevost recordó en su discurso a Chiclayo. “Un saludo a todos aquellos y en modo particular a mi querida diócesis de Chiclayo en el Perú donde un pueblo fiel ha acompañado a su obispo, ha compartido su fe y ha dado tanto para seguir siendo Iglesia de Jesucristo”, mencionó.

Gritos de “¡Viva el Papa!”, aplausos, pañuelos blancos en alto y lágrimas en muchos rostros convirtieron ese momento en una escena profundamente emotiva.