El nexo entre Eduardo Ruiz y Luis Reyes, víctimas en la Marcha Nacional: Una hora antes de ser asesinado, ‘Trvko’ socorrió a ‘Flipown’

Compartían el interés por la música urbana, pero no se conocían. Sin embargo, coincidieron en la marcha y fueron los más grandes afectados por el accionar policial

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Trvko y Flipown fueron las
Trvko y Flipown fueron las más grandes víctimas de la represión policial. | Fotocomposición: Infobae Perú / @ victorz3a / @Elmer Ayala

La Marcha Nacional celebrada en Lima el pasado 15 de octubre dejó una huella marcada en la memoria colectiva peruana, no solo por la magnitud de la movilización y la posterior represión, sino por las historias personales que emergieron en medio del tumulto. Entre los relatos que surgieron tras la jornada, destaca el cruce inesperado entre Eduardo Mauricio Ruiz Sainz, conocido en el ambiente del rap limeño como ‘Trvko’, y Luis Reyes Rodríguez, a quien sus amigos y compañeros llamaban ‘Flipown’. Ambos compartían el gusto por la música urbana, pero nunca se habían visto cara a cara antes de ese día. El azar y las circunstancias los unieron en un acto breve pero decisivo.

La movilización unió a una multitud diversa que partió desde la Plaza San Martín, donde generaciones jóvenes, artistas, activistas y ciudadanos se congregaron para exigir cambios y rechazar la precariedad democrática e institucional. Flipown, joven de 28 años, asistió solo y sin imaginar que sería una de las víctimas de la jornada. En medio de los cánticos y reclamos, una bomba lacrimógena lanzada por la policía impactó directamente en su cabeza. El golpe lo hizo caer de inmediato, ante el desconcierto y los gritos de quienes lo rodeaban.

En las imágenes y testimonios recogidos por medios locales, se observa el esfuerzo de varios manifestantes por alejar a Flipown del epicentro de la represión. Entre quienes prestaron ayuda figura un joven al que identificaron más tarde como Trvko. Ninguno de los dos sabía el nombre del otro, pero ese momento creó un vínculo inesperado: la solidaridad nacida en mitad de la violencia. “Lo sacamos entre varios porque la zona ya era peligrosa y la policía seguía actuando con dureza”, relató uno de los testigos a Punto Final.

El joven fue trasladado, inconsciente y sin documentos, al hospital Arzobispo Loayza. Allí, fue registrado como NN a la espera de familiares. Los médicos confirmaron una fractura de cráneo y hemorragia, producto del impacto recibido en la plaza. Su pareja, al enterarse de que un hombre joven se encontraba sin identificar en el hospital, logró finalmente reconocerlo. Desde entonces, permanece internado en estado crítico, rodeado de incertidumbre.

Herido de gravedad en el Hospital Loayza se encuentra en coma inducido y con daño cerebral crítico. (Video: @RenatoSilv4)

Menos de una hora después de ese rescate, la Marcha Nacional había perdido ya buena parte de su masividad. Los manifestantes se dispersaban en pequeños grupos, buscando rutas seguras para regresar a casa. En ese contexto, Trvko, rapero de 32 años, caminaba junto a su hermano y algunos amigos en las inmediaciones de la Plaza Francia. Se habían detenido un instante para decidir cómo alejarse del lugar, cuando estalló un nuevo episodio de tensión en las puertas de un bar cercano. La presencia de un agente policial generó confusión y empujones. De pronto, se escuchó el disparo.

La bala alcanzó a Trvko. Su hermano Fabio presenció la secuencia. “Mi hermano estaba cerca de la esquina, nos agarró de sorpresa”, declaró. Testigos afirmaron que el grupo no participaba en las agresiones y solo intentaba evitar el enfrentamiento. El responsable del disparo fue identificado por la propia PNP como el suboficial Luis Magallanes, integrante de la Dirección de Investigación Criminal. Las versiones oficiales difieren sobre si el arma fue disparada de manera directa o al suelo, pese a que el comandante general de la PNP salió a pedir perdón.

La investigación afronta obstáculos propios de la burocracia y la saturación de las diligencias forenses: la escena fue preservada tarde, las pruebas recogidas llegaron días después y el debate sobre el uso de la fuerza y la responsabilidad institucional continúa abierto.