Consumo de drogas en escolares empieza desde los 10 años, según Devida: estas son las regiones con mayor incidencia

La investigación advierte que el uso de cigarrillos electrónicos o vapeadores ya supera al del tabaco convencional entre los adolescentes peruanos

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Devida alerta: consumo de drogas
Devida alerta: consumo de drogas en escolares inicia desde los 10 años y crece tras la pandemia. (Foto: Agencia Andina)

El consumo de drogas entre los escolares peruanos ha registrado un preocupante incremento tras la pandemia de la COVID-19. Así lo reveló la Comisión Nacional para el Desarrollo y Vida sin Drogas (Devida), que presentó los resultados de un estudio nacional realizado a más de 45 mil estudiantes de todo el país. La investigación, según explicó el subdirector de Prevención de la entidad, Eduardo Cruz, muestra un aumento sostenido del uso de sustancias psicoactivas, tanto legales como ilegales, en comparación con los años previos a la emergencia sanitaria.

El informe advierte que la edad de inicio en el consumo también ha descendido de manera significativa. Si antes el primer contacto con drogas o alcohol solía registrarse alrededor de los 13 años, actualmente se detectan casos desde los 10 años de edad, lo que incrementa el riesgo de desarrollar dependencia y daños permanentes en el sistema nervioso central.

“En nuestro estudio hemos encontrado edades tan bajas como los 10 años. Esto es una situación preocupante porque a menor edad de inicio, mayores son las probabilidades de dependencia y afectaciones en el desarrollo cerebral y psicológico”, explicó Cruz en diálogo con RPP.
Devida advierte aumento del consumo
Devida advierte aumento del consumo de drogas en estudiantes peruanos tras la COVID-19. (Foto: Agencia Andina)

¿Qué regiones lideran el consumo de drogas en escolares?

Según el estudio de Devida, tres regiones concentran las tasas más altas de consumo de drogas ilegales en el país: Madre de Dios, Tacna y Tumbes. Estas zonas, además de superar el promedio nacional, presentan cifras que prácticamente duplican la incidencia promedio.

“Madre de Dios tiene un 9.6 % de consumo entre escolares de secundaria, cuando el promedio nacional es de 5.4 %. Tacna y Tumbes también muestran un incremento preocupante”, detalló el funcionario. Este fenómeno, según explicó, se asocia a la condición fronteriza de estas regiones, donde el tránsito y contrabando de drogas es más frecuente y, por tanto, los menores están más expuestos a la oferta y consumo de sustancias ilícitas.

Devida advirtió que, además del narcotráfico, otros factores como la desintegración familiar, el acceso libre a bebidas alcohólicas y la falta de supervisión en espacios públicos contribuyen a que los adolescentes entren en contacto con drogas a edades más tempranas.

Niños desde los 10 años
Niños desde los 10 años inician consumo de drogas en el Perú, revela estudio nacional de Devida. (Foto: Agencia Andina)

Callao y Lima superan el promedio nacional

Aunque no encabezan el ranking, Lima y Callao también presentan índices de consumo por encima del promedio nacional. En el caso chalaco, el estudio arrojó un 6.2 % de consumo de drogas ilegales en escolares, cifra superior al promedio nacional de 5.4 %. Sin embargo, Devida precisó que en esta región el consumo más elevado se observa en la población adulta.

“El Callao está dentro del bloque que supera el promedio nacional, aunque su problema más fuerte se concentra en adultos. En cambio, en regiones fronterizas el consumo infantil es mucho más notorio”, explicó Cruz para RPP.

En la capital, las zonas periféricas son las que presentan mayor incidencia, debido a la concentración de bares informales, discotecas y puntos de venta clandestinos donde los adolescentes tienen fácil acceso a sustancias psicoactivas.

Madre de Dios, Tacna y
Madre de Dios, Tacna y Tumbes lideran consumo de drogas y alcohol en escolares, según Devida. (Foto: Agencia Andina)

Estrategias de prevención escolar

Ante este panorama, Devida y el Ministerio de Educación vienen aplicando programas de prevención en colegios públicos y privados. Uno de ellos consiste en 12 sesiones de tutoría dentro del horario escolar, orientadas a fortalecer la autoestima, la resiliencia y las habilidades sociales de los adolescentes para rechazar el ofrecimiento de drogas.

“El ámbito escolar es el más importante para la prevención, porque los escolares son una población altamente vulnerable. Trabajamos de forma lúdica y vivencial para que aprendan a enfrentar la presión social y a decir no al consumo”, detalló Cruz para el citado medio.

Asimismo, los menores que ya presentan consumo o dependencia son derivados a establecimientos de salud, donde reciben acompañamiento psicológico y médico especializado.

Escolares en aulas. (Foto: Agencia
Escolares en aulas. (Foto: Agencia Andina)

Más vapeadores y cigarrillos electrónicos

Otro hallazgo del estudio es el aumento del uso de vapeadores o cigarrillos electrónicos entre los escolares, que ahora supera al consumo de tabaco tradicional. Según Devida, los adolescentes perciben erróneamente que los vapeadores son menos dañinos, cuando en realidad contienen sustancias químicas que pueden generar cáncer y afecciones pulmonares graves.

“Lamentablemente, los vapeadores se han convertido en una moda. Nuestro estudio revela que el promedio nacional de consumo de vapeadores ya es mayor que el del tabaco convencional, lo que es alarmante por los riesgos para la salud”, alertó el funcionario.

El organismo reiteró que estos dispositivos deben ser incluidos en las estrategias de prevención y control, ya que su fácil acceso y presentación atractiva están captando cada vez más a menores de edad.

Los niños tienen acceso a
Los niños tienen acceso a las drogas blandas desde los 12 años (Freepik)

Influencia familiar y llamado a la acción

El estudio también identificó un patrón preocupante dentro del entorno familiar: la permisividad de los adultos. Según los resultados, la mitad de los escolares con alto consumo de drogas o alcohol reconoció haber sido enviado por algún familiar a comprar dichas sustancias. “Esto habla de una normalización del consumo dentro de los hogares, algo que debemos revertir urgentemente”, advirtió Cruz.

El especialista enfatizó que la prevención debe ser compartida entre escuela, familia y comunidad. Los padres, dijo, tienen la responsabilidad de vigilar, orientar y dialogar con sus hijos sobre los riesgos reales del consumo. “El consumo de drogas daña el sistema nervioso central, altera el desarrollo cerebral y afecta el crecimiento físico y emocional de los adolescentes. Es un problema de salud pública que debemos atender con urgencia”, concluyó.