El fervor morado llega al correo: Serpost emite matasello con el escapulario del Señor de los Milagros, símbolo de fe nacional

El escapulario del Cristo Moreno quedará inmortalizado en cartas y postales que recorrerán el mundo, como un símbolo del fervor limeño y la devoción que une a millones de fieles

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Octubre convierte a Lima en
Octubre convierte a Lima en escenario de fe con la tradicional procesión del Señor de los Milagros. (Gob)

Cada octubre, Lima se tiñe de morado y el fervor religioso se convierte en parte del pulso cotidiano de la ciudad. Entre las calles adornadas con incienso y cánticos, una nueva forma de homenaje se suma este año a la devoción por el Señor de los Milagros: Serpost, empresa adscrita al Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC), presentó un matasello con la imagen del escapulario del Cristo Moreno. Este distintivo circulará en cartas y postales dentro y fuera del país, llevando consigo un símbolo de fe que trasciende fronteras.

La ceremonia de lanzamiento se realizó en el Museo Nacional de Arqueología, Antropología e Historia del Perú, en Pueblo Libre, en el marco de la iniciativa “Museos Abiertos”, que promueve actividades culturales el primer domingo de cada mes. En un ambiente solemne y de expectativa, representantes de la filatelia, autoridades postales y fieles se reunieron para ser testigos de una emisión especial que combina tradición religiosa y memoria cultural.

El matasello reproduce con precisión la imagen del escapulario del Señor de los Milagros, emblema de devoción y protección para millones de creyentes. “Este matasello conmemorativo busca rendir tributo a una de las manifestaciones más significativas de nuestra identidad colectiva”, expresó Gustavo González de Otoya La Torre, presidente de Serpost. Según detalló, el sello será aplicado en la Administración Postal de Jesús María, ubicada en la avenida Cuba 902, y estará disponible hasta el 3 de noviembre.

La actividad no solo reunió a filatelistas y coleccionistas, sino también a devotos que encontraron en esta pieza un gesto de reconocimiento a la fe popular que cada año recorre las calles limeñas. “La filatelia no solo conserva imágenes, sino también historias, creencias y expresiones culturales que forman parte del patrimonio nacional”, destacó Patricia Champa, directora del Museo Postal y Filatélico.

Un símbolo que une tradición y cultura

Serpost, adscrita al MTC, lanzó
Serpost, adscrita al MTC, lanzó un matasello con la imagen del escapulario del Cristo Moreno, como homenaje a la devoción popular. (Gob)

La emisión del matasello alusivo al Señor de los Milagros representa un punto de encuentro entre la religiosidad y la historia postal del país. Para Abraham Valencia, presidente del Círculo Amigos de la Filatelia, este tipo de iniciativas fortalecen el vínculo entre la fe y la memoria material. “Cada sello cuenta una historia, y en este caso, refleja la devoción de todo un pueblo que ha mantenido viva su tradición durante siglos”, sostuvo.

El homenaje contó también con la participación de Javier Alegre, presidente de la Asociación Filatélica Peruana, y del vicepresidente de Serpost, Jorge Luis Taboada. Ambos coincidieron en que esta edición conmemorativa contribuye a difundir un legado que es tanto espiritual como cultural. “El Señor de los Milagros es una imagen que trasciende lo religioso; forma parte de la identidad del país y de la vida cotidiana de los peruanos”, señaló Taboada.

La iniciativa forma parte de las acciones de Serpost para integrar el valor patrimonial y cultural en sus emisiones postales. De esta manera, la empresa busca que la filatelia mantenga su papel como medio de preservación histórica y testimonio visual de las tradiciones nacionales.

El culto al Señor de los Milagros tiene raíces que se remontan al siglo XVII, cuando un esclavo angoleño conocido como Pedro Dalcón —o Benito, según algunas fuentes— pintó la figura de Cristo crucificado en una pared de adobe del barrio de Pachacamilla, en Lima. A pesar del paso del tiempo, terremotos y cambios sociales, la imagen ha perdurado como símbolo de esperanza y unión.

El episodio que marcó su reconocimiento ocurrió en 1655, cuando un fuerte sismo devastó gran parte de la capital. Entre los escombros, la pared que contenía la pintura permaneció intacta, hecho que la población interpretó como un signo milagroso. Desde entonces, el Cristo Moreno pasó a ser objeto de profunda veneración y su imagen comenzó a recorrer las calles cada mes de octubre.

Hoy, más de 370 años después, esa devoción sigue viva. La procesión del Señor de los Milagros continúa siendo uno de los actos religiosos más multitudinarios de América Latina, reuniendo a miles de fieles que expresan su fe a través de cánticos, flores y túnicas moradas. Con el nuevo matasello, esa fe también quedará impresa en cada carta y postal, como un mensaje que viaja más allá de las fronteras, recordando que el fervor por el Cristo de Pachacamilla sigue presente en la memoria colectiva del país.