Así ingresó al Perú la mano derecha de “Pequeño J”, acusado de ser el autor intelectual del triple femicidio en Argentina

El caso, que reveló la brutalidad de las redes narco en la región, suma un nuevo capítulo con la detención de Ozorio. La cooperación entre Perú y Argentina permitió atrapar al presunto autor intelectual de un crimen que generó conmoción internacional y sigue bajo investigación

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El presunto autor intelectual del asesinato de tres jóvenes en Argentina ingresó al Perú por pasos irregulares y fue capturado en Lima. (Redes sociales)

El cruce fronterizo fue silencioso, pero detrás de esa travesía se escondía una de las historias criminales más comentadas en la región. Así fue como ingresó a Perú Matías Sebastián Ozorio, señalado como la mano derecha de “Pequeño J”, acusado de ser el autor intelectual del triple femicidio en Argentina que conmocionó a Florencio Varela. La Policía Nacional del Perú, en coordinación con Interpol, logró capturarlo en Lima, cerrando una búsqueda que lo tenía en la mira desde hace semanas.

La detención expuso la ruta que Ozorio siguió para evadir a la justicia. Durante el interrogatorio inicial, reconoció haber llegado “con engaños” al país y relató que fue trasladado por pasos irregulares en la frontera. “Por Paraguay, por la selva, después por la selva peruana”, aseguró frente a los oficiales que lo interrogaron tras su captura. Su relato, lejos de ser una confesión de complicidad, buscaba mostrarse como víctima de una maniobra de narcotraficantes con los que mantenía deudas.

La ministra de Seguridad de Argentina, Patricia Bullrich, utilizó su cuenta de X para confirmar la noticia: “El prófugo Matías Agustín Ozorio fue detenido en la ciudad de Lima, en un trabajo conjunto de la Policía Nacional de Perú e Interpol de PFA”. Con estas palabras dio a conocer la caída de quien es considerado pieza clave dentro de la banda de “Pequeño J”, un grupo criminal que ahora enfrenta el peso de la justicia internacional.

El interrogatorio en Lima

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Así ingresó al Perú la mano derecha de “Pequeño J”, acusado de ser el autor intelectual del triple femicidio en Argentina

En el registro audiovisual de la intervención policial se escucha a un agente iniciar el diálogo:—“¿Cuál es su nombre, señor?”—“Matías Sebastián Osorio”, respondió el detenido.

El oficial continuó: “¿De dónde viene usted?”. A lo que Ozorio contestó: “Argentina”. Luego se le preguntó su nacionalidad y el motivo de su presencia en Perú. “Me trajeron de engaño”, declaró con la voz entrecortada.

La conversación siguió en un tono directo. “¿Quién te trajo de engaño?”, insistió el policía. “Un narco mafioso”, dijo Ozorio. Ante la repregunta sobre si se trataba de un narcotraficante, confirmó: “Sí, que yo le debía plata”. En otro momento del diálogo, aseguró que “hace dos días me escapé”. Explicó que su huida había comenzado en Trujillo y que se encontraba desplazándose hacia el sur del país cuando fue interceptado.

El testimonio reveló, además, el estado en que se encontraba al momento de la detención. El oficial preguntó por qué presentaba una herida en la frente, a lo que Ozorio contestó con dificultad, sin dar detalles claros. La insistencia de la policía permitió reconstruir parte del trayecto: había salido de Argentina, atravesado Paraguay y luego ingresado por la selva hasta llegar a territorio peruano.

El caso que lo vincula con el triple crimen

La detención de Ozorio se enmarca en la investigación por los femicidios de Brenda del Castillo (20), Lara Gutiérrez (15) y Morena Verdi (20), quienes fueron halladas sin vida el 24 de septiembre tras permanecer cinco días desaparecidas. Los cuerpos aparecieron en Villa Vatteone, en Florencio Varela, luego de un allanamiento que confirmó la brutalidad del caso: las tres jóvenes fueron torturadas y enterradas.

De acuerdo con la investigación, “Pequeño J” habría dado la orden de secuestrar, torturar y ejecutar a las víctimas. La justicia argentina lo señala como jefe narco con conexiones en la región, y mantiene contra él un pedido de captura internacional. Mientras tanto, Ozorio se convirtió en el octavo detenido por este hecho, considerado una pieza clave en la organización y uno de los más cercanos al presunto líder.

La caída de Ozorio en Lima refuerza la estrategia de cooperación entre Perú y Argentina en la persecución del crimen organizado. Sin embargo, la figura central del caso continúa prófuga. “Pequeño J” es el principal objetivo de las autoridades, quienes lo acusan de planear el crimen que terminó con la vida de las tres jóvenes y que puso en alerta a la comunidad internacional sobre el alcance de su red criminal.

Con cada captura, la investigación avanza, pero el jefe narco sigue en la clandestinidad. La policía argentina mantiene activos los canales de colaboración con países vecinos y confía en que la presión internacional permitirá dar con su paradero. En tanto, en Perú, la detención de Ozorio abre un nuevo capítulo en la lucha contra las organizaciones que cruzan fronteras y utilizan la selva como corredor para sus operaciones.