El drama de los ESG: criterios ambientales, sociales y de gobernanza pierden prioridad para oficinistas globales, según Cushman & Wakefield

¿Efecto rebote en Perú? Si usted no se siente cómodo con la oficina que su empresa alquila, debe saber que los costos de primer nivel se han duplicado desde 2019, lo que ha desembocado en espacios que no satisfacen a los trabajadores

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El nuevo rostro de las
El nuevo rostro de las oficinas globales. El 80% de las empresas prioriza el control de gastos sobre los objetivos ambientales, sociales y de gobernanza. ¿Y el rol de los RRHH?

La valoración de criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés) en el mercado global de oficinas corporativas ha perdido terreno frente a las preocupaciones financieras, en un escenario donde los costos de alquiler se han duplicado en los últimos seis años y la satisfacción de los empleados sigue siendo insuficiente.

El informe global “Qué buscan los ocupantes 2025”, elaborado por Cushman & Wakefield y CoreNet Global, aporta una radiografía precisa de esta nueva realidad que define la toma de decisiones en el sector.

¿Criterios ESG pierden prioridad ante alza de alquileres y presión financiera?

La encuesta, basada en respuestas de más de 235 líderes de Real Estate Corporativo (CRE) a nivel global, revela que los criterios ESG fueron desplazados en la jerarquía de prioridades. En estudios previos, los factores medioambientales, sociales y de gobernanza ocupaban el quinto puesto entre los principales motores de cambio para la gestión inmobiliaria de las empresas.

Este año, esos mismos indicadores descendieron al octavo lugar. Aunque su importancia se mantiene en mercados específicos como Europa, Medio Oriente, África (EMEA) y Asia-Pacífico (APAC), el cambio global refleja la presión por el control de costos y la eficiencia operativa.

Uno de los factores que explican este giro es el fuerte incremento de los costos inmobiliarios. De acuerdo con el informe, la prima sobre el alquiler de oficinas de primer nivel ha aumentado un 98% desde 2019, impulsada por la escasa oferta de espacios premium con servicios y ubicaciones atractivas, así como por las nuevas exigencias pospandemia de seguridad, tecnología y bienestar.

Estos aumentos convierten a la gestión financiera del portafolio inmobiliario en el principal criterio de decisión para el 80% de las empresas consultadas. Así, el énfasis en métricas económicas, unido a la incertidumbre del contexto político y económico, desplaza a los objetivos ESG en la agenda corporativa.

El alquiler de oficinas cuesta hoy el doble que en el prepandemia

En paralelo, surge una desconexión entre las inversiones crecientes y la percepción de valor entre los empleados. Además, solo el 60% de los trabajadores considera que su oficina satisface necesidades clave como la colaboración, la cultura y las relaciones. Este dato adquiere especial relevancia al considerar el contexto de alza generalizada en alquileres y servicios, marcando una brecha entre las expectativas de usuarios y la capacidad de respuesta del mercado inmobiliario.

Entre los retos para los equipos de CRE, el costo continúa como primer motor de las decisiones, secundado por la excelencia operativa y la atracción y retención de talento, que adquiere particular relevancia en sectores como financiero (80%), tecnológico (45%) y servicios empresariales (38%). Las empresas globales tienen dificultades para equilibrar estas prioridades con objetivos no financieros como los criterios ESG, lo que frena la evolución hacia modelos más sostenibles o responsables socialmente.

En cuanto a métricas y estructuras organizativas, el informe señala que la mayoría de los equipos de CRE siguen reportando a áreas financieras u operativas, predominando la visión de control de gastos; solo el 29% ha migrado a una dependencia directa de Recursos Humanos, donde el enfoque se dirige más hacia la experiencia del empleado y la gestión del bienestar. La cuerda se rompe por el lado más débil.

Persisten obstáculos para desarrollar indicadores integrados que combinen costo, experiencia y productividad, condición imprescindible para diseñar portafolios de oficinas alineados con las necesidades actuales.

Cada vez más empresas exigen adaptaciones antes de alquilar una oficina: Cushman

La flexibilidad geográfica en la contratación se consolidó como estándar en la gestión del talento post-pandemia. El 61% de empresas implementa estrategias para reclutar personal en ubicaciones diversas, el 24% admite puestos completamente remotos y un 40% de los ocupantes organiza turnos en los que los empleados acuden a la oficina entre dos y tres días semanales.

Luego de una reducción acelerada de superficies en los dos últimos años (afectando al 66% de los ocupantes), solo el 32% prevé nuevos recortes en el corto plazo, mientras el 13% considera ampliaciones. El tamaño promedio de los contratos creció un 13% desde 2022, lo que denota un uso más eficiente y especializado del espacio.

A pesar de la presión, el 46% de empresas arrendatarias está dispuesto a pagar más por oficinas y servicios que promuevan la productividad y la colaboración, mientras el 85% exige mayores niveles de apoyo a los propietarios para ofrecer propuestas diferenciadas que incluyan amenities, comunidad y tecnología. Sin embargo, la insatisfacción de un 40% de empleados subraya la necesidad de que ocupantes y propietarios alineen sus inversiones no solo al costo, sino también al bienestar y experiencia del usuario.

Esta tendencia plantea una disyuntiva para el sector, que debe encontrar puntos de equilibrio entre la eficiencia financiera y un mayor compromiso con los criterios ESG, cada vez más relegados, pero esenciales para una estrategia inmobiliaria sustentable y competitiva a largo plazo.