Esta es una de las principales características de las personas que son más felices

Más allá de condiciones externas, las personas más felices tienden a compartir un rasgo clave

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Ser feliz no implica ausencia
Ser feliz no implica ausencia de problemas, sino tener una mayor capacidad para experimentar emociones positivas y prosperar en medio de desafíos (Imagen ilustrativa Infobae)

Cada año se publica el Informe Mundial de la Felicidad (World Happiness Report), que evalúa el grado de satisfacción de la vida de las personas en cada país y elabora un ranking global basado en factores como apoyo social, libertad, salud, generosidad o ingresos. En la edición de 2025, Perú ocupa el puesto 65.º, con una puntuación de 5,947 en la escala de bienestar subjetivo. Este dato invita a reflexionar sobre la felicidad: ¿qué rasgo comparten quienes suelen considerarse más felices? Más allá de condiciones externas, las personas más felices tienden a compartir un rasgo clave: nunca dejan de aprender, movidas por pura curiosidad.

Las personas que son más felices nunca dejan de aprender

Las personas altamente felices mantienen viva una actitud de curiosidad constante. No aprenden solo por obligación o por un objetivo externo, sino por el placer interno de descubrir algo nuevo, cuestionar lo conocido, explorar sin temor al error. Esa inclinación convierte el aprendizaje en un motor cotidiano: leer, escuchar, observar, preguntarse, experimentar. En todo momento la vida se vuelve escenario de descubrimientos, y eso alimenta un sentido profundo de crecimiento personal.

Este rasgo no se limita a estudiar formalmente, sino que se manifiesta en intereses diversos: aprender de otros, explorar artes, cultivar pasatiempos, interesarse por temas distintos, dialogar con personas de otras perspectivas. En quienes lo practican, la curiosidad es un puente entre la experiencia cotidiana y un horizonte de posibilidades.

Por qué el aprendizaje y la curiosidad contribuyen a la felicidad

Las personas altamente felices mantienen
Las personas altamente felices mantienen viva una actitud de curiosidad constante (Imagen Ilustrativa Infobae)

El aprendizaje constante y la curiosidad activa tienen efectos psicológicos, emocionales y neurológicos que favorecen la felicidad:

  • Estimulación cognitiva y sentido de logro: cada nueva habilidad o conocimiento adquirido genera una dosis de satisfacción, refuerza la autoestima y produce un estado de flujo (cuando la actividad es desafiante pero acorde con nuestras capacidades). Eso alimenta el sentimiento de progreso.
  • Flexibilidad mental y resiliencia: quienes mantienen la mente abierta y en disposición de aprender se adaptan mejor al cambio, gestionan mejor la incertidumbre y enfrentan dificultades con creatividad. Se vuelven más resilientes ante los altibajos de la vida.
  • Liberación de neurotransmisores placenteros: la novedad estimula la liberación de dopamina, un “refuerzo interno” de recompensa, y fortalece la motivación para seguir explorando. Esa sensación de satisfacción contribuye a reforzar emociones positivas.
  • Relaciones más profundas y conexión social: aprender con otros o compartir intereses invita al diálogo, al intercambio cultural y emocional. Las relaciones humanas significativas son uno de los pilares del bienestar. El informe Mundial de la Felicidad también destaca el valor del apoyo social y los actos de generosidad como factores clave.
  • Propósito y sentido vital: la curiosidad apunta a descubrir, a explorar lo desconocido. Ese impulso ayuda a conectarse con un propósito personal más amplio: crecer, contribuir, dejar huella. Sentir que la vida tiene sentido favorece una mayor satisfacción interior.

Beneficios de ser feliz para la salud física y mental

Los niveles elevados de bienestar
Los niveles elevados de bienestar se han asociado con una vida más larga y con mejor calidad de vida en la vejez (Imagen Ilustrativa Infobae)

Ser feliz no implica ausencia de problemas, sino tener una mayor capacidad para experimentar emociones positivas, adaptarse, prosperar en medio de desafíos y hallar sentido. En psicología positiva, la felicidad —o bienestar— se asocia con emociones positivas, compromiso, relaciones significativas, propósito y logros.

Los beneficios de la felicidad en la salud física y mental son numerosos:

  • Refuerzo del sistema inmunológico: personas con mayor bienestar tienden a tener mejor respuesta inmunitaria, menor inflamación y recuperación más rápida frente a enfermedades.
  • Menor estrés y mejor regulación emocional: la felicidad actúa como amortiguador frente al estrés crónico, disminuyendo cortisol y respuestas fisiológicas dañinas.
  • Menor riesgo de depresión y ansiedad: el cultivo de emociones positivas y sentido vital reduce la vulnerabilidad emocional.
  • Mayor longevidad: los niveles elevados de bienestar se han asociado con una vida más larga y con mejor calidad de vida en la vejez.
  • Mejora cardiovascular: las personas felices suelen tener presión arterial más controlada, perfiles metabólicos más saludables y mejor salud cardiaca.

En el plano mental, la felicidad estimula la creatividad, la motivación, la concentración y la resiliencia. Una persona que aprende por curiosidad está en constante reencuentro con su capacidad de asombro, mantiene la motivación encendida y cultiva una actitud ante la vida más optimista.

Diferencia entre felicidad y positivismo tóxico

La verdadera felicidad nace de
La verdadera felicidad nace de la autenticidad emocional, no de la negación del dolor o del malestar (Imagen Ilustrativa Infobae)

La felicidad es un estado emocional genuino que surge cuando una persona se siente en paz consigo misma y con su entorno, aceptando tanto los momentos buenos como los difíciles. En cambio, el positivismo tóxico consiste en forzar una actitud optimista negando o reprimiendo las emociones negativas, lo que impide un bienestar real. Mientras la felicidad admite la tristeza, el enojo o la frustración como parte natural de la vida, el positivismo tóxico busca ocultarlas bajo frases como “todo pasa por algo”. La verdadera felicidad nace de la autenticidad emocional, no de la negación del dolor o del malestar.

Aprendizaje para todas las edades

Las personas son capaces de aprender a cualquier edad porque el cerebro mantiene su capacidad de adaptación, conocida como neuroplasticidad, durante toda la vida. Esta permite crear nuevas conexiones neuronales y fortalecer las existentes cuando adquirimos conocimientos o habilidades. Aunque el ritmo de aprendizaje puede variar con los años, la motivación, la práctica constante y el interés personal son factores clave que impulsan el proceso. Además, aprender estimula la memoria, mejora la salud mental y favorece la autonomía. Por eso, nunca es tarde para estudiar, desarrollar talentos o empezar algo nuevo: el cerebro sigue aprendiendo mientras se le desafíe.

Cabe señalar que el aprendizaje también puede ocurrir a través de los pasatiempos o hobbies, una forma valiosa y placentera de desarrollar nuevas habilidades sin la presión de un entorno formal. Actividades como la pintura, la jardinería, la lectura o tocar un instrumento estimulan la creatividad, la concentración y la memoria. Además, los pasatiempos fortalecen la autoestima al generar sensación de logro y bienestar. Aprender de manera lúdica también reduce el estrés y fomenta la curiosidad, cualidades esenciales para el crecimiento personal. En cualquier etapa de la vida, dedicar tiempo a un pasatiempo permite aprender de forma natural, mantener la mente activa y disfrutar del proceso. Por supuesto, estos efectos positivos de los pasatiempos contribuyen en la felicidad.