Comienza nueva fase de obras en el río Rímac, municipios y Estado intervienen 26 puntos

El inicio de trabajos coordinados beneficiará a diversas comunidades expuestas a inundaciones, con remoción intensiva de material acumulado y un plan sostenido hasta 2026 para mejorar la seguridad hídrica

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Río Rímac
Río Rímac

El Gobierno dio inicio a una nueva etapa de trabajos en la cuenca del río Rímac para atender 26 puntos críticos y remover sedimentos en un tramo de 40,51 kilómetros. Estas acciones, coordinadas por el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) a través de la Autoridad Nacional del Agua (ANA), se desarrollarán de manera progresiva hasta abril de 2026 y tienen como objetivo principal reducir riesgos para más de 57 mil habitantes de once localidades vulnerables ante desbordes e inundaciones.

Nueva fase preventiva por la seguridad hídrica

El anuncio de esta intervención lo realizó Vladimir Cuno Salcedo, titular del Midagri, quien enfatizó que el propósito es disminuir los riesgos para la población y fortalecer la seguridad hídrica en Lima. Esta etapa será la continuación del proceso que logró completar, con anticipación de un mes y medio sobre la meta prevista, la limpieza y descolmatación de 45 kilómetros del cauce del río, cubriendo 56 puntos críticos en una fase anterior. La cantidad de material removido equivale al volumen de más de 200 piscinas olímpicas, lo cual representa una mejora significativa en la capacidad del río para afrontar temporadas de lluvias altas.

Río Rímac
Río Rímac

Los trabajos se realizan por instrucción del Gobierno de Transición y Reconciliación, que busca consolidar una estrategia enfocada en la reducción preventiva de daños durante la temporada de lluvias. La ANA lidera la coordinación interinstitucional con las municipalidades integradas en la Mancomunidad Lima Este.

Las zonas beneficiadas y la estrategia territorial

El plan beneficiará directamente a habitantes de Santa Eulalia, Chaclacayo, Lurigancho–Chosica, San Juan de Lurigancho, El Agustino, Ricardo Palma, San Bartolomé, Matucana y San Mateo de Otao. Estas localidades presentan históricamente una alta exposición a eventos de desborde e inundación en la época de lluvias, por lo que forman parte de las áreas de intervención priorizadas por las autoridades del agua y de los gobiernos locales.

ANA intensificó trabajos para asegurar
ANA intensificó trabajos para asegurar abastecimiento de agua en Lima. (Foto: Agencia Andina)

Los alcaldes de la mancomunidad, como Sergio Baigorria (Chaclacayo), Oswaldo Vargas (Lurigancho–Chosica), Franco Vidal (Ate), Jesús Maldonado (San Juan de Lurigancho), Richard Soria (El Agustino), Brayan Bullón (Ricardo Palma), Hugo González (Huarochirí–Matucana) y Widmer Gutiérrez (San Mateo de Otao), han reafirmado su respaldo al proceso. En la actividad oficial, destacaron la rapidez y la transparencia de la ANA, así como su presencia estable durante todo el año, incluso en periodos en los que la autoridad no ejecuta directamente acciones en campo.

Río Rímac: eje vital y fuente de riesgos

El río Rímac atraviesa diversos distritos de la zona este de la capital y constituye la principal fuente de agua para la ciudad, además de formar un eje de desarrollo agrícola y urbano en su cuenca. Su caudal varía estacionalmente, lo que incrementa el riesgo de desbordes en años con lluvias intensas. El trabajo constante sobre el cauce permite optimizar la capacidad hidráulica y reducir el riesgo para miles de personas y propiedades cercanas.

La nueva fase contempla el despliegue de maquinaria especializada para remoción y traslado de sedimentos, así como seguimiento técnico en coordinación con los municipios y las brigadas de la ANA. La intervención espera consolidar una gestión sostenible, resiliente y adaptada a los ciclos del clima, con enfoque en la protección de vidas y bienes.

Trabajo conjunto y retos futuros

El Midagri reiteró que los esfuerzos continuarán con la participación de los niveles regionales y locales de gobierno, trabajando de forma articulada con la comunidad. El cumplimiento anticipado de la meta anterior de limpieza posibilitó adelantar labores en puntos que aún representan peligro, de acuerdo con la evaluación de la ANA.

El ministerio proyectó que, al cierre de esta etapa en abril de 2026, la cuenca del Rímac presentará mayores condiciones de seguridad frente a lluvias intensas, aportando a la construcción de infraestructuras hidráulicas más eficaces y a una gestión integral del riesgo de desastres.