La devoción al Señor de la Misericordia, conocido como “Amito de Marcabalito”, es declarada Patrimonio Cultural de la Nación

La devoción nace en 1750 tras el hallazgo de un cedro en forma de cruz en la laguna de Llaygán, con el que se elaboró la imagen del Cristo crucificado

Guardar
Reconocen como Patrimonio Cultural de la Nación la tradición del “Amito de Marcabalito”, fe con más de 250 años en La Libertad . (Difusión)

La devoción al Señor de la Misericordia, conocido como “Amito de Marcabalito”, recibió un reconocimiento oficial por parte del Estado peruano. El Ministerio de Cultura declaró como Patrimonio Cultural de la Nación al sistema de usos y prácticas rituales asociados a esta manifestación de fe, tradición que se mantiene vigente en el distrito de Marcabal, provincia de Sánchez Carrión, en la región La Libertad.

La Resolución Viceministerial N° 000229-2025-VMPCIC/MC, publicada recientemente, respalda esta decisión que busca preservar y fortalecer una tradición de más de dos siglos y medio. La declaratoria incluye tanto los rituales como las expresiones culturales que acompañan la devoción, transmitida por generaciones.

En la sede central del Ministerio de Cultura, la viceministra de Patrimonio Cultural e Industrias Culturales, Moira Novoa Silva, entregó la resolución al alcalde de Marcabal, Walter Alva Monzón. La ceremonia contó con la participación de la congresista Magaly Ruiz y autoridades locales. Durante el acto, la viceministra destacó que este reconocimiento “visibiliza la riqueza cultural en torno al Señor de la Misericordia y reafirma el profundo valor del fervor religioso como parte esencial de nuestro patrimonio cultural inmaterial”.

Una tradición con raíces en el siglo XVIII

El Ministerio de Cultura, mediante
El Ministerio de Cultura, mediante la Resolución Viceministerial N° 000229-2025-VMPCIC/MC, reconoce al sistema de usos y prácticas rituales asociados al Señor de la Misericordia como Patrimonio Cultural de la Nación. (Composición: Infobae)

La devoción al “Amito de Marcabalito” se remonta a 1750, cuando pobladores hallaron un árbol de cedro con forma de cruz en la laguna de Llaygán. Con la madera se elaboró la imagen del Cristo crucificado que desde entonces se convirtió en referente espiritual y símbolo de unidad para la comunidad de Marcabal y alrededores.

El expediente técnico elaborado por el Ministerio de Cultura indica que esta manifestación se sostiene en la labor de hermandades locales y regionales, así como en la participación activa de los devotos. Estos grupos han garantizado la transmisión de los rituales, las peregrinaciones y las expresiones de fe, preservando elementos esenciales de la tradición.

Las celebraciones vinculadas al Señor de la Misericordia convocan a miles de fieles cada año. Procesiones, novenas, misas y danzas tradicionales son parte de las actividades que se desarrollan en diferentes fechas. Una de las más importantes es la festividad de octubre y noviembre, que reúne a devotos de distintos puntos del país.

Entre los momentos centrales destacan la peregrinación a la laguna de Llaygán, la Misa de Agua cada 20 de enero y la celebración del quinquenio, cuando la imagen original del “Amito” recorre las calles en procesión cada cinco años. Estos ritos no solo fortalecen la fe, sino que consolidan la identidad cultural de Marcabal.

Danzas y expresiones asociadas

La devoción nace en 1750
La devoción nace en 1750 tras el hallazgo de un cedro en forma de cruz en la laguna de Llaygán, con el que se elaboró la imagen del Cristo crucificado. (Difusión)

El sistema de prácticas relacionadas con el “Amito de Marcabalito” también incluye expresiones artísticas que refuerzan su carácter festivo. Entre ellas se encuentran las danzas de los Turcos de Marcabalito, los Emplumados, las Pallas, la Contradanza y los Diablos de Cajabamba. Todas forman parte del patrimonio vivo de la región y contribuyen a enriquecer la diversidad cultural del país.

En 2016 se inauguró el Museo Religioso Amito de Marcabalito, espacio destinado a conservar vestimentas, exvotos y testimonios relacionados con esta devoción. El recinto funciona como centro de memoria y de educación para las nuevas generaciones, reforzando la transmisión de los valores y significados de esta tradición.

Con la declaratoria de Patrimonio Cultural de la Nación, el Ministerio de Cultura refuerza su política de salvaguardia del patrimonio inmaterial. El reconocimiento busca asegurar la preservación, la transmisión y la revalorización de prácticas que no solo expresan la fe de una comunidad, sino que consolidan la diversidad cultural del país.