Solo el 4.6 % de jóvenes peruanos confía en los partidos políticos y solo el 13% siente que su voto es autónomo

De acuerdo con el estudio ‘¿Cómo vota el Perú?’, el 66 % de los jóvenes considera que su voto puede contribuir a mejorar el país

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Gracias a la Beca 18,
Gracias a la Beca 18, esta joven de Numpatkaim cursa Educación Intercultural Bilingüe. Su meta: formar a nuevas generaciones con respeto a la cultura y lengua Awajún.

La confianza de la juventud peruana en la política se encuentra en mínimos históricos, según reveló la Encuesta Nacional de Juventudes 2021. Solo el 4,6 % de los jóvenes confía en los partidos políticos, una cifra que expone la desafección y la falta de representación entre los adolescentes y las instituciones. Este escenario ocurre en un contexto donde los jóvenes acceden a un volumen inédito de información, pero su participación política suele limitarse al ámbito digital.

Percy Medina, miembro del comité de CADE Escolar 2025, advierte sobre el impacto de esta tendencia. “Esta forma de interactuar reduce la calidad del contacto directo y empobrece el diálogo. La democracia requiere conversaciones reales, desacuerdos civilizados y acuerdos construidos desde la empatía”, menciona. Según el mismo estudio, seis de cada diez adolescentes considera que sus opiniones no son tomadas en cuenta por las autoridades, lo que evidencia una brecha persistente entre juventud y estamento político.

Este déficit de espacios de diálogo fortalece el sentimiento de desafección juvenil y se refleja en los procesos democráticos del país. Medina sostiene que los adolescentes “no solo tienen derecho a ser escuchados, también deben plantear exigencias claras sobre temas que afectan su vida cotidiana, como educación, empleo, cultura o deporte”.

Miles de postulantes se presentan
Miles de postulantes se presentan todos los años al programa Beca 18. (Foto: Andina)

Jóvenes votantes entre la información y la desconfianza

El estudio ‘¿Cómo vota el Perú?’ sostiene que el 66 % de los jóvenes considera que su voto puede contribuir a mejorar el país. No obstante, esa disposición no se traduce siempre en acción efectiva, debido a factores como la desinformación digital o la falta de motivación para buscar información política de manera activa. “Simplemente, reciben lo que les llega, y eso es riesgoso en un entorno digital lleno de desinformación”, explica Rolando Arellano, CEO de la consultora.

El panorama de consumo informativo revela un claro predominio de los canales digitales: el 87 % de los jóvenes utiliza redes sociales como fuente principal para informarse sobre candidatos y elecciones. Sin embargo, muchos reconocen que no confían plenamente en estos contenidos. La influencia de familiares y amigos es determinante, ya que el 76 % toma en cuenta su opinión para decidir su voto, mientras que el 75 % recurre a búsquedas personales y el 67 % consulta a expertos. Solo el 13 % asegura que su decisión es totalmente autónoma.

Gabriela Vega, cofundadora de Recambio, resalta una paradoja: los jóvenes consumen grandes volúmenes de información política, aunque esa exposición no se traduce en confianza. “Consumo no es equivalente a confianza”, precisa. Vega apunta que resulta imprescindible trabajar en herramientas de pensamiento crítico y discernimiento, especialmente en periodos electorales debido a la proliferación de noticias falsas y contenido no verificado.

Generación Z
Generación Z

Búsqueda de soluciones concretas y causas sociales

A diferencia de generaciones previas, los jóvenes en Perú no se identifican con ideologías tradicionales de izquierda o derecha, ni con la política partidaria. Más bien buscan soluciones concretas para problemas que inciden en su bienestar y desarrollo profesional, así como en el de sus familias. Rolando Arellano lo resume en estos términos: “No les interesa si es izquierda o derecha. Les importa si va a resolver su problema de inseguridad, de empleo o de acceso a educación de calidad”.

Además, el estudio muestra que el entorno inmediato, tanto familiar como social, mantiene un peso decisivo en la formación de criterios electorales. Los jóvenes se movilizan por causas específicas, como la mejora del acceso a la educación, el combate a la violencia, la generación de empleo y la inclusión cultural, aunque no se sientan representados por la política formal.