Bosques amazónicos en tierras indígenas reducen propagación de enfermedades, según estudio internacional

De acuerdo con los autores, la conclusión es clara: garantizar los derechos territoriales de las comunidades indígenas es la mejor forma de mantener los bosques intactos y, con ello, los beneficios para la salud de millones de personas

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La investigación, publicada en Communications
La investigación, publicada en Communications Earth & Environment, analizó datos de 1.733 municipios de ocho países amazónicos. (Foto: Andina)

Los bosques amazónicos no solo son fundamentales para mitigar el cambio climático y conservar la biodiversidad, también desempeñan un papel directo en la salud pública. Un estudio liderado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) concluye que los territorios indígenas con cobertura forestal superior al 45 % reducen la propagación de enfermedades, desde las respiratorias vinculadas a incendios hasta las transmitidas por insectos y animales.

La investigación, publicada en Communications Earth & Environment, analizó datos de 1.733 municipios de ocho países amazónicos (Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Perú, Surinam, Venezuela y Guayana Francesa) que en conjunto representan más del 74 % de la cuenca. El trabajo recopiló información de 20 años sobre 27 problemas de salud: 21 asociados a incendios forestales y seis relacionados con enfermedades zoonóticas como la malaria o el chagas.

De acuerdo con los autores, la conclusión es clara: garantizar los derechos territoriales de las comunidades indígenas es la mejor forma de mantener los bosques intactos y, con ello, los beneficios para la salud de millones de personas.

Incendios forestales, deforestación y enfermedades

Bosques amazónicos. (Foto: Andina)
Bosques amazónicos. (Foto: Andina)

El informe recuerda que los incendios forestales intencionales constituyen una amenaza creciente en la Amazonía. Estos eventos, intensificados por el cambio climático —altas temperaturas y reducción de precipitaciones— generan un impacto directo en la salud.

El humo y las partículas liberadas afectan los pulmones y el sistema cardiovascular, aumentando los casos de neumonía, bronquitis, asma, enfisema, dolor torácico y cáncer de pulmón. También se incrementa el riesgo de enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares.

Entre 2002 y 2011, solo en la Amazonía brasileña, los incendios fueron responsables en promedio de 2.906 muertes prematuras por enfermedades cardiopulmonares y cáncer de pulmón, según cifras recogidas en la investigación.

Bosques amazónicos. (Foto: Andina)
Bosques amazónicos. (Foto: Andina)

Por otro lado, la deforestación se asocia al incremento de enfermedades tropicales desatendidas, muchas de ellas sin cura disponible de fácil acceso. La pérdida de cobertura vegetal aumenta el contacto entre humanos y animales portadores de patógenos, lo que eleva la probabilidad de brotes epidémicos.

El efecto protector de los territorios indígenas

En la Amazonía habitan aproximadamente 2,7 millones de indígenas, la mayoría en 2,4 millones de km² de territorios reconocidos legalmente. El estudio revela que la presencia de estas comunidades, combinada con bosques conservados, funciona como una barrera natural contra diversas enfermedades.

Los mecanismos identificados incluyen:

  • Mayor absorción de contaminantes por parte de los árboles, lo que mejora la calidad del aire.
  • Menor contacto directo entre humanos y animales, reduciendo la transmisión de enfermedades zoonóticas.
  • Más biodiversidad, que diluye el riesgo de que un solo vector o patógeno se propague de manera descontrolada.
  • La investigación enfatiza que este efecto protector solo se mantiene si los territorios indígenas conservan un alto nivel de cobertura forestal y están respaldados legalmente.
En la Amazonía habitan aproximadamente
En la Amazonía habitan aproximadamente 2,7 millones de indígenas, la mayoría en 2,4 millones de km² de territorios reconocidos legalmente. (Foto: Andina)

Hallazgos

Paula Prist, científica de la UICN y coautora del estudio, explicó que los resultados ofrecen “nuevas pruebas de que los bosques son un bálsamo para amenazas relacionadas con el fuego y enfermedades como el chagas, la malaria y las fiebres maculosas”.

La especialista destacó que el reconocimiento de los derechos territoriales indígenas no es solo una medida de justicia social, sino también una estrategia de salud pública con efectos regionales e incluso globales.

En regiones donde se mantiene la cobertura forestal y existen territorios indígenas, los casos de enfermedades respiratorias y zoonóticas disminuyeron significativamente en comparación con áreas deforestadas o sin reconocimiento legal de tierras.