Parálisis facial: síntomas que aparecen días y horas antes

Antes de que la parálisis facial sea evidente, el cuerpo suele enviar señales de advertencia que muchas veces se confunden con molestias comunes

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Un síntoma de la parálisis
Un síntoma de la parálisis facial es que puede aparecer rigidez facial leve, especialmente al despertar (Burjeel Hospital)

La parálisis facial es uno de los problemas neurológicos que más impacta en la apariencia y la expresión del rostro. Afecta la capacidad de mover los músculos faciales y puede generar dificultad para hablar, comer o cerrar uno de los ojos. En el Perú, el Ministerio de Salud (Minsa) y el Seguro Social de Salud (EsSalud) señalan que la parálisis facial periférica, conocida como parálisis de Bell, es la forma más frecuente y puede presentarse a cualquier edad. Aunque su aparición suele ser repentina, muchas personas no saben que existen síntomas previos que pueden manifestarse días u horas antes de que la parálisis facial se instale por completo. Reconocer estas señales tempranas permite buscar atención médica oportuna y mejorar el pronóstico.

Síntomas que aparecen días y horas antes del inicio de la parálisis facial

Antes de que la parálisis facial sea evidente, el cuerpo suele enviar señales de advertencia que muchas veces se confunden con molestias comunes. Uno de los síntomas más frecuentes es el dolor detrás de la oreja o en la zona del oído del lado que luego se verá afectado. Este dolor puede ser leve o intenso y aparecer uno o dos días antes de la parálisis.

Otro síntoma temprano es la sensación de hormigueo, adormecimiento o pesadez en una parte del rostro. Algunas personas describen una sensación extraña al tocarse la mejilla o los labios, como si la cara estuviera ligeramente dormida. También puede aparecer rigidez facial leve, especialmente al despertar.

La parálisis facial periférica, conocida
La parálisis facial periférica, conocida como parálisis de Bell, es la forma más frecuente y puede presentarse a cualquier edad (All about vision)

Los cambios en el sentido del gusto son otra señal temprana. Puede presentarse una disminución del sabor en la lengua o una percepción alterada de los alimentos. Asimismo, algunas personas experimentan mayor sensibilidad a los sonidos, especialmente en un oído, debido a la afectación del nervio facial que participa en la audición.

Otros síntomas previos incluyen lagrimeo excesivo o, por el contrario, sequedad ocular, así como molestias al parpadear. En ciertos casos, se presentan cefaleas, cansancio general o malestar similar al de una infección viral. Aunque estos signos no siempre derivan en una parálisis facial, su combinación debe llamar la atención.

Causas de la parálisis facial

La causa más común de la parálisis facial periférica es la inflamación del nervio facial, que controla los movimientos de los músculos del rostro. Esta inflamación suele estar relacionada con infecciones virales, como el herpes simple, aunque no siempre se identifica un agente específico.

El Minsa y EsSalud explican que factores como el estrés intenso, la baja de defensas, la exposición al frío extremo y las infecciones respiratorias pueden favorecer la aparición de la parálisis facial. También puede presentarse asociada a enfermedades como la diabetes y la hipertensión o durante el embarazo.

Uno de los síntomas más
Uno de los síntomas más frecuentes de la parálisis facial es el dolor detrás de la oreja o en la zona del oído del lado que luego se verá afectado (Imagen Ilustrativa Infobae)

Existen otras causas menos frecuentes, como traumatismos craneales, tumores, infecciones del oído medio o accidentes cerebrovasculares. Por ello, ante cualquier sospecha, es fundamental una evaluación médica para determinar el origen y el tratamiento adecuado.

Síntomas que aparecen al inicio de la parálisis facial

Cuando la parálisis facial se instala, los síntomas se vuelven más evidentes y suelen progresar en pocas horas. El signo más característico es la debilidad o incapacidad para mover un lado del rostro. Esto puede manifestarse como dificultad para sonreír, fruncir el ceño o levantar la ceja.

Otro síntoma común es la imposibilidad de cerrar completamente el ojo del lado afectado, lo que provoca sequedad ocular, irritación y riesgo de lesiones en la córnea. También puede observarse caída del párpado o de la comisura de la boca, lo que ocasiona babeo y dificultad para retener líquidos al beber.

El habla puede verse levemente alterada, así como la masticación. Algunas personas refieren dolor facial persistente, sensación de presión o molestias al comer. En casos más severos, la asimetría facial es notoria incluso en reposo.