Consentimiento sexual: 4 características principales para tener sexo consentido

No puede existir consentimiento cuando hay miedo, presión, manipulación, engaño o cuando una persona no está en condiciones de decidir

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El consentimiento sexual es entusiasta:
El consentimiento sexual es entusiasta: debe ser un deseo genuino y una participación activa, no la ausencia de un “no” o un “tal vez" (Freepik)

En los últimos años, el concepto de consentimiento sexual ha adquirido una relevancia fundamental en la educación sexual y en la lucha contra la violencia de género. Hoy se entiende que el consentimiento es el elemento que diferencia el sexo de la agresión sexual, una distinción crucial en un país como el Perú, donde los casos de violencia sexual siguen siendo alarmantes. Según el Ministerio de Salud (Minsa), cada día se registran más de 20 denuncias por violación sexual, y el Seguro Social de Salud (EsSalud) advierte que la mayoría de las víctimas son mujeres, adolescentes y niñas.

Esta realidad evidencia la necesidad urgente de hablar del consentimiento no solo como un concepto jurídico, sino también como una práctica cotidiana que garantiza el respeto, la autonomía y la libertad en las relaciones íntimas entre parejas e incluso dentro del matrimonio. Comprender sus características es esencial para construir vínculos basados en la igualdad, la comunicación y el deseo mutuo, alejándose de toda forma de coerción o manipulación.

4 características principales del consentimiento sexual

La persona debe entender la
La persona debe entender la naturaleza de la actividad a la que da su consentimiento, con honestidad y sin engaños (Freepik)
  1. Libre y voluntario: se da sin presiones, coerción, manipulación o influencias externas como el alcohol o las drogas que anulen la voluntad.
  2. Informado: la persona debe entender la naturaleza de la actividad a la que da su consentimiento, con honestidad y sin engaños.
  3. Entusiasta: debe ser un deseo genuino y una participación activa, no la ausencia de un “no” o un “tal vez”.
  4. Específico: aceptar una actividad (como besarse) no implica consentimiento para otras; el acuerdo debe ser claro y para la acción concreta que se va a realizar.

Además de las características mencionadas, hay dos más que pueden incluirse:

  • Reversible: se puede cambiar de opinión en cualquier momento, incluso a mitad de la actividad, y retirar el consentimiento sin justificaciones.
  • Afirmativo y activo: el consentimiento debe ser comunicado de manera explícita y positiva, ya sea verbalmente o con acciones claras, y nunca debe darse por sentado o ser implícito.

Consentimiento sexual: diferencia entre el sexo y la violencia sexual

El consentimiento sexual es la frontera ética y legal que separa una experiencia sexual saludable de un acto de violencia. Es un acuerdo libre, informado, entusiasta y reversible entre todas las personas involucradas. No puede existir consentimiento cuando hay miedo, presión, manipulación, engaño o cuando una persona no está en condiciones de decidir, por ejemplo, si está bajo los efectos del alcohol o drogas.

El consentimiento sexual es la
El consentimiento sexual es la frontera ética y legal que separa una experiencia sexual saludable de un acto de violencia (Imagen Ilustrativa Infobae)

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la violencia sexual como cualquier acto sexual realizado sin el consentimiento de la otra persona. Esto incluye desde el contacto físico hasta la exposición no deseada a contenido sexual. Por ello, el consentimiento no debe asumirse ni deducirse, sino comunicarse claramente.

Hablar del consentimiento es también hablar de educación emocional y sexual integral. Reconocerlo implica entender que todas las personas tienen derecho a decidir sobre su cuerpo, a cambiar de opinión y a establecer límites. Promover esta conciencia desde la escuela, las familias y los medios es clave para reducir la normalización de la violencia sexual y construir una sociedad más justa, respetuosa y empática.

Importancia de enseñar sobre consentimiento desde la niñez

Enseñar sobre consentimiento desde la niñez y la adolescencia es esencial para prevenir la violencia sexual y fomentar relaciones basadas en el respeto y la empatía. Aprender a decir “no” y a respetar el “no” del otro fortalece la autonomía y el cuidado del propio cuerpo. Según el Minsa y EsSalud, gran parte de los casos de abuso sexual en el Perú afectan a menores de edad, lo que evidencia la necesidad de una educación sexual integral que incluya el consentimiento como eje central. Formar desde temprano en estos valores promueve generaciones más seguras, conscientes y respetuosas.