El ‘predio fantasma’ en San Isidro: un terreno millonario que luce vacío en el corazón financiero de Lima

Mientras que en los alrededores de la avenida Javier Prado se construyen imponentes edificios, este lugar se observa abandonado y con un letrero que dice ‘se vende’ desde hace varios años

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Un recorrido por el interior de un local comercial que pasó de ser la sede de importantes empresas a un refugio cubierto de grafitis y escombros. Descubre la historia y el estado actual de este tétrico lugar.

En el núcleo del distrito financiero de San Isidro, en Lima Metropolitana, un terreno de más de 2.000 metros cuadrados permanece vacío, resistiendo la ola de dinamismo inmobiliario que caracteriza la comercial y poblada zona.

Situado en la intersección de las avenidas Javier Prado y la calle Francisco Masías, este predio se distingue tanto por su ubicación estratégica como por el peso de su pasado en la historia de las telecomunicaciones del Perú. Sin embargo, la posibilidad de redefinir su uso sigue frustrada por el valor de venta exigido por su dueño, una cifra que especialistas consideran fuera de alcance para el mercado nacional.

El terreno, al que trabajadores y transeúntes lo llaman el ‘predio fantasma’, permanece sin uso desde 2011, a pesar de la alta demanda de oficinas, locales comerciales y espacios residenciales en la zona. La presión inmobiliaria sobre San Isidro contrasta con la inactividad de este lote, cuyo estancamiento se atribuye a la decisión de su propietario, un residente en Estados Unidos, de fijar el precio en USD 10 mil por metro cuadrado.

El predio fue testigo de
El predio fue testigo de la llegada del primer Bembos, el primer McDonald’s y Burger King al país, íconos del consumo urbano en los años noventa.

De acuerdo con el abogado inmobiliario José Antonio Arbulú, quien abordó el caso a través de su cuenta de TikTok, el valor final ronda los 20 millones de dólares.

El letrado afirmó: “El precio de la persona que lo vende es muy alto, es impagable. Ocho mil dólares el metro cuadrado. Cuando lo ofertan, el dueño incrementa el precio a diez o quince mil dólares. Tiene dos mil metros cuadrados y el precio está estimado en veinte millones de dólares”.

La evaluación de expertos coincide en señalar que este monto supera ampliamente la capacidad del mercado limeño y ha disuadido a potenciales inversores y constructoras interesadas en desarrollar el predio.

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El valor histórico del terreno va más allá de su ubicación

El lote, que se extiende entre la avenida Rivera Navarrete y la calle Francisco Masías, albergó en su momento varios hitos del consumo y la tecnología en el Perú. Según la youtuber Rebeca Misterios, fue allí donde funcionó el primer local de Bembos en los años noventa; después, abrió el primer McDonald’s y también un Burger King del país. Más adelante, el edificio se convirtió en sede de Telecom Italia Mobile (TIM), compañía que en el año 2000 obtuvo una licitación estatal para operar y expandir la tecnología 2G en el país, marcando un antes y un después en la conectividad nacional.

La llegada de la red GSM a través de TIM transformó el sector de las telecomunicaciones. Para desplegar la nueva infraestructura, la firma optó por asociarse con Nokia, bajo la dirección del ejecutivo internacional Claudio Paderni. Además, TIM implementó la innovación de facturar en moneda local, diferenciando su oferta de la competencia.

En plena zona empresarial de
En plena zona empresarial de San Isidro, más de 2.000 metros cuadrados llevan más de una década desocupados por un precio considerado inaccesible para el mercado.

Un nuevo capítulo se abrió en 2005, cuando la filial peruana de TIM fue adquirida por América Móvil por 407 millones de euros, lo que permitió a la gigante mexicana sumar 1,4 millones de usuarios a su base y posicionarse como rival directo de Telefónica. Posteriormente, la marca fue rebautizada como Claro, iniciando operaciones oficiales el 11 de octubre de ese año. A pesar de esta venta, TIM mantuvo parte de su presencia en América Latina, particularmente en Brasil.

A partir de 2011, el predio cayó en desuso y fue cerrado por completo. Mantillas opacas resguardan el interior, donde aún quedan huellas del pasado: gigantografías corporativas de la empresa telefónica, escaleras internas y paredes recubiertas con grafitis. Usuarios de redes sociales han ingresado al espacio con el objetivo de registrar su estado actual, constatando la persistencia de signos como centro de atención al cliente de Claro, aunque marcados por el deterioro.

Mantillas opacas y estructuras deterioradas
Mantillas opacas y estructuras deterioradas custodian el espacio, testigo silencioso de la evolución comercial y tecnológica de la capital.

Esta situación no es única en Lima

En diversos puntos de la ciudad hay inmuebles y lotes desocupados, atrapados por litigios, herencias sin resolver o decisiones económicas. Entre los ejemplos más conocidos figura la ‘mansión’ de San Juan de Lurigancho, que iba a convertirse en universidad y ahora permanece en ruina, exactamente a la espera de un proyecto inmobiliario.

El terreno de San Isidro destaca como símbolo de una tensión estructural del mercado limeño: la brecha entre el potencial económico de ubicaciones codiciadas y las expectativas de sus propietarios, poco alineadas con la realidad de los compradores.

Restos de gigantografías y paredes
Restos de gigantografías y paredes cubiertas de grafitis revelan el paso del tiempo en el interior del emblemático predio de San Isidro.

Este caso visibiliza la consecuencia de políticas individuales sobre la dinámica urbana y empresarial de la ciudad. Mientras tanto, la parcela vacía se mantiene como un recordatorio físico de las transformaciones —consumistas, tecnológicas y corporativas— que han definido la capital en las últimas décadas.

Al margen de los rezagos y el deterioro, el atractivo del predio sigue intacto para promotores y vecinos, quienes observan cómo, año tras año, un espacio de enorme valor permanece sin desarrollo y sin aportar soluciones urbanas. Una paradoja: la memoria de un epicentro de innovación y consumo, hoy detenido, al costado del pulso económico de Lima.

En redes sociales, algunos usuarios vienen compartiendo contenido sobre este predio, que ya se viralizó principalmente en Tiktok. En numerosos comentarios afirmaron que no tenían idea sobre la existencia del mismo.