Estadio de San Genaro en Chorrillos: una década de abandono, más de S/18 millones invertidos y la amenaza de demolición

El Estadio Municipal de San Genaro, en Chorrillos, se levanta como un recordatorio de las promesas incumplidas y de la ineficiencia en la gestión de recursos públicos. Desde hace más de diez años, la imponente estructura que debía convertirse en un moderno complejo deportivo permanece cerrada, cubierta de desmonte y maquinaria en desuso. Lo que se anunció como un proyecto importante para el sur de Lima es hoy un terreno abandonado que amenaza con ser demolido.

La inversión supera los 18 millones de soles, pero no existen documentos que expliquen cómo se destinó ese dinero ni bajo qué criterios técnicos se ejecutó la obra. El propio alcalde de Chorrillos, Fernando Velasco, reconoció la gravedad del caso: “Este estadio se ha construido por obra y gracia de Dios”. La falta de registros oficiales lo confirma: no hay expedientes, facturas ni concursos públicos que respalden una obra que consume espacio y recursos sin ofrecer nada a la comunidad.

Mientras tanto, la vida cotidiana en el asentamiento humano San Genaro transcurre con la frustración de tener frente a sus casas un recinto que nunca abrió sus puertas como espacio deportivo. Lo que pudo ser un punto de encuentro vecinal se transformó en un depósito de basura, vehículos y materiales inservibles. La población espera respuestas, pero lo único que se discute es si el estadio puede ser reforzado o si será demolido en su totalidad.

De acuerdo con datos del Ministerio de Economía y Finanzas, desde 2012 se destinaron más de S/ 18.3 millones al estadio. Estos recursos atravesaron las gestiones del exalcalde Augusto Miyashiro Yamashiro, de su hijo y del actual burgomaestre. Sin embargo, las autoridades municipales no han encontrado documentación que respalde cómo se empleó el presupuesto.

El estadio fue concebido como un complejo con campo de fútbol profesional, pista atlética, tribunas, palcos y estacionamientos. Sin embargo, los vecinos solo han visto camiones, volquetes y maquinaria pesada recorrer sus instalaciones. El espacio que debía albergar a miles de personas terminó siendo usado como depósito de vehículos deteriorados y hasta de lanchas.

Los residentes de San Genaro expresaron su malestar de manera directa. Una vecina lo explicó así: “Lo pedimos, le imploramos de que el estadio debería estar limpio para que puedan divertirse los niños, para que puedan entrar los niños a jugar. No hay otro estadio aparte de esto”. La falta de alternativas deportivas en la zona agudiza el descontento.

El alcalde advirtió que la ubicación del recinto complica aún más la situación. El estadio fue construido a pocos metros del mar y colinda con viviendas, lo que representa un peligro en caso de desastres naturales. “Imagínense que esto llegue a funcionar: en un sismo o terremoto, sería imposible que quince mil personas evacúen en apenas diez minutos”, señaló Velasco.

Actualmente, la Municipalidad de Chorrillos espera los resultados de un estudio de daños estructurales. Ese documento será clave para definir si la infraestructura puede salvarse o si la demolición es la única salida. El propio Velasco adelantó los dos posibles escenarios: “O lo demolemos, que es lo que la empresa nos recomendaría, o lo terminamos de construir, y entonces nos dirán: ‘Hay que reforzar estas columnas para que no se sigan abriendo’”.

Mientras tanto, el estadio permanece cercado, inaccesible y con un destino incierto. Para los vecinos de San Genaro, el tiempo transcurre sin respuestas claras y con la amarga sensación de que un proyecto millonario se convirtió en un espacio inútil para la vida comunitaria.