Por qué debes desinfectar la esponja de lavar los platos una vez a la semana

Aunque parezca un objeto inofensivo, la esponja puede convertirse en uno de los elementos más contaminados de la casa si no se desinfecta correctamente

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Las esponjas de cocina están
Las esponjas de cocina están constantemente húmedas y en contacto con restos de comida, grasas y superficies contaminadas (Imagen Ilustrativa Infobae)

Lavar los platos es una de las tareas domésticas más importantes del día, ya que garantiza que los utensilios y superficies donde preparamos y consumimos alimentos se mantengan limpios y seguros. Tanto el Ministerio de Salud (Minsa) como el Seguro Social de Salud (EsSalud) recuerdan que una higiene adecuada en la cocina es clave para prevenir enfermedades gastrointestinales y evitar intoxicaciones alimentarias.

Sin embargo, muchas veces se pasa por alto un detalle esencial: la limpieza y desinfección de la esponja con la que lavamos los platos. Aunque parezca un objeto inofensivo, la esponja puede convertirse en uno de los elementos más contaminados de la casa si no se desinfecta correctamente.

Por qué debes desinfectar la esponja de lavar los platos una vez a la semana

Las esponjas de cocina están constantemente húmedas y en contacto con restos de comida, grasas y superficies contaminadas. Esta combinación de humedad y materia orgánica las convierte en un entorno ideal para que bacterias como Escherichia coli, Salmonella o Staphylococcus aureus se multipliquen rápidamente. Una esponja puede albergar millones de microorganismos, convirtiéndose en un foco potencial de transmisión de enfermedades.

Cuando no se desinfecta la esponja, cada lavado de platos puede esparcir microbios en vez de eliminarlos. De hecho, una esponja sucia puede contaminar vasos, cubiertos y superficies de la cocina, incluso si a simple vista parece limpia. Por eso, desinfectarla al menos una vez a la semana es fundamental para mantener la cocina segura.

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Cuando no se desinfecta la esponja, cada lavado de platos puede esparcir microbios en vez de eliminarlos (Imagen Ilustrativa Infobae)

Existen varias formas de desinfectar una esponja:

  • Sumergirla en agua hirviendo durante cinco minutos.
  • Colocarla húmeda en el microondas por un minuto.
  • Dejarla remojar en una mezcla de cloro diluido (una cucharada por litro de agua).

Estos métodos ayudan a reducir significativamente la carga bacteriana y prolongan la vida útil de la esponja.

Cada cuánto tiempo se debe cambiar la esponja de lavar platos

Aunque se desinfecte semanalmente, ninguna esponja dura para siempre. Con el uso, los poros se desgastan, acumulan restos de comida y pierden eficacia. Según recomendaciones generales de salud e higiene, lo ideal es cambiar la esponja cada 2 a 4 semanas, dependiendo del uso.

Si en tu hogar se cocina a diario, hay varios integrantes en la familia o se lavan muchos utensilios, lo mejor es reemplazarla cada dos semanas. En cambio, si la cocina se usa poco, puede durar hasta un mes. También es importante reemplazarla antes de tiempo si detectas:

  • Mal olor persistente
  • Cambio de coloración
  • Textura desgastada o desintegración
  • Restos que no se pueden retirar fácilmente
Lo ideal es cambiar la
Lo ideal es cambiar la esponja de lavar platos cada 2 a 4 semanas, dependiendo del uso (Imagen Ilustrativa Infobae)

Recuerda que una esponja vieja no solo limpia peor, sino que también puede convertirse en una fuente constante de contaminación cruzada.

Cuál es la manera correcta de lavar los platos

La higiene adecuada no solo depende de la esponja, sino también del método de lavado. Para garantizar que los utensilios queden realmente limpios, sigue estos pasos:

  1. Retira los restos de comida: desecha los residuos sólidos antes de poner los platos en el lavadero.
  2. Usa agua caliente: el agua caliente ayuda a eliminar grasas y desinfectar de forma más efectiva.
  3. Aplica detergente suficiente: asegura una buena formación de espuma, ya que esta ayuda a desprender la suciedad.
  4. Lava de lo más limpio a lo más sucio: empieza por vasos y cubiertos, sigue con platos y termina con ollas y sartenes.
  5. Enjuaga bien: no debe quedar rastro de detergente, ya que puede causar irritaciones o contaminar alimentos.
  6. Seca adecuadamente: deja que los utensilios escurran al aire o sécalos con un paño limpio.
  7. Limpia el lavadero al finalizar: esto evita que bacterias acumuladas vuelvan a contaminar los utensilios.

Mantener la cocina libre de gérmenes no requiere gran esfuerzo, pero sí constancia. Desinfectar la esponja una vez a la semana y cambiarla regularmente es una práctica simple que ayuda a proteger la salud del hogar. Con pequeños hábitos, es posible prevenir enfermedades y mantener una cocina verdaderamente limpia y segura.