Iglesia de Nuestra Señora del Prado, parte del Patrimonio Mundial UNESCO, reabre tras histórica restauración en Barrios Altos

La intervención integral incluyó refuerzo estructural, recuperación de policromías, restauración de retablos y estudios arqueológicos inéditos

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La primera restauración integral de
La primera restauración integral de la iglesia de Nuestra Señora del Prado desde su fundación en 1640. (Difusión)

La apertura de la iglesia de Nuestra Señora del Prado volvió a poner en el centro de la conversación pública la riqueza patrimonial de los Barrios Altos. Después de décadas de espera, este templo del siglo XVII luce renovado gracias a la primera restauración integral realizada en su historia, un esfuerzo que requirió una inversión superior a los siete millones de soles y que fue impulsado por el Programa Municipal para la Recuperación del Centro Histórico de Lima (PROLIMA).

La ceremonia de entrega congregó autoridades, especialistas y religiosas de la congregación de las Hijas del Santísimo Salvador, quienes recibieron con emoción el templo recuperado. El alcalde de Lima, Rafael López Aliaga, y el gerente de PROLIMA, Luis Martín Bogdanovich, acompañaron el acto. Este último destacó la importancia de la intervención con palabras que marcaron la jornada: “Con esta restauración devolvemos a Nuestra Señora del Prado su grandeza original, reafirmando que cuando hay voluntad y compromiso, el patrimonio renace para las generaciones presentes y futuras”.

La iglesia, ubicada en uno de los sectores más antiguos de la ciudad, forma parte del conjunto conventual de los religiosos mercedarios y conserva una portada barroca reconocida como una de las más representativas de la arquitectura virreinal. Declarada Monumento Histórico en 1972 e incorporada en 1991 a la lista de Patrimonio Cultural de la Humanidad de la UNESCO, este templo constituye una pieza esencial en el entramado histórico de la capital peruana.

Un proyecto de restauración integral

Más de S/ 7 millones
Más de S/ 7 millones invertidos por PROLIMA, dentro del plan de recuperación del Centro Histórico. (Difusión)

La intervención ejecutada por PROLIMA abarcó varios frentes técnicos y científicos. Se reforzaron los muros de adobe y quincha que presentaban vulnerabilidades estructurales, se recuperaron cubiertas y bóvedas, además de ejecutarse procesos especializados de cromatología para restituir la policromía original de la portada. La conservación también incluyó bienes muebles y retablos, que forman parte del acervo artístico del recinto.

Paralelamente, se llevaron a cabo investigaciones arqueológicas y calas estratigráficas que permitieron conocer más sobre las etapas de construcción y transformaciones del edificio. Estos estudios aportaron información inédita sobre la evolución del inmueble y su papel en la configuración urbana de Lima durante la colonia.

Un monumento dentro de la “Ciudad Monasterio”

Templo barroco mercedario, Monumento Histórico
Templo barroco mercedario, Monumento Histórico desde 1972 y parte del Patrimonio Mundial UNESCO. (Difusión)

El templo de Nuestra Señora del Prado no solo guarda valor arquitectónico. Su historia se remonta al 2 de septiembre de 1640, cuando doña Ángela de Zárate y Recalde, dama de origen chileno perteneciente a una influyente familia, impulsó la fundación del monasterio. A diferencia de otros conventos limeños, este lugar se concibió con un número limitado de religiosas: 33 monjas de votos perpetuos.

La ubicación elegida no fue casual. Desde 1602 existía en el mismo lugar una capilla levantada por don Antonio Poblete de Loayza, consagrada a Nuestra Señora del Prado. Sobre esa base, las religiosas agustinas establecieron su comunidad, la cual funcionó hasta 1940. Durante tres siglos reunieron una notable colección de arte: pinturas, esculturas, retablos, textiles, piezas de orfebrería y cerámicas provenientes de distintos países como España, México, Italia, Ecuador y Bolivia, además del propio Perú.

El monasterio fue también escenario de devociones singulares. Una de las piezas más mencionadas por los historiadores es el retrato del arzobispo Pedro de Villagómez, benefactor del convento. La obra lleva una inscripción que invita a rezar por él, y en el presbiterio del templo se conserva en urna de cristal el corazón del prelado. Este tipo de testimonios refuerza la dimensión simbólica del lugar y su rol en la vida religiosa limeña.

El conjunto ocupa cerca de 4,000 metros cuadrados y es uno de los pocos que aún conservan el diseño original de los recintos monásticos. En su interior se organizaban celdas individuales alrededor de patios y corredores, junto con espacios comunitarios como el coro, el refectorio y la sala capitular. Esa estructura refleja la vida conventual de la Lima virreinal, motivo por el cual su conservación representa un aporte esencial para la memoria urbana.

Una política de recuperación patrimonial

Refuerzo estructural, restauración de policromías,
Refuerzo estructural, restauración de policromías, bienes muebles y retablos; además de investigaciones arqueológicas. (Difusión)

La restauración de Nuestra Señora del Prado se suma a un plan más amplio de conservación que impulsa la Municipalidad de Lima a través de PROLIMA. En los últimos meses se completaron los trabajos en la iglesia de Santo Domingo y en el templo del Santo Cristo de las Maravillas. Además, se anunció la entrega de la iglesia de Santiago Apóstol del Cercado, prevista para este viernes.

La estrategia responde al Plan Maestro del Centro Histórico de Lima 2019–2029, que busca integrar la conservación patrimonial con la revitalización urbana y social. En palabras de Bogdanovich, “cuando hay voluntad y compromiso, el patrimonio renace”, frase que resume la visión institucional sobre la importancia de mantener viva la herencia arquitectónica de la antigua Ciudad de los Reyes.