Papa León XIV celebraba su cumpleaños en Perú con una “semana entera” de fiesta y baile, recuerdan sus amigos: “Lo apreciaban muchísimo”

Los cumpleaños del pontífice duraban una semana y eran organizados por las comunidades más humildes que lo querían y admiraban por su cercanía. Amigos y testigos de su etapa misionera lo recuerdan como un líder espiritual y alegre

Guardar
Los cumpleaños del Papa León
Los cumpleaños del Papa León XIV en Perú se celebraban como fiestas populares que duraban una semana, con cenas, música y baile en varias zonas de su parroquia

Los amigos del papa León XIV, quien este 14 de septiembre cumplirá 70 años y poco más de 100 días al frente del pontificado, recuerdan cómo en Perú sus cumpleaños se vivían como verdaderas fiestas populares que duraban toda una semana, con cenas, música y mucho baile.

“El día mismo lo celebrábamos en la comunidad (religiosa), pero hacíamos una celebración de una semana entera porque tenía que tener un cumpleaños en cada una de estas zonas, todo el mundo quería celebrar su cumpleaños, porque lo apreciaban muchísimo”, contó a la agencia OSV News el padre agustino John Lydon, quien vivió con él durante una década en Trujillo.

La parroquia que dirigía el ahora pontífice comprendía seis sectores. De acuerdo con Lydon, cinco de ellos organizaban una noche especial en su honor. “Porque él era el párroco de nuestra parroquia… y porque muchas de esas zonas estaban en áreas muy pobres de Trujillo, y él trataba a los pobres con mucha dignidad, lo cual no era común en los años 90”, afirmó.

Las celebraciones, muy al estilo peruano, reunían a familias enteras. Se compartía la cena, un pastel casero —a menudo blanco con glaseado de chocolate— y un animado baile que podía comenzar a las 10 de la noche y extenderse hasta las 6 de la mañana. “Pero nosotros no hacíamos eso (quedarnos hasta tan tarde)”, aclaró en referencia al ritmo más reservado de los sacerdotes.

León XIV se ganó el
León XIV se ganó el cariño y respeto de las comunidades pobres de Trujillo por su trato digno y cercano hacia los más necesitados

Al preguntársele si los agustinos, y en particular León XIV, se animaban a bailar, Lydon respondió: “¡Oh, sí, definitivamente! ¡Todos bailaban!”. La música salía de grabadoras que reproducían los ritmos más populares del momento, muchos de ellos brasileños. Los globos formaban parte esencial de la decoración. “La gente reventaba globos al final de cada canción, para marcar la festividad con una especie de saludo de cañón para el párroco”, recordó.

Lydon, quien participó en un especial publicado el mes pasado, adelantó que planea conmemorar el cumpleaños de su amigo celebrando una misa y dedicándole una oración especial.

“El alma de la fiesta”

Una visión similar ofreció en junio pasado el periodista vaticano Salvatore Cernuzio, autor del documental León de Perú, quien lo describió como una figura profundamente humana, cercana al pueblo y con un vínculo muy fuerte con el país andino, donde vivió cerca de cuatro décadas como misionero.

Durante una entrevista difundida por la revista Ecclesia, editada por la Conferencia Episcopal Española, Cernuzio comentó que, durante la filmación, logró comprender mejor la personalidad del pontífice nacionalizado peruano.

Era un líder espiritual activo,
Era un líder espiritual activo, alegre y participativo, conocido como el "alma de las fiestas", que disfrutaba cantando, bailando y compartiendo con la gente

“He entendido mucho de su carácter y de su forma de ser (…) Es una figura muy espiritual como agustiniano, un estudioso, un hombre de oración. Pero al mismo tiempo era un hombre de acción, un jefe, y que estaba listo para actuar sin tener que pasar demasiado por la burocracia”, explicó.

“Sus cumpleaños se festejaban 15 veces, porque lo querían festejar en la parroquia, luego una señora lo invitaba, luego lo festejaban los hermanos, luego otra señora más, luego la familia. Así que esto demuestra el gran afecto que le tienen. Era un poco el alma de las fiestas, en el sentido de que también cantaba, participaba en estos festejos muy gustosamente y le gustaba comer”, agregó.

También resaltó su entrega durante momentos difíciles, como en las inundaciones provocadas por El Niño. “Él quiso experimentar la vida de los voluntarios, por ejemplo, con Cáritas. Se puso a conducir las camionetas, distribuyó la comida, los kits, fue a casa de la gente. La famosa foto con las botas lo dice todo”, apuntó.

Para el realizador, la etapa misionera en Perú marcó profundamente León XIV. “Ha tocado con la mano lo que significa para una familia morir de hambre y ver su propia casa arrasada por el agua. Creo que es algo que no se puede olvidar y que te queda dentro”, concluyó.