El centro de Lima fue escenario de violentas manifestaciones durante dos días consecutivos, convocadas por el colectivo Generación Z en rechazo a la gestión de Dina Boluarte y al Congreso de la República. Cientos de jóvenes, acompañados por grupos ecologistas, animalistas y sindicatos, se movilizaron este 20 y 21 de septiembre para exigir transparencia gubernamental y cambios en la reforma del sistema de pensiones.
Las protestas, que movilizaron a 5.000 efectivos policiales, derivaron en enfrentamientos cuando las fuerzas del orden emplearon bombas lacrimógenas y perdigones para frenar el avance de los manifestantes hacia el Congreso.
Las dos jornadas de protestas tuvieron como epicentros la Plaza San Martín, el Paseo de los Héroes Navales y principalmente la avenida Abancay, donde la policía bloqueó el acceso tanto peatonal como vehicular, e intervino incluso en espacios comerciales.
El choque entre policías y manifestantes dejaron varios heridos, entre ellos periodistas que recibieron el impacto de perdigones de goma. Asimismo, los manifestantes, en su afán de romper el cerco policial, lanzaron bombas incendiarias.
Las movilizaciones dejaron un saldo de alta tensión social. Durante los dos días, los comercios de la zona se vieron obligados a cerrar sus puertas desde tempranas horas de la tarde, a fin de evitar saqueos y daños a sus propiedades.
La intervención de la Policía Nacional del Perú (PNP) alcanzó el Real Plaza Centro Cívico, sin considerar la presencia de personas ajenas a la marcha. La PNP ingresó al interior del centro comercial y comenzó a perseguir a los manifestantes dentro de las instalaciones, después de haber lanzado gases lacrimógenos en los alrededores del Palacio de Justicia, en el Centro de Lima.
Este operativo se realizó mientras aún permanecían transeúntes y clientes, muchos de ellos familias con niños pequeños dentro del establecimiento.
La Asociación Nacional de Periodistas del Perú informó que el fotoperiodista Juan Zapata, del portal Wayka, fue agredido por policías en la intersección del jirón Leticia con la avenida Abancay, cuando documentaba el retiro de manifestantes por parte de los agentes. Zapata denunció que su drone resultó destruido durante el incidente.
Un grupo de manifestantes se concentra en el Paseo de los Héroes Navales, frente al Palacio de Justicia de Lima, en las primeras cuadras del Paseo de la República. Desde este punto, los participantes continúan con arengas dirigidas en contra del gobierno de Dina Boluarte, incrementando la presencia y actividad de la protesta en esa zona del centro de la ciudad.
La tensión persiste en la avenida Abancay, donde los manifestantes intentan reagruparse con el objetivo de superar el cerco policial instalado en las inmediaciones del Parque Universitario. El despliegue de la Policía Nacional continúa impidiendo el avance de los participantes, quienes buscan reorganizarse para avanzar hacia el Congreso.
Los manifestantes son repelidos hacia la avenida Grau en el transcurso de la marcha. Durante su desplazamiento, van encendiendo piquetes de fogatas en la vía pública. La Policía Nacional procede a dispersar a los participantes utilizando bombas lacrimógenas, lo que provoca que los jóvenes corran y huyan en dirección a distintas intersecciones, dispersándose por los alrededores.
Según el reporte de paramédicos voluntarios, han auxiliado a cuatro personas con heridas por perdigones y a dos más que sufrieron desmayos durante el choque de policías y manifestantes en la avenida Abancay. Mientras tanto, en las inmediaciones de la Plaza San Martín, un brigadista resultó herido en la pierna izquierda por un disparo de perdigón.
La Policía Nacional retomó el control de la Avenida Abancay tras el enfrentamiento con los manifestantes que intentaron llegar al Congreso de la República. Una gran cantidad de efectivos policiales se posicionó en el cruce de con la avenida Nicolás de Piérola, formando un cerco considerado impenetrable para evitar el avance de la marcha. El paso hacia el Puente Ricardo Palma permanece restringido, mientras que los accesos a la Plaza San Martín fueron bloqueados por la policía, intensificando las medidas de seguridad en la zona.
En medio del enfrentamiento, los agentes del cerco policial que bloqueaba el acceso al Congreso enfrentaron el lanzamiento de bombas incendiarias por parte de jóvenes manifestantes, un momento que generó gran tensión. Los efectivos utilizaron sus escudos de acrílico para resguardarse y evitar daños durante el ataque.
El avance de los manifestantes en dirección al Congreso motivó una rápida respuesta de la Policía Nacional, que empleó gases lacrimógenos para impedir su paso. Para mantener el control de la situación y frenar la protesta de los ciudadanos, los agentes desplegaron múltiples cordones de seguridad en la zona.
Un numeroso grupo de estudiantes de la Universidad San Marcos se ha integrado a la movilización que avanza por la avenida Abancay, mientras que la Policía Nacional permanece en la zona con la misión de contener a los manifestantes. El acceso se restringe hasta el cruce con el jirón Huallaga, donde los manifestantes llegaron luego de romper un primer cerco en su afán de avanzar hacia la principal avenida con la intención de llegar al Congreso de la República.




