Violencia de género: por qué los feminicidas no son “monstruos”

Los feminicidas son hombres que viven entre nosotros, que trabajan, tienen familias, y que en muchos casos planifican sus acciones con plena conciencia

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Llamar “monstruo” a un feminicida
Llamar “monstruo” a un feminicida implica presentarlo como un ser ajeno a la sociedad, lo cual desvía la atención de la responsabilidad colectiva frente a la violencia machista (Quadratín Oaxaca)

En los medios de comunicación del Perú es habitual encontrar titulares donde se califica a los feminicidas como “monstruos” o “enfermos”. Este recurso, aunque busca enfatizar la gravedad del crimen, resulta problemático porque invisibiliza las verdaderas raíces de la violencia de género. Según datos del Ministerio de Salud (Minsa) y el Seguro Social de Salud (EsSalud), los casos de violencia contra la mujer siguen en aumento y representan un problema de salud pública urgente. El feminicidio, como expresión extrema de esta violencia, no es producto de la monstruosidad individual, sino de patrones sociales, culturales y de género que deben ser reconocidos y transformados.

Llamar “monstruo” a un feminicida implica presentarlo como un ser inhumano, ajeno a la sociedad, lo cual desvía la atención de la responsabilidad individual y colectiva frente a la violencia machista. Los feminicidas no son entes fuera de la realidad social: son hombres que viven entre nosotros, que trabajan, tienen familias, y que en muchos casos planifican sus acciones con plena conciencia.

Por qué los feminicidas no son “monstruos”

Los feminicidas suelen ser hombres
Los feminicidas suelen ser hombres que han aprendido desde la infancia que las mujeres les pertenecen, que pueden ejercer poder y control sobre ellas (Imagen Ilustrativa Infobae)

Calificar a un feminicida como “monstruo” o “enfermo” genera un doble problema. Por un lado, deshumaniza al agresor, lo que evita reconocer que es una persona responsable de sus actos. Por otro, transmite la idea de que los feminicidios son hechos excepcionales cometidos por seres “anormales”, cuando en realidad responden a una estructura social que normaliza el control y la violencia hacia las mujeres.

Los feminicidas suelen ser hombres que han aprendido desde la infancia que las mujeres les pertenecen, que pueden ejercer poder y control sobre ellas, y que la violencia es una forma de resolver conflictos. Cuando un feminicida asesina a su pareja o expareja, lo hace con plena conciencia de sus actos y con el propósito de castigar, dominar o eliminar a una mujer que no se ajusta a sus expectativas. Por eso, la violencia de género no se resuelve viendo a los feminicidas como monstruos aislados, sino entendiendo que son el producto de una cultura machista que legitima la agresión contra las mujeres.

La violencia de género y el feminicidio

La violencia de género se refiere a cualquier acto dañino dirigido contra una persona en razón de su sexo o género. En la mayoría de los casos, esta violencia la ejercen hombres contra mujeres, y se sustenta en relaciones de poder desiguales. Según el Minsa, más del 70% de mujeres en el Perú ha experimentado algún tipo de violencia a lo largo de su vida, mientras que EsSalud ha reportado un incremento preocupante en los casos de violencia física y psicológica atendidos en sus centros de salud.

El feminicidio es la máxima expresión de la violencia de género. No surge de un arranque de locura ni de una enfermedad mental en la mayoría de los casos, sino de una escalada de agresiones que pudo incluir violencia psicológica, económica, sexual y física. Es decir, los feminicidas no aparecen de la nada: son hombres que actúan dentro de un patrón sistemático de control y agresión.

El feminicidio es la máxima
El feminicidio es la máxima expresión de la violencia de género (Imagen Ilustrativa Infobae)

Comprender la violencia de género como raíz del feminicidio es esencial para generar políticas de prevención efectivas, fomentar la educación en igualdad y garantizar que los sistemas de justicia respondan con firmeza y perspectiva de género.

Diferencia entre feminicidas, sociópatas y psicópatas

Uno de los errores frecuentes es asociar automáticamente a un feminicida con un sociópata o un psicópata. Sin embargo, no todos los feminicidas encajan en esos diagnósticos clínicos.

  • Feminicida: es el hombre que asesina a una mujer por razones de género. Su motivación está vinculada al control, la posesión y la violencia machista. Puede planificar su crimen de manera consciente y no necesariamente presenta un trastorno de personalidad.
  • Sociópata: persona con trastorno de personalidad antisocial caracterizada por impulsividad, irresponsabilidad y dificultad para seguir normas sociales. Si bien un sociópata puede ser violento, no todos los feminicidas cumplen este perfil clínico.
  • Psicópata: individuo que presenta una ausencia marcada de empatía, manipulación extrema y conducta fría y calculadora. Aunque algunos feminicidas podrían tener rasgos psicopáticos, la mayoría actúa motivada por patrones de violencia de género más que por un trastorno mental.

Reducir el feminicidio a un problema de locura o de monstruosidad desvía la atención de la raíz estructural del problema: el machismo y la desigualdad de género.