La Amazonía pierde seis canchas de fútbol por minuto: Perú, Brasil y Bolivia encabezan la catástrofe forestal

Un estudio conjunto de WWF y MapBiomas advierte que más de 88 millones de hectáreas de bosque tropical desaparecieron en el último año. La devastación está impulsada por la tala ilegal, la minería y la expansión agrícola

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La mitad de los bosques
La mitad de los bosques amazónicos podrían sufrir alternaciones irreversibles y desaparecer en 2050, según una investigación que publica hoy la revista Nature. En la fotografía, vista con dron del río Amonia y de la selva amazónica, en Yurua (Perú): Imagen: Andre Dib.

La Amazonía enfrenta una emergencia ambiental sin precedentes. De acuerdo con estimaciones recientes de WWF basadas en datos de MapBiomas Amazonia, cada minuto desaparecen seis canchas de fútbol de bosque tropical. Esta alarmante pérdida afecta no solo a la biodiversidad, sino también al equilibrio climático global y a millones de personas que dependen directamente de sus recursos naturales.

Entre 1985 y 2023, más de 88 millones de hectáreas de selva amazónica fueron destruidas, lo que representa una de las mayores transformaciones del paisaje en la historia reciente de la región. En el caso peruano, los datos del portal Geobosques muestran que desde 2001 se han perdido más de 3 millones de hectáreas de bosque, siendo Madre de Dios una de las zonas más afectadas por la expansión de actividades como la minería ilegal, la agricultura y la tala indiscriminada.

La Amazonía frente a un punto de no retorno

Alto nivel de deforestación por
Alto nivel de deforestación por parte de empresa de palma aceitera amenaza el territorio de la comunidad nativa Santa Clara de Uchunya|IDL

Los científicos advierten que si la deforestación alcanza entre el 20% y el 25% del territorio amazónico, el ecosistema podría sufrir un colapso irreversible. Este fenómeno no solo significa árboles talados, sino también menos agua, menos regulación climática y la desaparición de especies únicas en el planeta. Además, la selva es el hogar ancestral de más de 400 pueblos indígenas, cuyos conocimientos han permitido mantener el equilibrio ecológico durante siglos.

Para hacer frente a esta crisis, diversas organizaciones ambientales de la región han unido esfuerzos en la campaña “Amazon League”, una alianza entre instituciones de Brasil, Bolivia, Ecuador, Colombia y Perú que busca promover la protección y restauración de los bosques tropicales. La Amazonía, que concentra el 20% del agua dulce del planeta y alberga a 47 millones de personas, cumple un papel vital en la regulación del clima global, al almacenar entre 150 y 200 mil millones de toneladas de carbono en su vegetación y suelos.

En el Perú, el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (Serfor) impulsa la Estrategia Nacional de Restauración de Ecosistemas y Tierras Forestales Degradadas (ProREST 2021-2030), con el objetivo de recuperar áreas afectadas por la deforestación. Desde WWF Perú, se promueven iniciativas de restauración ecológica —mediante plantaciones de especies nativas— y de restauración productiva, como la ganadería regenerativa, que ya ha rehabilitado más de 1.000 hectáreas de pasturas degradadas.

Estas acciones buscan recuperar la capacidad del bosque para almacenar carbono, regular el clima y proteger la biodiversidad, además de generar oportunidades económicas sostenibles para las comunidades locales. Con la mirada puesta en la próxima COP30, que se celebrará en la Amazonía brasileña, la región se prepara para reafirmar su papel clave en la lucha global contra la crisis climática.

Latinoamérica concentra la mayor pérdida de selva tropical del planeta

La deforestación genera importantes costos
La deforestación genera importantes costos económicos al Estado, advierte estudio - Crédito SPDA

Durante 2024, América Latina se consolidó como el epicentro mundial de la deforestación. Según el informe de Global Forest Watch del World Resources Institute, más del 71% de toda la superficie de selva tropical destruida a nivel global se concentró en esta región, con Brasil, Bolivia, Perú y Colombia entre los países más golpeados. En conjunto, la pérdida de bosques primarios superó los 6,7 millones de hectáreas, lo que equivale a un territorio del tamaño de Panamá arrasado por incendios, sequías y expansión agropecuaria.

El caso más crítico fue el de Brasil, que perdió cerca de 2,8 millones de hectáreas de selva en un solo año, es decir, el 42% de la deforestación global. Le siguió Bolivia, con 1,8 millones de hectáreas destruidas, el doble de lo registrado en 2023, debido a la expansión agroindustrial y a incendios descontrolados que afectaron casi el 12% de su territorio nacional. Esta situación desplazó incluso a la República Democrática del Congo al tercer lugar en el ranking mundial, confirmando que el eje de la crisis forestal se ha trasladado a Sudamérica.

En este panorama, Perú se posicionó como el quinto país con mayor pérdida de bosques tropicales en 2024, con más de 190.000 hectáreas deforestadas, un incremento del 135% respecto al año anterior. Por su parte, Colombia registró más de 100.000 hectáreas afectadas, impulsadas por la minería ilegal, la violencia rural y la expansión de cultivos ilícitos. Las cifras evidencian que la región enfrenta una crisis que trasciende lo ambiental: emisiones récord de carbono, pérdida de biodiversidad y un impacto directo sobre las comunidades que dependen de la selva para sobrevivir.