Ica, laboratorio arqueológico del sur: estudios en Monte Sierpe y las Líneas de Nasca revelan una nueva visión sobre las culturas antiguas

Un equipo liderado por el investigador japonés Masato Sakai identificó más de 500 figuras nuevas mediante análisis automatizado de imágenes aéreas. La IA acelera la revisión del legado nasca y revaloriza su relación con Paracas

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Nuevas líneas de Nazca fueron
Nuevas líneas de Nazca fueron identificadas con ayuda de la inteligencia artificial. (Foto: Instituto de la Universidad de Yamagata en Nazca)

La región Ica volvió a captar la atención internacional desde que se difundió el valor arqueológico de Monte Sierpe, una colina situada en el valle de Pisco que alberga la conocida Banda de agujeros. Allí se alinean más de 5,000 cavidades excavadas con precisión, dispuestas en una secuencia que se aprecia con claridad desde el aire. Este escenario impulsó nuevas preguntas sobre el desarrollo de antiguas sociedades que ocuparon la costa sur y abrió paso a una revisión más amplia de los sistemas de representación que caracterizaron la zona.

En ese contexto, la mirada volvió hacia las Líneas y Geoglifos de Nasca, ubicadas en la reserva arqueológica del mismo nombre, un espacio que concentra figuras reconocidas en todo el planeta. Ica se convirtió en un laboratorio ideal para que especialistas nacionales y extranjeros aplicaran tecnologías recientes con el fin de revisar extensas pampas donde los antiguos nascas trazaron formas que permanecieron durante siglos. Ese impulso coincidió con el trabajo de un equipo que introdujo métodos de análisis digital en la zona.

La participación del investigador japonés Masato Sakai, de la Universidad de Yamagata, marcó un cambio para la comprensión del lugar. En una conversación con la Agencia Andina, el arqueólogo explicó que la inteligencia artificial permitió identificar estructuras antes imperceptibles para el ojo humano. “Con la inteligencia artificial encontramos más de 500 figuras nuevas, y todavía tenemos más de 600 candidatos por analizar. Es posible que lleguemos a superar las mil figuras en total”, afirmó.

Sakai expuso además que la revisión ejecutada entre 2023 y 2024 condujo al registro de 248 geoglifos adicionales gracias a estudios de campo basados en análisis automatizados. Ese avance duplicó el número de figuras conocidas hace pocos años y mostró que el territorio conserva un potencial informativo mucho mayor de lo estimado.

Tres etapas en la línea del tiempo de Nasca

Líneas de Nasca
Líneas de Nasca

El investigador explicó que la historia del estudio de las líneas se desarrolla en tres fases. “En la primera, durante la época de María Reiche, se identificaron unas 30 figuras a través de observación directa en campo. Posteriormente, con la introducción de imágenes satelitales y drones, el número se incrementó a más de 400 figuras. Finalmente, desde el 2022, el uso de inteligencia artificial permitió detectar otras 500 figuras adicionales, gracias al procesamiento automatizado de miles de fotografías aéreas con una resolución de 10 centímetros”, señaló.

El especialista indicó que este método aceleró procesos que antes demandaban largos periodos de inspección. “Buscar figuras manualmente en toda la pampa habría tomado más de cinco años. La IA nos permite localizar patrones y reducir el tiempo de análisis. Es como reemplazar el ojo humano por un ojo tecnológico que puede ver más allá de lo evidente”, resaltó.

El investigador detalló que una de las revelaciones más importantes de esta última fase corresponde a figuras de pequeño tamaño, entre 8 y 10 metros de longitud, ubicadas cerca de antiguos caminos. A diferencia de los geoglifos lineales reconocidos por el público —como el colibrí o el mono—, estas nuevas representaciones pertenecen al tipo relieve, creadas mediante contrastes entre zonas claras y oscuras. Incluyen formas humanas, llamas y otros animales.

“Estos relieves estaban al costado de los caminos. Al caminar se puede ver una secuencia de figuras, como si transmitieran un mensaje. Creemos que cada sendero tenía un significado propio”, indicó. Según Sakai, las figuras mayores, superiores a los 100 metros, se vinculaban con ceremonias colectivas relacionadas con peregrinaciones hacia Cahuachi. En cambio, las más pequeñas reflejaban prácticas de grupos familiares.

Proyecciones para los próximos años

La orca con una navaja
La orca con una navaja es una de las nuevas líneas de Nazca. (Foto: Instituto de la Universidad de Yamagata en Nazca)

Sakai comentó que el análisis de patrones detectados orienta nuevas interpretaciones sobre la organización territorial y espiritual de los antiguos nascas, así como su relación con la cultura Paracas. Recordó además la labor de María Reiche, a quien visitó en 1994. “Sin el trabajo de María Reiche no podríamos llegar a este punto. Ella dedicó su vida a preservar y estudiar las pampas. Nosotros solo continuamos su legado con nuevas herramientas”, expresó.

El equipo del Instituto Nazca de la Universidad de Yamagata continuará con la verificación de más de 500 posibles ubicaciones de figuras aún pendientes. Paralelamente, desarrolla una aplicación de inteligencia artificial que permita reconocer no solo la existencia de geoglifos, sino también su rol dentro del sistema simbólico. “Queremos que la inteligencia artificial no solo detecte figuras, sino que ayude a entender los mensajes que cada conjunto transmite”, adelantó el investigador.

Sakai presentó parte de estos avances el jueves 6 de noviembre en el Ciclo de Conferencias Magistrales de Arqueología y Antropología del Museo de Arqueología y Antropología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.