Otra empresa sube el precio del pasaje para poder pagar cupos a extorsionadores

El incremento de cincuenta céntimos en rutas de combis entre la capital peruana y el Callao tomó por sorpresa a los pasajeros, quienes ahora deben afrontar el ajuste aplicado para afrontar pagos ilegales a bandas criminales

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Otra empresa sube el precio del pasaje para poder pagar cupo a extorsionadores - Buenos Días Perú

La empresa Etsmarsa, que cubre la ruta Colonial entre Lima y el Callao, aumentó esta semana el precio del pasaje en respuesta a las cuotas diarias que exige el crimen organizado. La medida, que impacta de inmediato a los usuarios, marca una diferencia respecto a incrementos implementados por otras compañías hace más de un mes en la capital.

Exmarsa adopta alza reciente por presión criminal

Desde el martes, quienes abordan las unidades de Etsmarsa en la plaza Dos de Mayo deben pagar cincuenta céntimos más de lo habitual por trayecto. Conductores y operadores de la empresa atribuyen el ajuste a la imposibilidad de seguir trabajando bajo amenazas, tras un recrudecimiento de las extorsiones que incluyen pagos de hasta cuarenta soles por vehículo cada día.

El comunicado difundido a bordo y en los paraderos describe que “el aumento responde a actos de extorsión que afectan a toda la compañía”. Colaboradores de la firma han señalado que la decisión se formalizó luego de que una unidad de Vía Colonial, otra línea afectada, fuera atacada el fin de semana anterior, dejando personas heridas. Posterior a este hecho, las empresas paralizaron actividades temporalmente y reanudaron el servicio con la nueva tarifa.

Otra empresa sube el precio
Otra empresa sube el precio del pasaje para poder pagar cupo a extorsionadores

Vía Colonial y Etzavepsa, otras empresas de transporte público en la zona, confirmaron que sus propios incrementos ya se encontraban vigentes desde semanas atrás, medidos para poder cubrir los “cupos” exigidos por las bandas delictivas. Esta situación se suma a un patrón que desde hace meses afecta a distintos corredores de la ciudad.

Testimonios directos y opinión de usuarios

Conductores entrevistados detallan que los pagos ilegales, fijados entre cinco y cuarenta soles diarios por unidad, superan su margen operativo. “No se puede trabajar así”, afirmó uno de los trabajadores en la plaza Dos de Mayo a Buenos Días Perú. “El precio sube cincuenta céntimos para poder seguir saliendo”, agregó. El temor a sufrir agresiones limita la posibilidad de circular sin modificar el precio.

Pasajeros de la ruta manifestaron su malestar por el ajuste, aunque reconocen que sus opciones de movilidad son limitadas. “El pasaje pasó de un sol a uno cincuenta. La economía está ajustada, pero necesitamos movernos”, expresó una usuaria. Las empresas informan el incremento principalmente a través de los cobradores y comunicados pegados en las unidades, generando desconcierto en aquellos que desconocían la situación.

“Subieron la tarifa por el cupo”, respondió otro pasajero cuando se le consultó sobre el nuevo precio. El ambiente de inseguridad y la frecuencia de ataques, sumados a la falta de soluciones estructurales, refuerzan el clima de preocupación entre los usuarios habituales del transporte público.

Otra empresa sube el precio
Otra empresa sube el precio del pasaje para poder pagar cupo a extorsionadores

Un fenómeno que se extiende y diferencia entre empresas

Si bien el alza anunciada por Exmarsa tiene carácter reciente, otras líneas que cubren tramos similares ya habían implementado incrementos desde hace al menos un mes, en coincidencia con un avance en las acciones extorsivas sobre el sector. Informes previos muestran que, desde agosto, rutas urbanas de Lima ya aplicaban subas que buscaban compensar los pagos ilegales demandados por el crimen organizado.

La situación afecta especialmente las rutas cortas y medianas, con pasajes que han pasado de uno a dos o tres soles según el destino final. Usuarios y trabajadores esperan medidas concretas por parte de las autoridades para frenar la ola de extorsiones que afecta el servicio y pone en riesgo la integridad de quienes utilizan el transporte público para desplazarse diariamente entre Lima y Callao.