El poder de una beca para transformar vidas

Hoy no solo me siento agradecida, sino también decidida a retribuir: cada charla que doy, cada intervención en salud pública que realizo, lleva implícito ese agradecimiento

Guardar
(Imagen Ilustrativa Infobae)
(Imagen Ilustrativa Infobae)

En un país donde el acceso a la educación superior de calidad sigue siendo un privilegio, recibir una beca puede transformar no solo una vida, sino también el rumbo de una comunidad. Según datos del Ministerio de Educación, solo 3 de cada 10 jóvenes peruanos acceden a estudios universitarios, y en zonas rurales la cifra es aún menor. En ese contexto, una beca representa una oportunidad invaluable para romper barreras y construir un futuro diferente.

En mi caso, fue la oportunidad que me permitió soñar en grande, estudiar lo que me apasiona y comprometerme con el bienestar de los demás. Fui becaria gracias al apoyo de PRONABEC en la Universidad Peruana Cayetano Heredia. Gracias a ese respaldo, culminé mis estudios en Nutrición, una carrera que hoy me permite trabajar con comunidades vulnerables, promoviendo una alimentación saludable y combatiendo la desnutrición y la anemia.

Esa experiencia reafirmó mi propósito y me demostró que cada esfuerzo valía la pena. Fue un impulso decisivo en mi camino profesional y en mi compromiso con los demás. Hoy no solo me siento agradecida, sino también decidida a retribuir: cada charla que doy, cada intervención en salud pública que realizo, lleva implícito ese agradecimiento.

Apoyar la educación superior —desde el sector público, privado o desde la sociedad civil— es una forma concreta de transformar vidas. Desde su creación, PRONABEC ha otorgado más de 200 mil becas a jóvenes en todo el país; por ende, cada beca representa más que un apoyo económico: es una oportunidad para aprender, crecer y multiplicar ese conocimiento en beneficio de otros. Quien se atreve a postular no solo invierte en su futuro, sino que también siembra posibilidades para su familia, su comunidad y, eventualmente, para todo el país.

Impulsar la filantropía en la educación superior es apostar por un país más justo y por profesionales comprometidos con su realidad. Cada beca es, en esencia, una inversión en talento, en sueños y en transformación social. Ojalá más personas e instituciones se sumen a esta causa, para que más historias como la mía puedan escribirse.