La tercera movilización de la denominada Generación Z del 27 de septiembre reunió a jóvenes, gremios de transportistas y colectivos civiles en las calles de Lima, con principal concentración frente al Congreso de la República. Los manifestantes expresaron su rechazo al gobierno de Dina Boluarte y al Parlamento, aludiendo a reformas recientes y a la demanda de mayor transparencia. Los transportistas participaron para denunciar la creciente ola de extorsiones y homicidios en su sector, criticando la respuesta oficial a la inseguridad.
Durante la jornada se registraron enfrentamientos directos en la avenida Abancay. Manifestantes lanzaron bombas incendiarias y objetos contundentes, mientras que la Policía Nacional del Perú (PNP) empleó gases lacrimógenos y reforzó la seguridad con vallas y un importante despliegue de efectivos. Los choques dejaron heridos tanto entre los agentes, uno de los cuales fue alcanzado por un objeto incendiario, como entre los manifestantes, incluido un adulto mayor lesionado por un perdigón y una mujer afectada por el gas lacrimógeno. Los servicios de emergencia auxiliaron a los heridos en el lugar.
Para el domingo 28 de septiembre se ha anunciado una nueva protesta, que tendrá como punto de concentración la Plaza San Martín, donde se espera la presencia de distintos colectivos y gremios.
Decenas de manifestantes ingresaron al Jirón de la Unión pasada las 9 de la noche, provocando diversos destrozos al ornato urbano. Durante su recorrido, los participantes de la protesta destruyeron grandes maceteros y árboles ornamentales instalados a lo largo de esta concurrida arteria peatonal del centro de la ciudad.
Estos incidentes se sumaron a los daños materiales registrados en otros puntos del centro histórico.
Los jóvenes manifestantes comenzaron a romper las calaminas instaladas en una obra ubicada en la Plaza San Martín, lo que provocó escenas de desbande y desorden en uno de los espacios públicos más importantes de la capital. El acto vandálico generó pánico entre transeúntes y comensales de bares y restaurantes cercanos, en una zona reconocida por su alta afluencia turística, y causó la dispersión repentina de quienes se encontraban en el lugar.
Los jóvenes manifestantes se trasladaron hacia el Parque Universitario y, posteriormente, comenzaron a avanzar por la avenida Nicolás de Piérola en dirección a la Plaza San Martín. Durante su recorrido, bloquearon la vía hacia la plaza encendiendo fuego en la pista, lo que generó una interrupción total del tránsito en ese tramo del centro de la ciudad.
Las acciones de bloqueo y la quema de objetos en la calzada formaron parte de la estrategia de los manifestantes para asegurar el paso de la marcha y mantener el control de la ruta hacia su punto de concentración principal, incrementando la tensión en la zona.
Un efectivo de la Policía Nacional del Perú (PNP) resultó herido tras el lanzamiento de un objeto incendiario, presuntamente una bomba molotov, en plena avenida Abancay. El incidente se registró frente al Congreso de la República durante el desarrollo de la protesta. Según informó la PNP, el agente sufrió quemaduras de primer grado a causa del artefacto y recibe las atenciones médicas correspondientes para su recuperación. El policía herido fue auxiliado de inmediato por sus compañeros y retirado de la zona para su atención.
Los manifestantes también utilizaron bombardas durante la manifestación, dirigiéndolas hacia el cuerpo de los efectivos de la PNP. El empleo de estos artefactos pirotécnicos incrementó la tensión en la zona de seguridad instalada alrededor del Parlamento.
En plena avenida Abancay, se reportaron dos heridos: un hombre de aproximadamente 65 años recibiór el impacto de un perdigón en la frente, mientras una mujer sufrió un cuadro de asfixia por las bombas lacrimógenas. El incidente ocurrió durante los enfrentamientos entre manifestantes y efectivos de la Policía Nacional del Perú (PNP) en la avenida Abancay, en el contexto de la protesta que se desarrolla en el centro de la ciudad.
Las víctimas fueron atendidas por personas presentes en la zona antes de ser trasladadas a un centro médico.
La Autoridad de Transporte Urbano para Lima y Callao (ATU) emitió un comunicado informando que, debido a la presencia de manifestantes en el Cercado de Lima, la ruta regular A del Metropolitano circulará por la avenida Alfonso Ugarte, realizando parada en la estación Quilca en ambos sentidos. Al mismo tiempo, la ruta regular C solo llegará hasta la estación Central.
El comunicado también señala el cierre temporal de las estaciones Emancipación y Lampa, recomendando a los usuarios tomar las debidas precauciones y prever modificaciones en sus desplazamientos habituales por el centro de la ciudad.
La Policía Nacional del Perú (PNP) lanzó gas lacrimógeno en la avenida Abancay como parte de las acciones para dispersar a los manifestantes que intentaban superar los cercos de seguridad colocados en las inmediaciones del Congreso de la República. El uso de agentes químicos se produjo tras los forcejeos y los primeros enfrentamientos registrados en la zona, elevando la tensión en el área y obligando a los participantes y a transeúntes a retirarse del lugar.
El despliegue policial incluyó el uso de gases para controlar el avance de la multitud y restablecer el orden público en uno de los principales accesos al centro político del país.
La Policía Nacional del Perú (PNP) implementará un sistema de vigilancia con cámaras de reconocimiento facial y drones para reforzar la seguridad en Lima durante las marchas de este 27 y 28 de septiembre. Así lo anunció el general Felipe Monroy, jefe de la Región Policial Lima Centro, en declaraciones a TV Perú, al detallar las medidas que se vienen ejecutando para prevenir disturbios y actos de violencia en las movilizaciones convocadas.
Se registraron los primeros enfrentamientos entre manifestantes y efectivos de la Policía Nacional del Perú (PNP) en las inmediaciones del Congreso de la República. Los participantes de la movilización intentaron derribar los cercos metálicos instalados como barrera de seguridad, lo que generó momentos de tensión y forcejeos con el cordón policial.
La situación propició el despliegue de más efectivos en la zona para reforzar la contención y evitar que los manifestantes superen las barreras e ingresen a la Plaza Bolívar.
La mayoría de los negocios ubicados en los alrededores del Congreso de la República cerraron sus puertas desde tempranas horas, ante el temor de posibles desmanes y saqueos durante la jornada de protesta. Comercios de distintos rubros suspendieron sus actividades como medida preventiva, respondiendo a la incertidumbre generada por la movilización y la presencia masiva de manifestantes en la zona.
El cierre generalizado afectó el flujo comercial en el perímetro cercano al Parlamento, sumando un impacto económico adicional a la coyuntura de la protesta.