
Los masajes son una herramienta terapéutica y de bienestar utilizada desde tiempos antiguos para aliviar molestias físicas, reducir el estrés y mejorar la funcionalidad del cuerpo. En la actualidad, su uso se ha extendido tanto con fines de relajación como de tratamiento complementario para dolores musculares y tensiones acumuladas. En el Perú, los masajes se difunden cada vez más, ya que existen numerosos centros de salud, spas y consultorios que ofrecen estos servicios como parte del cuidado integral de la salud.
Según información del Ministerio de Salud (Minsa) y el Seguro Social de Salud (EsSalud), el estrés, las malas posturas y el sedentarismo son factores frecuentes que afectan a la población peruana y que pueden generar dolores musculares, contracturas y problemas de movilidad. Frente a este panorama, los masajes terapéuticos se presentan como una alternativa no farmacológica que contribuye al bienestar físico y mental. Sin embargo, no todos los masajes cumplen la misma función. Por ello, es importante conocer la diferencia entre el masaje relajante y el masaje descontracturante para elegir el más adecuado según las necesidades de cada persona.
El masaje relajante
El masaje relajante tiene como principal objetivo generar una sensación de calma y bienestar general. Se centra en reducir el estrés, aliviar la tensión emocional y promover la relajación del sistema nervioso. Para lograrlo, se utilizan movimientos suaves, lentos y rítmicos, que recorren grandes zonas del cuerpo como la espalda, los brazos, las piernas y el cuello.
Este tipo de masaje no busca tratar una lesión específica ni actuar de manera profunda sobre el músculo. Más bien, trabaja sobre la superficie muscular y la piel, estimulando la circulación sanguínea y favoreciendo la liberación de endorfinas, conocidas como las hormonas del bienestar. Como resultado, la persona suele experimentar una sensación de descanso profundo, mejora del estado de ánimo y mejor calidad del sueño.

El masaje relajante es especialmente recomendado para personas que sufren de estrés, ansiedad, insomnio o cansancio general. También es una buena opción para quienes desean un momento de desconexión y autocuidado, sin presentar dolores musculares intensos o contracturas persistentes.
El masaje descontracturante
El masaje descontracturante tiene un enfoque más terapéutico y está dirigido a aliviar contracturas musculares, nudos de tensión y dolores localizados. A diferencia del masaje relajante, este tipo de masaje actúa de manera más profunda sobre el músculo y los tejidos blandos, con el objetivo de liberar la tensión acumulada y mejorar la movilidad.
Las técnicas empleadas incluyen presiones más firmes, amasamientos profundos y movimientos específicos sobre las zonas afectadas, como la espalda alta, los hombros, el cuello o la zona lumbar. Durante el masaje descontracturante, es posible que la persona sienta cierta molestia o dolor leve, especialmente cuando se trabaja sobre áreas muy tensas. Sin embargo, esta sensación suele ser momentánea y se acompaña de un alivio posterior.
Este tipo de masaje es recomendado para personas que pasan muchas horas sentadas, realizan trabajos físicos exigentes, practican deporte de manera intensa o presentan dolores musculares frecuentes. También puede ser útil como complemento en procesos de rehabilitación, siempre que sea realizado por un profesional capacitado.
Diferencia entre masaje relajante y masaje descontracturante

La principal diferencia entre el masaje relajante y el masaje descontracturante radica en su objetivo y en la intensidad de las técnicas utilizadas. Mientras el masaje relajante busca reducir el estrés y generar bienestar general mediante movimientos suaves, el masaje descontracturante se enfoca en tratar contracturas y dolores musculares específicos mediante presiones más profundas.
Otra diferencia importante es la sensación durante la sesión. El masaje relajante suele ser placentero de principio a fin, ideal para desconectar y descansar. En cambio, el masaje descontracturante puede generar incomodidad en ciertos momentos, ya que trabaja directamente sobre puntos de tensión, aunque el beneficio se percibe al finalizar la sesión.
Asimismo, el masaje relajante está indicado para personas sin molestias musculares importantes, mientras que el descontracturante es más adecuado para quienes presentan dolor, rigidez o limitación de movimiento. En algunos casos, ambos tipos de masaje pueden complementarse, comenzando con técnicas relajantes y luego aplicando maniobras más profundas según la necesidad.
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