Latinoamérica lidera el ranking de deforestación de selva tropical en el mundo: el alarmante puesto que ocupa Perú

La Amazonía vive su peor crisis en dos décadas: incendios, sequías y leyes débiles disparan la pérdida de bosques. Brasil, Bolivia y Colombia son los otros protagonistas de esta emergencia ambiental

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La pregunta que queda pendiente
La pregunta que queda pendiente es si 2025 representará otro año de promesas incumplidas, o si, finalmente, surgirá la voluntad política y social para salvar la Amazonía peruana de su colapso. Composición: Infobae Perú

En el último año, la selva tropical sufrió una de las mayores crisis ambientales de las últimas dos décadas. De acuerdo con la plataforma Global Forest Watch del World Resources Institute, el planeta perdió más de 6,7 millones de hectáreas de bosques primarios en 2024, casi el doble de lo registrado en 2023. La magnitud equivale a un territorio del tamaño de Panamá arrasado por las llamas y la deforestación.

El dato más alarmante es que el 71% de toda la superficie destruida se concentró en América Latina, con Brasil, Bolivia, Perú y Colombia como protagonistas de esta emergencia ambiental. La principal causa ya no fue la expansión agrícola, como en años anteriores, sino los incendios forestales, que se propagaron sin control en un año marcado por la sequía, el fenómeno de El Niño y las temperaturas más altas jamás registradas.

Brasil y Bolivia, los países más golpeados por la deforestación

Fotografía de archivo de bomberos
Fotografía de archivo de bomberos que combaten incendios en las cercanías de la ciudad de Cuiabá en el estado de Mato Grosso (Brasil). EFE/ROGERIO FLORENTINO

El caso de Brasil refleja la gravedad de la situación. El país sudamericano, que posee la mayor área de selva tropical del planeta, registró la pérdida de 2,8 millones de hectáreas en 2024, lo que representó el 42% de la deforestación global. La Amazonía y la región del Pantanal fueron los territorios más impactados por los incendios, que alcanzaron niveles no vistos desde 2016.

Este retroceso resulta especialmente preocupante si se toma en cuenta que en 2023 Brasil había logrado una reducción histórica de la deforestación, atribuida a las políticas de protección implementadas por el presidente Luiz Inácio Lula da Silva. Sin embargo, las sequías extremas y los incendios provocados por actividades agropecuarias hicieron que las cifras volvieran a dispararse. Según expertos, sin un refuerzo en las medidas de prevención comunitaria y en la aplicación de la ley, los logros alcanzados podrían desvanecerse rápidamente.

El otro gran foco está en Bolivia, que escaló al segundo puesto mundial con más de 1,8 millones de hectáreas arrasadas, el doble que en 2023. Aunque el país andino cuenta con una superficie selvática mucho menor a la de Brasil, los incendios devastaron casi el 12% del territorio nacional durante el año pasado. De acuerdo con la investigación, las políticas de fomento a la agroindustria y la falta de prevención de incendios contribuyeron directamente a esta catástrofe ambiental.

La República Democrática del Congo, en África, cayó al tercer lugar tras ser superada por Bolivia, lo que evidencia que el epicentro de la crisis forestal global se ha desplazado hacia Sudamérica.

Perú se ubica entre los cinco países con mayor pérdida de bosques

Fotos: Andina/Adobe Stock
Fotos: Andina/Adobe Stock

El impacto también golpeó con fuerza a Perú, que se consolidó como el quinto país con más deforestación del mundo en 2024. Según los datos del Global Forest Watch, se destruyeron más de 190.000 hectáreas de bosques tropicales, un incremento del 135% respecto al año anterior. Esto significa que la pérdida de cobertura arbórea se duplicó en apenas un año.

La Defensoría del Pueblo señaló que la principal causa de esta emergencia ambiental fue la práctica de roza y quema para habilitar tierras agrícolas, que se salió de control durante la temporada seca. Entre mayo de 2024 y mayo de 2025, el sistema de monitoreo satelital registró más de 5.000 alertas de incendio de alta confianza en el territorio peruano, especialmente en la Amazonía.

Los departamentos más afectados fueron Madre de Dios, que perdió más de 42.000 hectáreas de bosques primarios en un solo año, el doble de lo registrado en 2023; Loreto, que acumula más de 948.000 hectáreas destruidas desde 2001; Ucayali, con 846.000; y San Martín, con 766.000 hectáreas en el mismo período. Estas cifras muestran cómo la presión sobre la Amazonía peruana sigue en aumento.

Además de los incendios, otro factor que influyó en el repunte de la deforestación fue la modificación de la ley forestal, que eliminó la obligación de realizar un análisis técnico previo antes de cambiar el uso de suelos privados. Según ambientalistas, este cambio normativo abrió la puerta a la tala ilegal con fines agrícolas, incrementando los riesgos de incendios y ampliando la frontera agropecuaria en zonas selváticas.

En este contexto, Colombia también registró pérdidas superiores a las 100.000 hectáreas en 2024, lo que la ubicó en el séptimo lugar global. Sin embargo, a diferencia de Brasil, Bolivia o Perú, la principal causa en el caso colombiano no fueron los incendios, sino el recrudecimiento de la violencia en zonas rurales, la expansión de la minería ilegal y el aumento en los cultivos ilícitos.

La magnitud de lo ocurrido en 2024 evidencia que América Latina concentra hoy el mayor foco de pérdida de bosques tropicales en el planeta, con impactos que van mucho más allá de lo ambiental: emisiones récord de carbono, deterioro en la calidad del aire y afectaciones directas a las comunidades que dependen de la selva para sobrevivir.