Sicarios asesinan de varios balazos a joven de 23 años mientras manejaba su moto lineal en Huaura

Vecinos del lugar alertaron al Serenazgo de la zona de Irrigación Santa Rosa, que al llegar confirmaron que no se trataba de un accidente, sino de un ataque armado

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La ola de violencia en la provincia de Huaura continúa dejando víctimas. Esta vez, un joven identificado como Giancarlos Tarazona Saldaña, de 23 años, fue asesinado a balazos en el sector de Santa Anita, dentro del centro poblado de Irrigación Santa Rosa, en el distrito de Sayán. El hecho, que en un inicio fue reportado como un accidente de tránsito, terminó revelando un nuevo episodio de sicariato en la zona norte del país, donde los crímenes por encargo se han vuelto cada vez más frecuentes.

De acuerdo con la información preliminar, el joven se desplazaba en su motocicleta cuando fue interceptado por dos sujetos a bordo de otra moto lineal. Sin mediar palabras, los atacantes abrieron fuego en su contra, provocando su muerte inmediata. Vecinos del lugar alertaron al Serenazgo de Irrigación Santa Rosa, que al llegar confirmaron que no se trataba de un accidente, sino de un ataque armado. En la escena del crimen se hallaron al menos siete casquillos de bala, evidencia de la brutalidad con la que actuaron los responsables.

Policía investiga nuevo caso de sicariato en Huacho

Composición: Infobae Perú
Composición: Infobae Perú

Hasta el lugar llegaron efectivos de la Policía Nacional del Perú (PNP), peritos de la DEPINCRI Huacho, la fiscal provincial Emma Soriano y personal de Medicina Legal, quienes realizaron el levantamiento del cuerpo y el recojo de evidencias. La escena estuvo marcada por el dolor de los familiares de la víctima, quienes protagonizaron momentos desgarradores al reconocer el cuerpo de Giancarlos Tarazona, natural de la zona y conocido entre los vecinos.

Según información difundida por medios locales, el joven fue hallado tendido en la pista sin signos vitales, junto a su motocicleta. Los testigos indicaron que los atacantes huyeron rápidamente con rumbo desconocido, mientras los vecinos pedían ayuda a gritos. La policía ha iniciado las investigaciones para identificar a los responsables y determinar las causas detrás de este crimen.

La familia del joven exige justicia y pide a las autoridades mayor presencia policial en la zona, pues los casos de violencia armada y sicariato se han incrementado en los últimos meses en distintos sectores de la provincia. Los moradores del centro poblado de Santa Rosa de Sayán han reiterado su preocupación por la falta de patrullaje y seguridad, advirtiendo que los ataques por encargo se han vuelto una constante que mantiene en zozobra a toda la comunidad. Las autoridades locales aún no han emitido un pronunciamiento oficial sobre este nuevo asesinato que enluta a Huacho.

Jóvenes conductores, las principales víctimas del sicariato ligado a la extorsión

Este nuevo atentado se suma
Este nuevo atentado se suma al ocurrido en abril, cuando un conductor de la misma empresa resultó herido y los agresores dejaron amenazas previas.

El sicariato vinculado a los cobros extorsivos ha golpeado con mayor fuerza a los trabajadores del transporte público en Lima y Callao, especialmente a los choferes, cobradores y mototaxistas. Según el Observatorio de Crimen y Violencia del Banco de Crédito del Perú, cerca del 70% de las víctimas asesinadas en este contexto tenían menos de 40 años, lo que evidencia que la violencia recae principalmente sobre jóvenes económicamente activos. El informe revela que un 38% de los casos corresponde a personas entre 18 y 30 años, mientras que un 27% se ubica entre los 30 y 40, grupos que suelen sostener hogares y representar el principal sustento familiar.

Esta realidad se ve reflejada en los recientes ataques ocurridos en avenidas de alta circulación, donde unidades de combis, micros y mototaxis se han convertido en objetivos directos de las bandas criminales. El caso más reciente fue el asesinato de un cobrador del Consorcio Vía Colonial, ocurrido en plena avenida Colonial, cuando fue acribillado frente a pasajeros. Meses antes, los propios trabajadores de la misma empresa denunciaron que eran obligados a entregar hasta nueve soles diarios a extorsionadores para poder seguir operando en su ruta.

El impacto de esta violencia trasciende lo estadístico. Las familias de las víctimas quedan en situación de orfandad y vulnerabilidad económica, al perder a su principal proveedor en medio de la jornada laboral. Además, los pasajeros que presencian los ataques arrastran las secuelas psicológicas de vivir de cerca estos crímenes.