Ataque de extorsionadores deja heridos a chofer de bus y a su hija en Comas: empresa de transportes sufrió otro atentado días atrás

La violencia contra los conductores de transporte público en Comas ha escalado en los últimos días, con dos ataques armados en menos de una semana que han dejado a varios heridos y han puesto en evidencia la presión de organizaciones criminales sobre las empresas del sector.

El más reciente de estos atentados ocurrió en la mañana de este miércoles, en el cruce de las avenidas Túpac Amaru y San Felipe, donde un conductor y su hija resultaron heridos de bala mientras el bus circulaba en presencia de escolares y frente a una institución educativa.

El ataque se produjo a plena luz del día, cuando dos sujetos a bordo de una motocicleta siguieron al bus de la empresa Impulso Progreso, que cubre la ruta Carabayllo–Ate. Los agresores abrieron fuego contra la unidad en la que viajaban el conductor, su esposa y su hija, quien se dirigía a clases. Tanto el padre como la menor sufrieron heridas de bala y fueron trasladados al Hospital de Emergencias Sergio Bernales de Collique, donde su estado de salud fue reportado como reservado.

La modalidad de los ataques muestra un patrón repetido. El pasado viernes por la noche, otro conductor de la empresa Impulsa Express —que también opera la ruta Carabayllo–Ate— fue víctima de un atentado con características similares.

Dos delincuentes en motocicleta dispararon contra el bus en marcha cerca del paradero Chifa, en el distrito de Carabayllo. En esa ocasión, el conductor logró protegerse y evitó lesiones graves, aunque el vehículo resultó dañado, según reportó Exitosa.

En el ataque más reciente, los disparos alcanzaron tanto al conductor como a su hija, mientras que en el incidente anterior, el chofer Raúl Laurente Herrera fue impactado por dos balas en el cuello y el rostro, según el testimonio de un usuario recogido por Exitosa.

“La moto estaba siguiendo al custer cuando frena para llegar al paradero, la moto se para y el delincuente le dispara dos veces al señor”, relató el testigo. Tras el ataque, los propios pasajeros organizaron el traslado del herido al hospital, con la ayuda de un voluntario que se ofreció a conducir el vehículo hasta el centro médico.

Uno de los aspectos más alarmantes de este atentado es que la hija del conductor resultó herida durante el ataque. La adolescente viajaba junto a su padre y su madre cuando los disparos impactaron contra la unidad en plena vía pública, alcanzando tanto al chofer como a la menor, según informaron RPP y Diario Correo.

De acuerdo con los primeros reportes médicos, padre e hija permanecen en condición reservada en el Hospital de Emergencias Sergio Bernales. El hecho de que la violencia contra el transporte público haya dejado como víctima a una escolar que se dirigía a clases evidencia la gravedad del problema y genera un fuerte reclamo de vecinos y pasajeros, quienes exigen mayores garantías de seguridad en las rutas que utilizan a diario.

La Policía Nacional ha iniciado las investigaciones y no descarta que los responsables de ambos atentados pertenezcan a las mismas organizaciones criminales que, según información policial citada por Exitosa, extorsionan a las empresas de transporte exigiendo pagos diarios bajo amenaza de violencia. La comisaría de Santa Isabel está a cargo de las pesquisas.

Trabajadores de la empresa Impulso Progreso denunciaron que este no es un hecho aislado. Según declaraciones de uno de los conductores recogidas por RPP, los choferes pagan diariamente una cuota a la empresa bajo el concepto de seguridad.

“Se pagan nueve soles diarios. Desde el año pasado pagábamos, cuando a un compañero lo balearon así. El día 3 se paga”, afirmó el conductor a RPP Noticias, evidenciando la existencia de un sistema de cobro regular que, según los testimonios, se habría instaurado tras un ataque similar ocurrido el año anterior.

En menos de cinco días, la empresa Impulso Progreso ha sufrido dos atentados contra sus conductores, lo que refuerza la preocupación de los trabajadores y usuarios ante la persistencia de estos hechos violentos y la aparente impunidad con la que operan los extorsionadores en el sector del transporte público de Lima norte.